RISE & FALL / AUGE Y CAÍDA DE LOS HELLOWEEN CLÁSICOS (1987 - 1993)

Cuando hice la primera parte de este artículo, dedicada a los primeros HELLOWEEN, no pensé que llegaría una segunda. De hecho no quería llegar a la época más conocida del grupo, pero de alguna manera me fue imposible no comentar ciertos temas y una cosa llevó a la otra. Acabé contando lo que debería ser el eje de este artículo, sólo que sin ahondar en la música.

Por eso, meses después me quedó con la sensación de que algo falta y voy a aprovechar para terminar lo que empecé. Aprovechando todo lo ya relatado en el artículo anterior sólo tengo que centrarme en las canciones y poco más, por lo que me voy a dedicar a los discos que el grupo editó con MICHAEL KISKE como cantante, y que llevarían a Helloween de la gloria más absoluta como reyes y poco menos que creadores de su propio género en Europa (no sólo la música, claro está, como ya se contó en su día, pero se entiende), a su casi destrucción total, pasando a ser una pobre caricatura de lo que muy poco antes habían sido.

Saldrían de esa, ya se sabe. Y de qué manera. Pero esa es otra historia.












KEEPER OF THE SEVEN KEYS I


El que fuera el segundo disco de la banda salió a la venta en Europa el 23 de Mayo de 1987, a través de NOISE INTERNATIONAL, precedido por los singles HALLOWEEN y FUTURE WORLD. Se grabó en los estudios HORUS, de Hannover, entre Noviembre de 1986 y Enero de 1987, y fue producido por TOMMY HANSEN y TOMMY NEWTON.



Helloween. Picture disc



Future World




Es considerado por muchos como el primer disco de power metal, nada menos, y es un disco algo más oscuro que su colorido hermano menor. La portada, con ese ser sin cara encapuchado que controla las llaves y que acabaría siendo recurrente en la imaginería del grupo, fue obra del tándem UWE y EDDA KARCZEWSKY, basándose en un concepto del mismísimo KAI HANSEN, que además escribió la mayoría de los temas.



Keeper Of The Seven Keys I




La formación, la ya conocida, con los cuatro miembros originarios (Hansen a la guitarra, MICHAEL WEIKATH a la otra guitarra, MARKUS GROSSKOPF al bajo e INGO SCHWICHTENBERG tras los tambores) más el prodigio vocal Michael Kiske al frente.



Future metal




Una característica que comparten ambos discos es el hecho de comenzar con una canción corta que funciona de introducción y que, como ya he comentado muchas veces, preferiría que fuese unida a la canción posterior, en vez de ser una pista por sí misma. Creo que esto daría más sentido al conjunto, pero qué le vamos a hacer? En este caso, dicha canción es INITIATION, que en menos de minuto y medio contiene lo que podría ser una especie de calentamiento (por llamarlo así) instrumental, muy marcial, y rodeado de coros y hasta trompetas. Todo muy épico, como anunciando a bombo y platillo lo que se viene, que no es otra cosa que la maravillosa I'M ALIVE, una de las mejores canciones de la historia del grupo. Sin más. Riff inicial antológico y speed metal, ya con la voz de Kiske, que, justo antes de un estribillo para la historia, indica también las tendencias más melódicas de esta época del grupo. El incesante golpeo de Ingo, que hace temblar el suelo durante el comentado estribillo, guía al grupo hasta un larguísimo solo de guitarra, de casi ochenta segundos, que ambos hachas comparten y que incluye una última parte que hace que te entren ganas de llorar de felicidad. Y ya. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Brutal. En cuanto a la letra, ésta hace que la canción se convierta en un simpático y breve libro de autoayuda.

You're a king, can't you see your crown?



Sigue otra de las canciones más famosas de esta etapa del grupo, A LITTLE TIME (que Kiske compuso y se había traído de su anterior grupo, ILL PROPHECY), con otro riff de apertura para el recuerdo y con un Michael Kiske que, sin forzar tanto su garganta, simplemente vuela desde la primera palabra, como el dios vocal que es. Si bien I'm Alive tenía sus trazas melódicas, era una canción que aún podía emparentar con la etapa previa del grupo, pero aquí la metamorfosis es completa, con una canción a medio tiempo que (sin contar que Future World salió como single antes que el propio disco) no tenía precedente en la carrera del grupo. Tiene, tras el primer estribillo y un poco de guitarra solista, una parte intermedia llena de efectos de guitarra y sonidos de relojes, hasta que suena la alarma y vuelve el muy famoso y coreado estribillo. Y el asunto termina, de nuevo sin llegar a los cuatro minutos. La canción no es rápida pero el tema de los relojes da una sensación como de prisa, mientras que la letra habla del fuego interno que todo el mundo tiene en relación con sus propias aspiraciones y que éstas se hagan realidad.

