RISE & FALL / AUGE Y CAÍDA DE LOS HELLOWEEN CLÁSICOS (1987 - 1993)
Cuando hice la primera parte de este artículo, dedicada a los primeros HELLOWEEN, no pensé que llegaría una segunda. De hecho no quería llegar a la época más conocida del grupo, pero de alguna manera me fue imposible no comentar ciertos temas y una cosa llevó a la otra. Acabé contando lo que debería ser el eje de este artículo, sólo que sin ahondar en la música.
Helloween. Picture disc |
Future World |
Future metal |
Recibiendo calabazas. De izquierda a derecha: Ingo, Markus (arriba), Kiske, Weiki (arriba) y Hansen |
Helloween junto a los thrashers americanos Overkill, con quienes compartieron cartel en 1987 |
Esto funciona |
El segundo capítulo de la saga Keeper fue editado el
veintinueve de Agosto de 1988, de nuevo a través de Noise. Como dije antes, el
disco anterior tenía un aire más siniestro u oscuro, más que nada en lo que a
la música se refiere, ya que las letras eran por lo general bastante positivas
si obviamos canciones como Twilight Of The Gods o A Tale That Wasn’t Right,
pero esta segunda parte no sólo mantiene el mismo espíritu en cuanto a las
letras, sino que además lo ratifica con una lista de canciones más alegres, en
general, y variadas musicalmente hablando.
Los estudios Horus de Hanover volvieron a ser el lugar
elegido para grabar el disco, en sesiones maratonianas durante los meses de
Mayo y Junio de 1988, en las que Newton y Hansen (el otro Tommy) se turnaban,
hasta que el segundo fue despedido y Newton se quedó solo, que aparentemente
era lo que quería. Ya saben, detalles acerca de todas estas movidas los pueden
encontrar en la primera parte del artículo (VICTIMS OF FATE).
La formación de Helloween, en su momento más álgido antes de
la llegada de los malos tiempos, era por supuesto la misma, y lo mismo pasó con
la portada del disco, que volvió a ser obra del tándem Karczewski. Esta vez lo
que nos encontramos es un dibujo que parece representar la lucha entre el bien
y el mal, con una llave dorada de por medio. Me gusta bastante más la de la
primera parte, la verdad.
Keeper Of The Seven Keys II |
Pero lo importante son las canciones, y aquí hay más que en el
disco previo y también muy buenas. Mayor protagonismo esta vez para Weikath,
que compuso la gran mayoría de las mismas, al contrario de lo que pasó en el
primer Keeper, donde Hansen aportó más. De todas formas, las fuentes difieren un poco en cuanto a esto.
Happy metal |
La obligatoria (o eso parece) introducción se llama esta vez INVITATION, y empieza con los sonidos del viento y de un ave, para acabar siendo más de lo mismo que escuchamos en Initiation, pero más épico aún, y sobre todo más alegre, hasta que se funde con la primera canción propiamente dicha, la muy conocida EAGLE FLY FREE (en cuya composición creo que también colaboró Hansen). Ésta es una canción considerada como una de las más definitorias de todo un género, el power metal europeo, y ha servido (y sirve) como plantilla a partir de la cual muchas más bandas y canciones han sido engendradas. Y con razón, ya que lo tiene todo: un gran riff inicial con el bajo bien audible, y velocidad posterior, con un incansable Ingo. Y después, al igual que en I'm Alive un puente algo más melódico, y sobre todo otro estribillo épico e inmortal y de muy difícil olvido, aunque yo prefiero el de la anterior canción, la verdad. Pero ahí no acaba la cosa, ya que este tema es muy especial y no sólo por la yo comentado. Está el incesante uso de doble bombo por el bueno de Ingo, que es otra de las características típicas del género, y sobre todo lo que acontece al llegar a la mitad del segundo minuto: Helloween no quitan el pie del gas y se lanzan hacia una serie de solos de guitarra, uno de bajo, otro de guitarra y uno de batería. En total, casi los ochenta segundos ya comentados de I'm Alive, y luego vuelta al estribillo una vez más. Esta canción lo tiene todo, incluida la típica letra sobre libertad y ansias de ella, personificada en un águila que observa tranquilamente como aquí abajo nos vamos cargando todo lo bueno que tenemos de una manera u otra. Algo perfectamente aplicable a la sociedad de treinta y cinco años después. Momento culminante del género y del heavy metal en general se mire desde donde se mire.
That's what mankind contributed to create a better time.
Sigue la segunda canción que Kiske se trajo de su grupo previo y que no es otra que la acojonante y bastante poco valorada YOU ALWAYS WALK ALONE. Tiene un principio instrumental bastante variado e interesante, ya que no da pistas acerca del veloz riff que empieza pasado medio minuto, al que se une Kiske casi de inmediato y la canción sigue por territorios más rápidos y familiares. El estribillo tarda en llegar y tras éste hay un solo de guitarra de aires desquiciados que va seguido de una parte con guitarras limpias en la que Kiske recita y canta a partes iguales, hasta que la misma se funde con el riff del principio y empiezan más solos de guitarra que desembocan en un nuevo estribillo. El final no tarda en llegar y parece un tema corto pero no lo es (llega a los cinco minutos), cuya letra no sé interpretar bien. Puede que se trate de un alegato en defensa de aquello en lo que uno cree (en este caso la vida como músicos de los protagonistas), lo cual seguiría la línea positiva ya comentada, pero la verdad es que la parte limpia anterior en la que se habla de un borracho me confunde del todo.
