Citizen Of Glass

Aunque tenía pensadas otras cosas, tiene sentido inaugurar el blog con el disco (y canción) que le da nombre. Agnes Obel (Copenhague, 28-10-1980) es una cantante, instrumentista y compositora danesa afincada en Berlín, cuya existencia conocí en 2017, al escuchar una canción suya en un episodio de la serie BIG LITTLE LIES. Esa canción resultó ser la instrumental SEPTEMBER SONG. La curiosidad me llevó a escuchar alguna canción más y a comprobar que Agnes también canta. Y que lo hace muy bien.

Ese mismo año, un poco antes, viajé por primera vez a Berlín, sin muchas expectativas, y me encantó. Algún mes después, al conocer la música de Agnes y saber que ella vive allí, sus canciones me empezaron a recordar al sitio y a aquellos días, sin haberlas escuchado nunca allí. De hecho tenía todo listo para verla por primera vez en Berlín, en 2020, en la gira de MYOPIA, pero no pudo ser debido a la pandemia. Otra vez será.

Pero esa es otra historia.

Agnes Obel

Citizen Of Glass, el tercer disco de la danesa, se basa en el concepto alemán GLÄSERNER BÜRGER, sobre el cual ella supo al leer sobre todo lo acontecido con EDWARD SNOWDEN. Este concepto se refiere a la progresiva pérdida de la privacidad de la gente, pero más que inspirar un disco conceptual al uso, en el que todas las canciones son parte de una misma historia, aquí dicho concepto simplemente parece ser la base de los temas que tratan las canciones.

Agnes Obel y su música son una de las mejores sorpresas que me he llevado en años (sorpresa porque este tipo de música está completamente alejado de lo que suelo escuchar) y para mí, prácticamente todo lo que toca lo convierte en oro. Este disco no es ninguna excepción. Su relativamente corta duración (unos cuarenta minutos) y el estilo minimalista de la música (mayormente voz y piano) hacen que el disco se pase volando. A esto se une el ambiente, entre misterioso y etéreo, que se crea en la mayoría de las canciones, y del que hablaré a continuación. Todo junto hace que estemos ante un disco grandioso, en el que el dicho menos es más del que habló el arquitecto germano-estadounidense LUDWIG MIES VAN DER ROHE se pone de total manifiesto, siendo esto algo perfectamente aplicable a la música de Agnes en general.

No sé si se abusa de la expresión obra maestra, pero me gusta pensar que algo así es aquello que a cada uno nos supone algo destacado, especial, con independencia de lo que los demás piensen o tengan como tal. Sea como sea, este disco para mí lo es.

Voy a obviar cualquier comentario sobre las letras de las canciones, ya que más allá del concepto antes comentado, soy incapaz de interpretarlas.

STRETCH YOUR EYES abre el disco. Teniendo en cuenta lo ofrecido en su segundo disco, AVENTINE (2013), más prototípico del sonido de voz y piano ya comentado, esta canción se hace un tanto extraña al principio y es de las que más cuesta asimilar, ya que la instrumentación es más variada. Pero la canción va de menos a más y repetidas escuchas hacen que no te olvides de ella. Las distintas voces ayudan a crear ese ambiente extraño ya comentado, que tendrá más protagonismo si cabe en canciones posteriores. El final es lo mejor.

The dark and the ghost, they dance so sweet and slow, dug-out from below there to damn the gods.

FAMILIAR es una de las canciones más conocidas del disco y de la carrera de Agnes. También una de los mejores. La parte principal parece cantada por un hombre, pero en realidad es una distorsión de la voz de ella, causada por algún tipo de modulación o instrumento raro. Los violines ayudan a acelerar un poco el final y la canción es tan buena que se hace muy corta. Imprescindible.

For our love is a ghost that the others can't see. It's a danger.

La breve instrumental RED VIRGIN SOIL es la canción que mejor recrea ese aire de suspense, y que a mí personalmente me recuerda a las películas de espías en la Guerra Fría o incluso a la Segunda Guerra Mundial. Sin estar entre lo mejor del disco no deja de ser un temazo. Así de bueno es el total.

IT’S HAPPENING AGAIN es una de esas canciones nostálgicas con piano que pegan con los días de lluvia, algo que también es muy aplicable a la inmensa mayoría del trabajo de Agnes Obel. Preciosa.

I took a day or two to exile from the light, to unfold that prisoner they call a mind.

Stretch your eyes

En STONE parece escucharse lo que yo pensaba que era una guitarra acústica, pero dicho instrumento no aparece en los créditos. Quizás sea otro instrumento de cuerda, como el chelo o el violín, pero tocado con los dedos, sin el arco. En sus vídeos en directo he visto que las chicas que acompañan a Agnes hacen eso. En cualquier caso la canción es de lo mejor del disco, sobre todo los susurros de su último minuto.

They say every sin will have a thousand eyes, to guilty fools with guilty minds. But I must be cruel to be kind, deep within my head of stone.