There's a fire, it's burning so hot in my head.



Y esa especie de urgencia continúa con TWILIGHT OF THE GODS, otra canción no muy larga y rápida, pero bastante melódica, sobre todo en lo que respecta al estribillo, con la aparición incluso de algún teclado previo a dicho estribillo. Helloween cabalgan a lo IRON MAIDEN pero también aceleran, con una intensidad muy similar a la de I'm Alive y una nueva y prolongada sección instrumental con solos compartidos entre Weikath y Hansen. Kiske a lo suyo. La canción habla de una especie de rebelión de las máquinas, en forma de dioses que creamos para sentirnos seguros y que acaban volviéndose contra nosotros.

Our gods are now fighting in anger, burning our world.



Por si todo lo anterior no fuese indicación suficiente de que ciertas cosas habían cambiado en Helloween, aquí está la prueba definitiva: una melancólica balada como A TALE THAT WASN'T RIGHT, que oscila entre la lastimera voz de Kiske en sus partes más lentas y la furia contenida que parece desatarse en su estribillo y en otro solo para no olvidar en la vida, cortesía de Michael Weikath, autor esta vez de la canción. Supongo que los fans más acérrimos de Helloween, acostumbrados al speed thrash de sus inicios, estarían en su día frotándose los ojos debido a la incredulidad, pero esta canción, fuese cual fuese la reacción inicial hacia ella, es verdaderamente memorable. Un buen ejemplo de canción lenta de heavy metal con actitud y sin estupideces, acerca de, creo yo, una amistad traicionada.

It's alright, we'll stay friends.



Recibiendo calabazas. De izquierda
a derecha: Ingo, Markus (arriba),
Kiske, Weiki (arriba) y Hansen




Y llegamos a la que puede que sea la canción más conocida de la historia del grupo (con permiso de alguna del segundo capítulo), FUTURE WORLD, miembro de pleno derecho (y desde hace mucho tiempo) del selecto club que yo conozco como canciones a evitar. No quiero ser malinterpretado, la canción me gusta, pero es que es una canción tan escuchada y a la vez tan pegadiza que uno acabó un poco harto de ella hace bastante. De hecho, en ese grupo de canciones incluyo otras ilustres que intento escuchar lo mínimo por el mismo motivo, pero que son todas buenas o muy buenas. Estoy hablando de cosas como THE NUMBER OF THE BEAST, METAL HEART, PARANOID, etc. Supongo que se entiende lo que quiero decir. Future World empieza de manera brillante, con un riff genial, y el asunto no frena cuando se une todo el grupo, pero la parte previa al estribillo me cansa un poco la verdad. En cuanto al estribillo pues ya se sabe, directo a la historia del género y mucho más allá. No saldrá de tu cabezota en días. Por lo demás, una historia a cerca de un idealista mundo mejor en el que la soledad y el sinsentido no tienen cabida. No sé si habrá algún tipo de crítica o doble sentido, la verdad.

Life can be for living, just try and never give in. Tell everyone the way of Future World.



Y queda lo mejor, con la inmensa HALLOWEEN, una larguísima canción de más de trece minutos en la que Hansen y Weikath unen sus fuerzas, en cuanto a su creación se refiere, y que ha de estar entre las cinco mejores del grupo. Trata de la famosa noche del treinta y uno de Octubre, víspera de la festividad de Todos Los Santos. Una noche de trucos y tratos, de calabazas y de historias de miedo, y quizás de disputas entre el bien y el mal. Y eso es básicamente lo que es esta canción.

El tenebroso inicio es más que apropiado para lo ya comentado, hasta que cerca del primer minuto el grupo se lanza sin frenos a caballo del riff principal, muy a lo Iron Maiden, una vez más, con acelerones, paradas y un estribillo absolutamente genial. Mucho más protagonismo en esta canción para el aún no mencionado Markus, sobre todo en la parte intermedia que sigue tras el cuarto minuto y que desemboca en, para mí, lo mejor de la canción, cuando Kiske para todo y dice aquello de and there's magic in the air. Por si este momento no fuese bastante acojonante por sí solo, le sigue uno de los mejores solos de toda la carrera de Kai Hansen.