You say to me I will repent what I do.
Helloween acometen otro de los grandes temazos del disco, RISE & FALL, que no deja de ser una de esas canciones divertidas y bobaliconas de esta época y que resultan tan entrañables. Empieza con Ingo en solitario, castigando sus bombos, y desde el riff inicial y las risas de fondo te puedes dar cuenta de que éste va a ser un tema cachondo, incluso con cierto aire teatral a lo QUEEN en el puente previo al estribillo. La sección de los solos es más acelerada y en general el tema es dominado por el buen rollo y por un Ingo descomunal. La canción termina con todo un repertorio de animales de granja, por si la broma se hubiese quedado corta, y habla de las ironías de la vida y de cómo todo parece tener un precio o contrapartida.
A little dragon could spit fire but never so for something bad.
Y tras una canción vacilona, más de lo mismo, con la nuevamente cachonda DR. STEIN, seguramente una de las tres canciones más conocidas del grupo y digna merecedora de un hueco en la lista de la que hable en el disco anterior, dado su aire facilón y pegadizo, más la insana cantidad de veces que la habré podido escuchar. No está mal, ya se sabe, pero es, si no la canción menos llamativa del disco, sí la que menos me apetece escuchar desde hace mucho. Se trata de una nueva y particular versión de la historia de Frankestein. Se cuenta cómo jugar a ser dios tiene sus consecuencias.
La canción presenta un riff sencillo y machacón, más un puente con bastante presencia de los teclados y otro estribillo de los que no te abandonarán en mucho tiempo. La canción, como las criaturas del doctor, parece cobrar algo de vida y velocidad justo después de dicho estribillo, con un riff galopante bastante chachi que, tras la segunda estrofa sirve de base a los solos de guitarra, a los que se une otro de órgano de iglesia.
One night he cloned himself, put his brother on a shelf.
Los ochenta |
WE GOT THE RIGHT es la canción más peculiar del álbum, pues se aleja del tono más o menos habitual de lo que venía siendo el disco hasta ahora (Kiske es el autor esta vez), y del álbum entero en general. El principio es ciertamente oscuro y lento, con protagonismo de Markus y Kiske, hasta que tras casi treinta segundos la canción cambia de marcha, pero no para imprimir excesiva velocidad ni mucho menos para que el tono sombrío de la canción cambie. Me encanta como los guitarristas parecen replicar la melodía vocal de Kiske con un riff que parece arrastrarse bajo la misma y el cantante, como es habitual, está inmenso. El estribillo vuelve a cogerte por sorpresa, volviendo a ser una sección lenta y con guitarras limpias, y un aire algo teatral, hasta que el propio estribillo también cambia y da paso a una larga y muy melódica sección instrumental con los guitarristas tocando al unísono y, esta vez sí, con un aire mucho más desenfadado y optimista, al que acompaña algún teclado y el grandioso trabajo de Ingo con los bombos. Y vuelta a lo mismo hasta el épico final lleno de coros de fondo.
Siempre ha sido la canción que menos me ha llamado la atención del disco aunque cada vez la voy teniendo en mayor estima. Me gusta cómo pasa de lo sombrío a lo positivo y en esa línea va su letra, que llama a creer en uno mismo. Una vez más.
You better believe all you do has a sense, it's not for nothing.
Turno ahora para las dos canciones que Hansen escribió en solitario, empezando por una de las favoritas de la gente, la veloz MARCH OF TIME, a la que yo siempre he considerado bastante pero que no me llama tanto la atención como parece llamarle a la gran mayoría.
Comienzo totalmente épico y excesivo, lleno de teclados, hasta que tras treinta segundos la canción coge velocidad y cambia totalmente, gracias a un gran riff de Kai y al incansable Ingo. Kiske canta en un tono altísimo, hasta que llega la parte previa al estribillo donde todo frena y en dicho estribillo (uno de los momentos más recordados de todo el disco) la voz del cantante parece repetir el épico principio. Tras dos repeticiones, los infaltables solos de guitarra (que mezclan fases muy heavies con abuso de barra whammy incluido, con otras más melódicas) y una nueva parte bastante acelerada, llega de nuevo el estribillo y un final también bastante épico.
Como ya he dicho me gusta mucho pero está lejos de ser lo mejor del disco y la encuentro un poco excesiva y recargada a ratos. Trata, cómo no, del inevitable paso del tiempo y de hacer lo posible por aprovechar éste de la mejor manera posible.
Times of peace, times of fights, constant movement is our life.
Y aquí está, la primera canción que escuché del grupo (supongo que lo mismo les habrá pasado a muchos) y posiblemente la más famosa de todas, en dura pelea con Future World o Dr. Stein, y que no es otra que I WANT OUT, toda una declaración de intenciones por parte de un Hansen que se veía fuera de Helloween en muy poco tiempo.
Tras la famosa melodía inicial Kiske canta sólo sobre bajo y batería, casi hasta que llega el inmortal estribillo a coro, aunque esto cambia en la segunda estrofa, con todo el grupo en marcha, lo que hace que la canción gane bastante en intensidad. Después la parte del solo y un par de interminables alaridos de Kiske, para que la canción termine a caballo de la ya mencionada melodía inicial.