TROJAN HORSES presenta la voz doblada de Agnes y unos violines que me recuerdan a los del final de Familiar, generando una sensación como de prisa, como de estar siendo perseguido, tras un principio más calmado.

Seek what I seek in a blinding flash, these bare bones are made of glass.

Y llegamos al tema que da título al disco, CITIZEN OF GLASS, una de las mejores canciones de Agnes Obel. La genial melodía principal de piano, con la que empieza la canción, se queda en la cabeza y dicho piano se va apagando según llega el final, para redondear la que seguramente sea, junto a Familiar, la mejor canción del disco.

And no straining of the string can reverse what will begin.

En GOLDEN GREEN Agnes usa varias voces distintas y se crea la sensación como de estar en una especie de rito pagano. El estribillo tiene una aire más solemne y aumenta la intensidad de la canción, para volver a empezar el aquelarre gracias a los susurros y a esas voces superpuestas con tonos muy altos. Tiene que ser difícil reproducir todo esto en directo (lo he visto en YouTube y se las arreglan muy bien). Genial.

Who are you to take over my mind with your eyes on me? All for you I am climbing the sky of golden green.

Agnes Obel

Se acerca el final con la segunda y última instrumental del disco, la maravillosa GRASSHOPPER, que como su propio nombre indica, parece querer imitar por momentos el movimiento de un saltamontes saltando de un sitio a otro. En otras partes vuelve a recordarme a lo ya comentado acerca de Europa en la Guerra Fría. La canción es muy corta, pero eso crea la sensación de quedarte con ganas de más.

MARY cierra el disco de manera íntima y misteriosa, sólo con voz y piano. Es la canción más larga del disco, gracias también a que al final la canción se va desvaneciendo poco a poco.

In my house the silence rang so loud.

Are words dead?

Ni siquiera estoy seguro de que este sea su mejor disco, pero en cualquier caso es un disco único por derecho propio.

Comparten créditos junto a Agnes, KRISTINA KOROPECKI, CHARLOTTE DANHIER y FREDERIQUE LABBOW al chelo, JOHN CORBAN al violín, y DANIEL MATZ al trautonio, timbra y shakers. De todo lo demás, que no es poco, se encarga la protagonista.

En cuanto a la portada, es chula. Sencilla y sin muchos alardes. Sale ella multiplicada varias veces y su silueta se va haciendo más grande y más nítida. Supongo que este efecto será premeditado, en relación con el cristal y lo cristalino. Todo muy etéreo, como la propia música. El autor de la foto y del diseño es el artista danés ALEX BRÜEL FLAGSTAD, que además es pareja de Agnes y ha realizado alguno de sus vídeos.

Citizen Of Glass

El disco se grabó en Berlín entre 2014 y 2016, en los estudios CHALKWOOD y BRAND NEW MUSIC, y lo produjo y mezcló ella misma, además de escribir toda la música. Fue masterizado por MARTIN ENGLERT en el estudio ELEKTROMOS de Osnabrück, Alemania.

La discográfica encargada de editarlo fue el sello independiente londinense PIAS (PLAY IT AGAIN, SAM), y salió el 21 de Octubre de 2016.

De momento la carrera de Agnes sigue adelante con el ya mencionado y también genial Myopia, de 2020. Y esperemos que por muchos años.

Nos vemos pronto.

ENGLISH

Although I had some other things in mind, it’s only fitting to start the blog with the album (and the song) this blog is named after. Agnes Obel (Copenhagen, 28-10-1980) is a danish, Berlin-established, singer, musician and songwriter, whose existence I became aware of back in 2017, when I listened to one of her songs while watching an episode of BIG LITTLE LIES. That song was the instrumental SEPTEMBER SONG. Out of curiosity I listened to some other songs of hers and I found out she also sings. And she's very good at it.

Also in 2017, a little bit earlier, I went on a trip to Berlin for the first time, with almost no expectations at all, and I loved it. Some months later, when I first knew Agnes' music and that she lives over there, her songs began reminding me of Berlin and those days, without even having listened to them in situ. So much that I had everything prepared to go see her for the first time in Berlin, in 2020, on MYOPIA's tour, but I could not make it due to the pandemic. Some other time.

But that is another story.

Citizen Of Glass, Agnes third album, is based on the german concept GLÄSERNER BÜRGER, which he became familiar with while reading about what happened to EDWARD SNOWDEN. This term refers to the ongoing loss of people's privacy, but instead of inspiring the usual concept album, in which all the songs are part of the same story, here it only seems to be the basis for the themes the songs are about.

Agnes Obel and her music are one of the most positive surprises I've had in years (I mean surprise because this kind of music is a complete departure from my usual bread and butter) and, as far as I am concerned, almost everything she touches turns to gold. This album is no exception. Its fairly short duration (around forty minutes) and the minimalist style (mostly piano and vocals) make this album pass by in a wink. And besides, there's also the atmosphere, somewhere between the ethereal and the enigmatic, created on most of the songs, something I'll elaborate further on later. All these things put together make for an amazing album, in which the expression less is more, adopted by the german-american architect LUDWIG MIES VAN DER ROHE is completely evident, something which is suitable for the whole of Agnes' music.