Tras todo esto llega una prolongada parte instrumental, con varios cambios de velocidad, en la que los guitarristas se intercambian sus desquiciados solos y que sólo es interrumpida por Kiske recitando, más que cantando, ciertas partes de la historia que parecen la resaca de la misma. Hasta que pasado el noveno minuto vuelve a cantar de manera normal y se suceden más solos de guitarra, esta vez de aire neoclásico. Poco menos que músicos de heavy metal interpretando lo que podría ser una partitura clásica con absoluta brillantez.

Kiske retoma el puente previo al estribillo (but watch out, beware) tras el minuto once y la canción va terminando poco a poco, con el cantante dejando claro por qué está tan bien considerado, y con un último acelerón final. Antológica. Historia del género.

Masquerade, masquerade, grab your mask and don't be late.



Cuando parecía que ese era el final, Helloween nos sorprenden con una pequeña pieza de despedida llamada FOLLOW THE SIGN, que consiste en una bonita guitarra solista sobre un tenebroso fondo de sintetizadores y efectos, y una susurrante voz que te hace ver que toda esperanza de victoria final recae en ti, ya que tú eres quien guarda las llaves y no te habías dado cuenta aún. Muy buena, la verdad, y escrita por los dos guitarristas.

Did you make your choice?



Perfect gentlemen




Un disco bastante breve y brillante, que incluso podría serlo más, siempre en mi opinión, de haberse obviado cierto exceso de azúcar en alguna que otra parte, sobre todo lo ya comentado acerca de Future World. Pero sea como sea, historia absoluta del heavy metal con letras mayúsculas.

Posteriores versiones incluyen además, las caras B de los singles de la época y alguna que otra sorpresa que paso a comentar. La versión que yo tengo en CD es aquella en la que la calabaza del grupo había cambiado en el logo (sin comentarios) y el propio título del disco era distinto (me refiero a la tipografía, claro está), y contiene cuatro temas extras.

Estos son la segunda versión de VICTIM OF FATE de la que ya hablé en el primer artículo y que curiosamente se incluyó como cara B del single DR. STEIN, a pesar de que dicha versión es de 1987. Me refiero a que es raro que esa versión se incluyera en un single del disco posterior en vez de en uno de éste, y ya que eso fue así, que después se incluyera entre los extras del primer Keeper en vez de entre los del segundo. Nada importante, en cualquier caso, y la canción ya se sabe, uno de los mejores momentos de la historia del grupo, que incluso supera a la excepcional canción original.

Tenemos, además, la segunda y última regrabación de temas antiguos, que no es otra que la versión de STARLIGHT, también de 1987 y con Kiske a la voz, y que también comenté en el artículo previo. Muy buena, desde luego, aunque en este caso me quedo con la original. Se editó en su día como cara B de Future World.

También en dicho single (hay que tener en cuenta que los singles suelen tener distintas versiones y no todas incluyen las mismas canciones) se encontraba una versión alternativa de A Little Time, algo más corta y que creo que es idéntica a la original pero con la parte de los relojes recortada casi en su totalidad.

Y para terminar, una muy editada versión de Halloween, de cinco minutos, cuyo único propósito fue el de servir como banda sonora de un videoclip que obviamente no iba a durar catorce minutazos. Vino en su día en el single de igual nombre. Sin más. No creo que haya mucha gente que pierda el tiempo escuchando estas dos versiones en vez de las originales, así que poco interés en estos dos casos, en contraposición a las otras dos canciones, que valen su peso en oro.



Helloween junto a los thrashers americanos
Overkill, con quienes compartieron cartel en 1987

















Esto funciona








KEEPER OF THE SEVEN KEYS II


El segundo capítulo de la saga Keeper fue editado el veintinueve de Agosto de 1988, de nuevo a través de Noise. Como dije antes, el disco anterior tenía un aire más siniestro u oscuro, más que nada en lo que a la música se refiere, ya que las letras eran por lo general bastante positivas si obviamos canciones como Twilight Of The Gods o A Tale That Wasn’t Right, pero esta segunda parte no sólo mantiene el mismo espíritu en cuanto a las letras, sino que además lo ratifica con una lista de canciones más alegres, en general, y variadas musicalmente hablando.