La letra habla sobre la necesidad, llegado un punto, de que le dejen a uno en paz y estar solo.
No one asks us how we like to be.
Cierra el disco el gigantesco tema título, KEEPER OF THE SEVEN KEYS, que con sus más de trece minutos de duración viene a ser la réplica de Halloween, en el primer disco, aunque con una temática muy distinta. Se trata de la típica lucha entre el bien y el mal, que puede dar lugar a muchas interpretaciones que no vienen al caso, entre ellas las religiosas, pues el texto menciona a Satán y a Lucifer.
Lo importante es la música, y esta canción es un monstruo musical de primer orden que contiene todo lo bueno de Helloween de una manera u otra. Una canción digna de terminar la fase más legendaria de la historia del grupo, aunque esto aún no lo sabíamos. Guitarras acústicas abren el tema, hasta que entra todo el grupo para crear uno de esos comienzos épicos, con teclados y todo, pero de una manera mucho más convincente. La canción va acelerando de manera progresiva al ritmo del poco valorado Ingo, un batería de primer nivel, hasta que llega el bonito estribillo, también muy épico.
Tras dos vueltas llega la hora de lanzar las llaves, con geniales solos de guitarra entrelazados con partes rítmicas y el bajo de Markus haciéndose notar, y poco después la voz de Kiske, que vuelve a estar al mando y da paso a una de las mejores partes del tema, cuando llega el minuto siete, y canta lo de Disease, disease my friend y la canción acelera. Después viene otra no menos brillante parte lenta instrumental con Hansen y Weikath que dará paso a Kiske hablando de la lucha interna anterior del protagonista y después más y más solos de guitarra, alguno muy neoclásico, al igual que pasaba en Halloween. Absolutamente genial esta parte, por si no fuesen suficiente todas las anteriores.
Para terminar una voz en off y la siguiente vez que Kiske abra la boca ya estaremos casi en el minuto doce y el último estribillo dará paso al final, acústico e idéntico al principio, pero esta vez instrumental.
Throw the first key into the sea of hate.
Flying free |
Un disco grandioso rodeado por dos obras maestras, exactamente igual que la primera parte (si obviamos Follow The Sign). Al igual que ya dije acerca de la versión expandida del primer Keeper, la del segundo contenía también todo el material extra que había acompañado a los singles del disco, y si en la primera parte había cosas que merecían mucho la pena, aquí hay mucho más aún, tanto que esta edición de la que hablo es doble.
Por empezar por lo menos interesante, en ese segundo disco tenemos versiones remezcladas de Dr. Stein y del tema título, ambas extraídas de la recopilación TREASURE CHEST, de 2002. Lo realmente bueno son las caras B de los singles, la mayoría de ellas acojonantes.
I Want Out |
Empezando con SAVE US (nuevamente de Weikath), que es un temazo extraído del single I Want Out y que en su día ya se coló en algunas ediciones del disco. Tras unos segundos de efectos y voces de fondo empieza el riff principal, tremendo, con Ingo (una vez más) imprimiendo al tema una potencia tremenda. El sonido de la batería es simplemente abrumador. Imposible no mover la cabeza. El estribillo, otra vez a coro y muy conocido (esta canción suele ser otra favorita habitual entre los fans de la primera etapa del grupo, por mucho que no sea una de las canciones más habituales), es ideal para los conciertos, y tras dos vueltas vuelven las voces del principio, que dan paso a una pequeña sección con algo de teclados y después los inevitables solos. Save Us termina con Kiske avisando de todas las cosas de las que hemos de ser salvados, entre ellas, nuestra propia ignorancia.
La letra habla de la espiral destructiva de la humanidad y de la posibilidad de que alguien o algo nos salve. Supongo que todo esto es susceptible de más interpretaciones.
Without you we're weak and alone.
También en alguna de las versiones de I Want Out apareció DON'T RUN FOR COVER, que sigue resultando muy válida a pesar de ser la que menos me atrae de este lote. El riff inicial es muy cachondo y así es el tono general de todo el tema, con la batería siendo de nuevo protagonista, aunque la canción es más melódica y no tan rápida como la anterior. El solo de guitarra le da algo más de seriedad al asunto y es muy típico del grupo, con partes compartidas por ambos guitarristas. El autor, Kiske.
Temáticamente puede emparentar con You Got The Right, creo yo, ya que, como su propio nombre indica, va de ser valiente y hacer cosas que den sentido a la vida de cada uno.
You know, I know, your destiny's in your hand.
Dr. Stein |
Quedarían las dos canciones que, junto a la mencionada versión de 1987 de Victim Of Fate, aparecerían como caras B del single Dr. Stein, empezando por SAVAGE, un brutal, rápido y breve asalto sónico que sin tener la misma estética que lo escuchado en el material cantado por Hansen, sí que resulta de lo más heavy que el grupo había hecho, al menos hasta entonces. Y lo más curioso es que es una canción de Michael Kiske, al que se suele relacionar con las tendencias más melódicas del grupo. Estribillo altamente adictivo, doble bombo sin tregua, velocidad a tope (menos en la cabalgante sección intermedia) y una letra acerca de los prejuicios que tiene la gente desde fuera con respecto al fan medio del heavy metal, o eso creo yo. No quiero repetirme diciendo algo más acerca de Ingo, al menos en lo relativo a este disco. No hace falta.