I don't know if the expression masterpiece is abused of, but I like to think that a masterpiece is something which is remarkable, special, to each one of us, regardless of what everybody else thinks or considers as such. Either way, this album means that to me.

I'll avoid the task of saying anything about the lyrics, for beyond the above-mentioned concept, they are too cryptic for me to understand.

STRETCH YOUR EYES comes first. Taking her second album, AVENTINE (2013), into account, which relies more on just vocals and piano, this song comes across at first as a tad weird, and takes a while to digest, because of the different orchestration. But the song gets better and better and after some listenings you get to like it quite a lot. The several voices help create that eerie atmosphere I've talked about already, which will play an even more important role in subsequent songs. I like the ending very much, that's the best part.

The dark and the ghost, they dance so sweet and slow, dug-out from below there to damn the gods.

FAMILIAR is one of her most well-known songs. It is also one of her best. The refrain seems like being sung by a man, but actually is a distortion of her voice, achieved by some kind of modulation or strange instrument. The violins help speeding up the ending and the song is so good you just wish it was longer. Essential.

For our love is a ghost that the others can't see. It's a danger.

The short instrumental RED VIRGIN SOIL is the song which best reproduces that suspenseful atmosphere, which reminds me of the spy movies during the Cold War, or even WWII. Not among the best songs here, but still essential listening. That's how good the album is.

IT’S HAPPENING AGAIN it's one of those nostalgic piano songs which go hand in hand with rainy days, something that also comes in handy for almost her whole body of work. Beautiful.

I took a day or two to exile from the light, to unfold that prisoner they call a mind.

On STONE there seems to be what at first I thought was an acoustic guitar, but such instrument is not listed in the credits. It may be another stringed instrument, such as cello or violin, but played with the fingers, without the bow. In her live videos you can see the musicians who play with her doing something like that. Anyway, this song is one of the best and above all, the whispers at the ending.

They say every sin will have a thousand eyes, to guilty fools with guilty minds. But I must be cruel to be kind, deep within my head of stone.

TROJAN HORSES introduces Agnes' double singing and some violins who resemble those at the ending of Familiar, producing an impression of haste, as if being chased, after a calmer beginning.

Seek what I seek in a blinding flash, these bare bones are made of glass.

And along comes the title track, CITIZEN OF GLASS, one of Agnes best songs. The brilliant main melody, the one the song begins with, stays in your head, and said piano slowly fades away as the ending arrives, to round off what is very likely to be, together with Familiar, the best track on the album.

And no straining of the string can reverse what will begin.

On GOLDEN GREEN Agnes displays several different voices and there's this sensation of being amidst some kind of pagan ritual. The refrain gets more solemn and increases the tension, to start the coven again thanks to those whispers and the overlapped high-pitched voices. Gotta be difficult to replicate on stage (I've seen it on YouTube and they manage to pull it off nicely). Brilliant.

Who are you to take over my mind with your eyes on me? All for you I am climbing the sky of golden green.

We're reaching the end with the second and last instrumental piece of the album, the wonderful GRASSHOPPER, which, as its own name points out, seems to mimic at times the moves of a grasshopper jumping from one place to another. In some other parts reminds me again of what I mentioned before about Europe during the Cold War. The song is very short and that makes you willing to listen to it again.

MARY closes the album in an intimate and mysterious manner, only with vocals and piano. It's the longest song of the album, also due to a long fade-out at the end, in which the music grows fainter by the second.

In my house the silence rang so loud.

I'm not even sure this is her best record, but it is a once-in-a-lifetime album in its own right anyway.

Credited along with Agnes are, Kristina Koropecki, Charlotte Danhier y Frederique Labbow on cello, John Corban on violin and Daniel Matz on trautonium, timbra and shakers. Everything else, which is no small feat, is played by Agnes.

The album cover... is nice, simple and with little fanfare. She's on it and her face is all over... her silhouette gets bigger and more defined. I guess this is something intentional and related with the concepts of glass and crystalline. The whole picture is very ethereal, as is the music itself. The author of both the photo and the design is the dane artist ALEX BRÜEL FLAGSTAD, who is also Agnes' partner and has made some of her videoclips.

The album was recorded in Berlin, between 2014 and 2016, in CHALKWOODSTUDIO and BRANDNEWMUSIC studios, and was produced and mixed by the very own Agnes, who also wrote all the music. It was mastered by MARTIN ENGLERT in ELEKTROMOS studios (Osnabrück, Germany).

The record company responsible of releasing it was the London-based independent label PIAS (PLAY IT AGAIN SAM). and it was released on the 21st Of October, 2016.

For the time being, her career goes on with the already mentioned and also amazing Myopia, released in 2020. Let's hope it will for many more years to come.

See you soon.