They just call us savage, and that's what I like to be.
Y sólo faltaría la muy alegre LIVIN' AIN'T NO CRIME, una de esas canciones, otra vez de Weiki, por las que al grupo se le ha identificado muchas veces como happy metal (es probable que incluso dicha etiqueta fuese creada para ellos), junto a Dr. Stein o Rise & Fall, sólo que mejor aún. El riff inicial y la voz de Kiske son poco menos que mágicos y la canción se mueve a una velocidad moderada, apoyada por la tremenda pegada (perdón) de un Ingo más contenido y un estribillo que es pura alegría (me hace gracia, porque yendo a la sección de comentarios de uno de los vídeos de esta canción en YouTube, el único que aparece dice esta canción me hace muy feliz). Pero todo cambia cuando empieza la parte instrumental, ya que cerca del tercer minuto la canción se vuelve bastante más agresiva durante los solos de guitarra, hasta que las aguas vuelven a su cauce habitual y el tema termina con el mismo riff con el que empezó. La letra creo que podría considerarse como la propia interpretación del grupo del dicho vive y deja vivir.
So tell me, aren't we all just one holding the flame?
Turno ahora para un artefacto bastante curioso por varias
razones, que ahora pasaré a comentar, y que terminó siendo el único documento
oficial en directo de Helloween en su época clásica, y por supuesto con Kai
Hansen y Michael Kiske en sus filas. Llegarían después varios discos en directo
del grupo, cómo no, y también con estos dos miembros de nuevo en el redil, pero
en su día éste fue el primer disco en vivo del grupo y el único de sus primeros
años.
Las razones? Unas pocas. La primera es que se trata de un disco
que, aunque largo en duración teniendo en cuenta el número de canciones, sólo
consta de siete temas, lo cual dejó a los fans un poco perplejos. Por qué no
grabar un disco doble en directo, y más teniendo en cuenta la época por la que
pasaba el grupo? Al fin y al cabo, ni es un EP ni tampoco el típico álbum en vivo,
doble en muchos casos y más en aquellos tiempos.
Este disco, además del nombre arriba indicado,
correspondiente a su versión europea, conoció dos nombres más: KEEPERS LIVE,
para la edición japonesa, y I WANT OUT (LIVE) para Estados Unidos. En
ambas está ausente Rise & Fall.
Y la tercera supone que por primera vez (lo dice Wikipedia,
y yo la verdad, ni me había fijado tras tantos años) la letra O del logo del
grupo no es sustituida por una calabaza, sino por el dibujo de una de ellas
dentro de un bombo de batería. Además, la versión americana sustituye dicha
letra por un globo mundial en el que se ven las islas británicas y parte de la Europa continental.
Por último, me resulta curioso que Helloween eligiesen el
Reino Unido para grabar este disco. Quizás manejaban varios shows y los mejores
eran estos y no hay más al respecto, pero lo cierto es que, si bien los
británicos inventaron y asentaron el género, llegado un momento de la película
parecieron perder interés en él, más allá de lo que eran las vacas sagradas,
llegando a ser algo residual y, hasta donde yo sé, de power metal van bastante
justos. De hecho, recuerdo haber leído algo acerca de la manía que tenían a
Helloween en concreto, a quienes simplemente no tomaban en serio. Pero bueno,
qué sé yo? Y es que, por otro lado, en ese mismo año 1988 ya habían tocado en el festival inglés de Donington, pero ésta era la primera vez que tocaban por su cuenta en las islas.
Sea como fuere, el disco se grabó en su totalidad en el
teatro conocido como Edinburgh Playhouse, de Edimburgo, el seis de Noviembre de
1988. La única excepción fue I Want Out, grabada en el Manchester Apollo de
Manchester al día siguiente. Salió a la venta en Europa el seis de Abril de
1989 (tengo mis dudas acerca de si a través aún de Noise o de EMI) y fue producido por Tommy Hansen (lo sé, esto no cuadra con aquello de
haber sido despedido durante las grabaciones del segundo Keeper, pero de alguna
manera ahí estaba el tipo otra vez).
En cuanto a la portada, las ediciones americana y japonesa
tenían la misma que se eligió para el single I Want Out (cortesía del artista belga FREDERICK MOULAERT), en la cual una
calabaza imitaba a aquella imagen del famoso Tío Sam pidiendo que la gente se
alistase en el ejército, aunque cambiando el título respectivo, claro está. Pero la edición europea contaba con una mucho más chula y
simpática, realizada también por el mismo creador, en la que unos Helloween de dibujos animados tocaban para una audiencia
compuesta por calabazas. En dicho dibujo se podía distinguir perfectamente a los cinco miembros, que seguían siendo los mismos, y que esta vez contaban además con un teclista llamado JÖRN ELLERBROCK.
Live In The UK |
Keepers Live |
I Want Out - Live |
El repertorio consiste mayormente en canciones de los dos Keeper, como era de esperar, más la famosa y ya comentada en el artículo previo versión en directo de HOW MANY TEARS?, que cierra el disco y que es la única concesión a la época en la que Hansen era el cantante.
El disco empieza con A Little Time y el sonido es bastante aceptable, aunque creo que todo queda un poco sepultado bajo la batería de Ingo. El grupo reduce y recrea a su manera la parte de los relojes y los coros suenan algo forzados, pero bien. Tras ella Kiske bromea con el público, haciendo ver que no saben dónde están tocando, y asegurando que tienen un set muy especial para esa noche, que incluye canciones rápidas y lentas, y también interesantes y aburridas. Qué majo.
Siguen Dr. Stein, solo de órgano incluido, y Future World, pareja inevitable en su repertorio en directo desde entonces. La segunda tiene un inicio más prolongado, con aquel pequeño segmento que se escuchaba en GORGAR y bastante participación del público. Helloween alargan el tema, con vaciles intermedios y Kiske cantando el famoso ALL SHOOK UP de ELVIS PRESLEY. El cantante también hace participar más a la audiencia, pidiendo que canten el estribillo de Future World.
Después, la simpática Rise & Fall y una elección un poco extraña con We Got The Right, una de las canciones menos comentadas de Keeper II. I Want Out va después, y encuentro que palidece un poco en comparación con la versión original, sobre todo porque la melodía inicial es interpretada por ambos guitarristas, sin guitarra rítmica, lo que le hace perder energía. Y para terminar un poco de Schlager alemán y cantos futboleros antes de la final y muy elogiada How Many Tears?, comandada por Kiske de manera magistral y que tiene más protagonismo de los teclados en su parte lenta.
En general un documento más que válido para hacerse a la idea de lo que era el grupo en directo cuando todavía eran unos chavales, aunque creo que hubiese sido una genial idea, sobre todo viendo como la nostalgia con respecto a esta etapa iría creciendo hasta niveles insospechados, sacar un disco el doble de largo con un repertorio algo mejor escogido y un mejor sonido. Echo de menos sobre todo algo más de músculo en las guitarras ya que creo que Helloween más potentes en estudio que en este disco, cuando lo normal es que fuese al revés.
Portada y contraportada de la edición europea juntas |
Chao Kai! Gamma Ray espera |
PINK BUBBLES GO APE
Si todo lo anterior supuso el auge de Helloween hasta el
estrellato más absoluto en el panorama del metal europeo, la caída empieza a
partir de aquí, aunque como ya conté en el primer artículo, la armadura ya
tenía varios golpes a estas alturas. No entraré de nuevo en todo lo relativo al
retraso en la salida del disco y los problemas legales con Noise que lo
motivaron, ya que también se habló de ello ya, pero lo cierto es que, si bien
el grupo tenía sus problemas en cuanto a la relación entre sus miembros (más
los legales, que encima propiciaron que no pudieran tocar en directo durante un
tiempo), algo que, entre otras cosas, propició la salida de Kai Hansen,
Helloween podían haber optado por seguir una línea musical más coherente
teniendo en cuenta su pasado (siempre sabiendo que lo inmediatamente anterior
iba a ser casi imposible de igualar) y no lo hicieron, sacando una colección de
canciones que dejó confusos a los fans (no sabían aún lo que les esperaba poco
después), hizo a Helloween gastarse una barbaridad de dinero y poco menos que dinamitó
el estatus de la banda. Culpa de Michael Kiske, a quien su progresivo aumento
de liderazgo en el seno del grupo le había llevado a tomar las riendas en
cuanto a la composición de la gran mayoría de temas, que resultaron más
accesibles y facilones que los de antaño? Quién sabe, pero lo cierto es que fue
ROLAND GRAPOW, el guitarrista (también procedente de Hamburgo) que
reemplazó a Hansen, quien estuvo detrás de casi todos los mejores momentos de
un disco que, además, tocaba temas más sociales en cuanto a las letras.
Seguramente la situación no era la más idónea para nadie e insisto, quizás era
el momento de haber apostado por algo más seguro.
Entra Rolad Grapow |
No todo es malo, desde luego, y de hecho yo lo considero un
disco entretenido, en general, si se acerca uno a él sabiendo que no
va a encontrar ni un WALLS OF JERICHO II ni un Keeper III. Lo peor estaba por venir, y con creces.
Salió a la calle el once de Marzo de 1991 (en Alemania más
tarde, debido a dicho pleito), a través de EMI, pero había sido grabado durante 1990, en los
estudios PUK de Gjerlev, Dinamarca. También se usaron los estudios SOUND
HOUSE de Hamburgo para grabar un par de temas. La producción corrió a cargo
del muy famoso productor británico CHRIS TSANGARIDES, que más o menos
por esa época produjo el más que famoso PAINKILLER de JUDAS PRIEST,
y la formación fue la misma pero sin Hansen (lo cual no era poca cosa, desde
luego), que formaría GAMMA RAY, sustituido por el mencionado Grapow.
Además, se contó con varios teclistas, entre ellos Jörn Ellerbrock, que ya
había tocado en directo y aparece en Live In The UK.
El disco fue precedido por el single KIDS OF THE CENTURY,
cuya portada había sido creada por el famosísimo STORM THORGERSON,
fundador de HIPGNOSIS, autor en su día de portadas para discos de UFO
o LED ZEPPELIN, y sobre todo de la archiconocida cubierta de THE DARK
SIDE OF THE MOON, de PINK FLOYD. El rollo psicodélico del autor se
plasmó a lo grande en dicha portada, y si bien ésta ya era horrible, la del
disco que nos ocupa, también del mismo autor, es atroz, con una chica (que resultó ser la sobrina del
autor) agarrando un pez en un pasillo, sin burbujas ni monos por ningún sitio (excepto en el logo del grupo, donde una burbuja sustituye a la calabaza habitual). Si
el disco causó extrañeza, la primera impresión que daba la portada ya suponía un
mal augurio.
Pink Bubbles Go Ape |
Pero vamos con las canciones, algunas bastante válidas.
Still number ones? |
Kids Of The Century |
Number One |
The Best, The Rest, The Rare |
Helloween habían gastado mucho más dinero del esperado
durante la grabación del anterior disco y los resultados no habían sido los
esperados, a lo que se añadió el retraso en la salida del disco y la
imposibilidad de tocar durante un tiempo, con lo cual es posible que la
compañía les pidiese que hiciesen algo más comercial y accesible para intentar
revertir la situación. Grapow negaba este hecho, alegando que sólo querían
cambiar de dirección y que estuvieron totalmente en control del proceso
creativo, aunque lo cierto es que había una deuda que rondaba los dos millones
de marcos y esta afirmación del guitarrista difiere de la de su colega Weiki. Sea como fuere, no funcionó. Más bien al revés,
siendo el disco de Helloween con menos tirón comercial. Se supone que quisieron
hacer algo mucho más variado y distinto (el propio título así lo indica), pero
lo que el resultado final indica es que el grupo en realidad estaba aburrido,
falto de inspiración y lo que es peor, seguramente hartos los unos de los otros.
De ahí los comentarios de algún miembro del grupo que señalaban que apenas
existían ya como banda y que este disco era más bien una especie de disco en
solitario de tres de los miembros.
Por supuesto, hay gente a la que le gusta este disco, y he llegado a leer a alguno por ahí decir que es su preferido del grupo, pero
incluso tomando Chameleon por lo que es, un disco de hard rock melódico con
guiños a la música pop y algún que otro muy aislado momento de heavy metal, el
disco resulta totalmente insípido. Si lo tomas como un disco de los autores de
la saga Keeper, etc, resulta casi inaceptable, y a todo esto se añade el hecho
de que la duración del disco es bastante excesiva, con casi seis minutos de
media por canción, algo que no sería un problema de ser las canciones lo que
estas no consiguieron ser. También hay gente que piensa parecido de Pink
Bubbles Go Ape (no por su duración, claro está) e incluso quien cree que
Chameleon es superior, pero en lo que a mí respecta dicho disco es espectacular
al lado de éste.
Hay una cosa muy buena acerca del disco, en cualquier caso,
y es que el cantante sigue siendo Michael Kiske, lo que no es poco, a pesar
incluso de que sus aportaciones como compositor en este álbum están, por lo
general, lejos de ser lo más destacado de Chameleon. Y uno puede imaginarse, más que a ningún otro de los músicos, al pobre Ingo terriblemente aburrido con su trabajo en el disco, al pasar de ser la apisonadora habitual, incluso en el disco anterior, a tener un papel bastante más residual y contenido. Pero todo a su tiempo.
El disco salió el treinta y uno de Mayo de 1993, a través de
EMI (último disco con esta compañía), habiendo sido grabado en Hamburgo
(estudios CHATEAU DU PAPE) en 1992, y la misma formación del disco
anterior se rodeaba esta vez, de manera excepcional dado el carácter del disco,
de una amplia variedad de músicos invitados, entre los que se incluía al de
nuevo productor Tommy Hansen a los teclados.
Y como dato curioso hay que comentar que la portada (bonita,
por cierto, y completamente alejada de los cánones habituales del heavy metal),
blanca y con una serie de brochazos de colores, fue idea y creo que ejecución
del propio Michael Kiske, que vuelve también a contribuir con algo de guitarra
como ya hizo en el disco anterior.
Chameleon |
Puede que el lector note más desinterés o brevedad por mi
parte al comentar estas canciones, y con razón. Y es que es simplemente eso,
que la mayoría de ellas no me dicen apenas nada. De hecho hay unas cuantas
caras B extraídas de los cuatro singles que se editaron del disco que me atraen
bastante más que las propias canciones del disco.
Tras un poco de barullo y unos cuantos
gritos empieza FIRST TIME. Hasta mi poco entrenado yo de 1993, a quien acababan
de grabar el disco en una cinta (qué tiempos aquellos), ya era consciente de
que había diferencias obvias entre lo que había escuchado del grupo hasta
entonces y esta canción, pero tampoco entendía por qué se había organizado
semejante mogollón con respecto a este disco, ya que esta canción está bien y
no deja de ser heavy metal. No como el de antaño, claro está, pero hay energía
aquí, el grupo suena con ganas y me atrevo a decir que no sólo el riff inicial
es bastante bueno, sino que además no tiene nada que envidiar a la inmensa
mayoría de lo escuchado en el disco anterior en cuanto a potencia se refiere. De
paso, esta canción, además de ser muy alegre y su estribillo muy pegadizo, me
trae muchos recuerdos de un verano que recuerdo muy bueno. Sin problemas
entonces. Una de las mejores canciones de Chameleon (y de las pocas
destacables), escrita por Weiki, con una letra bastante ridícula acerca de la
atracción del narrador por otra persona, sea o no la primera vez de esta
última.
I can’t wait forever baby, open me your door.
Era sólo un espejismo y es con WHEN THE SINNER, uno de los cuatro singles extraídos del disco y una de las cuatro aportaciones de Kiske, cuando uno empieza a darse cuenta de que esto va en serio y todo lo malo que Pink Bubbles Go Ape había insinuado se va a concretar aquí a lo grande. Pero a lo grande de verdad. Y no es que la canción sea una atrocidad sin más, ya que se puede escuchar con cierto agrado de vez en cuando, pero esos teclados y esas trompetas? Hasta un clarinete (creo) al final! Incomprensible incluso teniendo bien presente el disco previo. La canción cambia su aire completamente festivo durante los solos de guitarra, que no están mal, pero muy lejos de ser suficientes para salvar el conjunto. Creo que la canción va del conflicto con Noise, el cual incluso parodian en el videoclip del tema.
Don't wanna be what I'm not.
Se viene la incertidumbre |
Para cuando I DON'T WANNA CRY NO MORE ha avanzado un poco queda claro que esto va a ser duro. Se trata de una insulsa balada con bastante guitarra acústica (incluso la primera parte del solo es acústica) que hace que la anterior y aburrida Your Turn sea el culmen de este tipo de canciones. Poco más que decir. Y es una pena ya que Grapow es el autor y el tema es un homenaje a su fallecido hermano RAINER, como así atestigua su bonita letra.
You knocked on heaven's door and we won't see you anymore.
A Helloween les había ido más que bien en el
pasado a la hora de incluir animales en los nombres de sus canciones (reptiles
y águilas), pero la cosa se había torcido seriamente en el disco anterior con
los monos y los hamsters. CRAZY CAT es incluso peor. Aquí se cuenta la historia
(breve, por suerte) de un gato malote al que le gustan las tías, el juego y el
pimple, mientras una insoportable sección de viento te taladra sin piedad.
Cabaret Helloween? No, gracias. Atroz. Y aunque no sea exactamente lo mismo el
grupo llegaría a superarse, para mal, con esa atrocidad llamada UNARMED (2009)
que revisitaba antiguos clásicos, en mi opinión de manera totalmente
desafortunada.
Como curiosidad hay que decir que esta canción, cortesía de Grapow, parece estar basada en la peli de animación para adultos FRITZ THE CAT, de 1972 (RALPH BAKSHI).
Fritz played his false game too far.
Someday, someway, I may see a wonderland.
Por desgracia, los chicos vuelven a las
andadas con WINDMILL, una balada de Weikath con piano completamente
prescindible, que llega a hacer atractiva a I Don’t Wanna Cry No More y que
puede que sea, al menos en lo que a mí respecta, la peor canción del grupo que
yo haya escuchado. Y me extraña que en los discos que me faltan por escuchar
haya algo peor. Trata sobre la
soledad, supongo.
Don’t feel alone and depressed, someone will come at last.
REVOLUTION NOW tiene un comienzo decente, que más o menos dura un minuto, en el cual el grupo parece improvisar antes de que empiece la propia canción, cuyo riff principal no está mal, pero muy pronto Helloween pierden las ganas y empiezan los adornos de más. El estribillo tiene su aquel pero la voz filtrada de Kiske no ayuda. Como sorpresa, antes del segundo estribillo, Kiske improvisa durante unos segundos (con la letra cambiada) la famosa canción SAN FRANCISCO (BE SURE TO WEAR FLOWERS IN YOUR HAIR), de SCOTT MCKENZIE. Después de eso una sección instrumental con solos de guitarra, lo cual es de agradecer, y poco más. Una canción de Weiki bastante extensa que podría haber sido mejor de haber durado tres o cuatro minutos menos, cuya letra se dedica a la crítica social, hablando de tiempos mejores en comparación con los actuales.
And if you come to San Francisco, you're gonna meet some broken people there.
IN THE NIGHT es otra canción impensable para los Helloween de muy poco antes (es de Kiske, lo cual apunta en esa dirección), ya que se trata de una canción acústica, acompañada de percusión y de aire alegre, pero que no supone gran cosa y que, nuevamente, podría haber durado menos. La letra, sobre la búsqueda de una constante mejora en la vida, amén de otras cosas, no está mal.
The moment when I get things clearer I see another mountain to climb.
Turno ahora para otra de las tres mejores
canciones del disco con MUSIC, otra anomalía en el catálogo de Helloween, pero
esta vez hecha con bastante buen gusto y de manera mucho más contenida. Se
trata de un homenaje a la música que Grapow había escrito para su anterior
banda, RAMPAGE, y que se mueve de manera muy lenta sobre una guitarra limpia (con
breves y recurrentes frases de blues a la guitarra) hasta que estalla en mitad
de estrofa y en el estribillo. La canción es muy emotiva y a esto ayudan los
extensos solos de guitarra, ya sean limpios o distorsionados. Yo habría
prescindido de las trompetas que aparecen en los estallidos antes comentados,
que si bien es verdad que dan al tema cierto efecto dramático, le restan
interés y potencia. Aún así, es una canción que siempre me ha llamado mucho la
atención.
Music is like sunrise for me.
Los Helloween de aquellos años |
El final de Music se une al comienzo de STEP
OUT OF HELL, una vitalista canción, nuevamente de Grapow, que resulta ser una
regrabación con diferente letra de un antiguo tema de los mencionados Rampage
llamado VICTIMS OF ROCK, y que en este caso se dedica al batería Ingo y a su
adicción a las drogas. Lo que desconozco es si esta dedicatoria fue póstuma o
algo que el propio batería ya sabía en su día. La canción es movidita y entra (muy
a duras penas) dentro de lo salvable del disco, pero está demasiado adornada con
teclados y coros aquí y allá, para mi gusto. El estribillo no está mal pero se
podía haber aprovechado todo mucho mejor. Bastante olvidable aún así.
Streams of madness flow through your veins.
Este breve tramo de canciones que salvan un
poco el disco termina con I BELIEVE, que es la más larga de todas y acaba
resultando interesante, ya que musicalmente eleva bastante el nivel y además
resulta ser una canción curiosa en cuanto a la temática, al tratar el tema de
la fe (seguramente católica). La letra está bastante bien y aborda el tema
anterior desde la perspectiva de alguien lleno de fallos y contradicciones en
quien va calando dicha fe con el paso del tiempo, hasta terminar seguro de ella
(como dice el título de la propia canción).
En cuanto a la música, el riff principal lleva al tema a través de un desarrollo bastante solemne y épico, con teclados (creo que incluso un órgano de iglesia), arreglos de cuerda (cortesía de Michael Kiske, parece ser) y una buena pegada de Ingo, aunque en general lento y con el cantante en modo serio. Nada que no haya hecho en otras ocasiones, pero aquí se le nota especialmente concentrado en dar ese toque al asunto y, no en vano, la canción es suya. Tras una parte intermedia con solos de guitarra la canción entra en otra fase distinta, más o menos por el minuto cinco, más sosegada, hasta que un crescendo que está bastante bien lleva a la canción a terminar igual que empezó, con Kiske hablando esta vez en plural.
No es, ni de lejos, tu canción top de Helloween, pero dado el nivel del disco y la temática resulta bastante interesante y tiene muy buenos momentos.
I’m a sinner that’s starting to dare to believe.
Este disco, aún habiendo terminado con una muy sorpresiva obra maestra en forma de canción, hubiese tenido muy difícil salir de la mediocridad, aunque sólo fuese por un tema estadístico, pero al menos así habría más razones para recordarlo y volver a él y, de paso, para el optimismo de cara al futuro. Pero Helloween, encima, deciden acabarlo con una canción absolutamente depresiva y triste. LONGING no es que sea una canción horrenda, pero no deja de ser otro experimento fallido del grupo que además casi deja mal cuerpo. Guitarras acústicas, teclados sin fin y la voz lastimera de Kiske, nuevamente el autor, conforman este tema sobre introspección, búsqueda de ese algo más, etc.
Deep inside of me I know there’s got to be a different kind of truth that sets the spirit free.
En cuanto al resto del material extraído de los singles de Chameleon, hay en este caso abundancia del mismo, aunque por desgracia, y como era de esperar, mayormente en cuanto a su cantidad y no su calidad. Aún así hay alguna que otra cosilla por ahí que podría haber pasado el corte con respecto a otras canciones del disco, ya que las superan sin mucha dificultad. Obviaré, cómo no, una demo de Windmill por razones a estas alturas bastante obvias.
When The Sinner |
I DON'T CARE, YOU DON'T CARE es un tema de Weiki que apareció en el single de When The Sinner y que no está mal como versión hard blues de Helloween, aunque los coros y el estribillo dejan al conjunto un poco tirado. Kiske suena bastante aburrido también. La letra trata de la relación con una mujer de poco fiar.
Windmill |
Step Out Of Hell |
I don't wanna cry no more |
Sé que esto es hablar por hablar, ya que algo así sólo parece factible a posteriori y teniendo en cuenta una bonanza económica que por lo visto el grupo entonces no tenía. Además, la propia naturaleza de un disco así hace de la idea algo poco probable. Pero teniendo en cuenta de dónde venía el grupo y su tirón tras los dos Keeper, quién sabe? Y quién sabe qué hubiese pasado con el grupo, incluso sin Hansen?
Castillos en el aire, en cualquier caso. Yo, por mi parte, volveré una y otra vez a los primeros años del grupo, seguiré descubriendo cosas nuevas de ellos, ya sea lo que vayan sacando o discos de su larguísima etapa actual que aún no haya escuchado, y podré acordarme de vez en cuando de las canciones que me gustan de esta extraña etapa post-Hansen de Helloween, sabiendo que, por raro que parezca, el grupo no sólo sobrevivió a ella sino que fue capaz de volver a afianzar su estatus e incluso de conocer unos niveles de éxito y popularidad seguramente incluso mayores que los de aquellos años de finales de los ochenta. Y por otro lado, este grupo me ha dado tantos buenos ratos a muchos niveles que cualquier fallo del pasado parece ahora lejano e insignificante.
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