 

Los estudios Horus de Hanover volvieron a ser el lugar elegido para grabar el disco, en sesiones maratonianas durante los meses de Mayo y Junio de 1988, en las que Newton y Hansen (el otro Tommy) se turnaban, hasta que el segundo fue despedido y Newton se quedó solo, que aparentemente era lo que quería. Ya saben, detalles acerca de todas estas movidas los pueden encontrar en la primera parte del artículo (VICTIMS OF FATE).

 

La formación de Helloween, en su momento más álgido antes de la llegada de los malos tiempos, era por supuesto la misma, y lo mismo pasó con la portada del disco, que volvió a ser obra del tándem Karczewski. Esta vez lo que nos encontramos es un dibujo que parece representar la lucha entre el bien y el mal, con una llave dorada de por medio. Me gusta bastante más la de la primera parte, la verdad.


Keeper Of The Seven Keys II

 

Pero lo importante son las canciones, y aquí hay más que en el disco previo y también muy buenas. Mayor protagonismo esta vez para Weikath, que compuso la gran mayoría de las mismas, al contrario de lo que pasó en el primer Keeper, donde Hansen aportó más. De todas formas, las fuentes difieren un poco en cuanto a esto.


Happy metal

 

La obligatoria (o eso parece) introducción se llama esta vez INVITATION, y empieza con los sonidos del viento y de un ave, para acabar siendo más de lo mismo que escuchamos en Initiation, pero más épico aún, y sobre todo más alegre, hasta que se funde con la primera canción propiamente dicha, la muy conocida EAGLE FLY FREE (en cuya composición creo que también colaboró Hansen). Ésta es una canción considerada como una de las más definitorias de todo un género, el power metal europeo, y ha servido (y sirve) como plantilla a partir de la cual muchas más bandas y canciones han sido engendradas. Y con razón, ya que lo tiene todo: un gran riff inicial con el bajo bien audible, y velocidad posterior, con un incansable Ingo. Y después, al igual que en I'm Alive un puente algo más melódico, y sobre todo otro estribillo épico e inmortal y de muy difícil olvido, aunque yo prefiero el de la anterior canción, la verdad. Pero ahí no acaba la cosa, ya que este tema es muy especial y no sólo por la yo comentado. Está el incesante uso de doble bombo por el bueno de Ingo, que es otra de las características típicas del género, y sobre todo lo que acontece al llegar a la mitad del segundo minuto: Helloween no quitan el pie del gas y se lanzan hacia una serie de solos de guitarra, uno de bajo, otro de guitarra y uno de batería. En total, casi los ochenta segundos ya comentados de I'm Alive, y luego vuelta al estribillo una vez más. Esta canción lo tiene todo, incluida la típica letra sobre libertad y ansias de ella, personificada en un águila que observa tranquilamente como aquí abajo nos vamos cargando todo lo bueno que tenemos de una manera u otra. Algo perfectamente aplicable a la sociedad de treinta y cinco años después. Momento culminante del género y del heavy metal en general se mire desde donde se mire.

That's what mankind contributed to create a better time.


Sigue la segunda canción que Kiske se trajo de su grupo previo y que no es otra que la acojonante y bastante poco valorada YOU ALWAYS WALK ALONE. Tiene un principio instrumental bastante variado e interesante, ya que no da pistas acerca del veloz riff que empieza pasado medio minuto, al que se une Kiske casi de inmediato y la canción sigue por territorios más rápidos y familiares. El estribillo tarda en llegar y tras éste hay un solo de guitarra de aires desquiciados que va seguido de una parte con guitarras limpias en la que Kiske recita y canta a partes iguales, hasta que la misma se funde con el riff del principio y empiezan más solos de guitarra que desembocan en un nuevo estribillo. El final no tarda en llegar y parece un tema corto pero no lo es (llega a los cinco minutos), cuya letra no sé interpretar bien. Puede que se trate de un alegato en defensa de aquello en lo que uno cree (en este caso la vida como músicos de los protagonistas), lo cual seguiría la línea positiva ya comentada, pero la verdad es que la parte limpia anterior en la que se habla de un borracho me confunde del todo.

You say to me I will repent what I do.


Helloween acometen otro de los grandes temazos del disco, RISE & FALL, que no deja de ser una de esas canciones divertidas y bobaliconas de esta época y que resultan tan entrañables. Empieza con Ingo en solitario, castigando sus bombos, y desde el riff inicial y las risas de fondo te puedes dar cuenta de que éste va a ser un tema cachondo, incluso con cierto aire teatral a lo QUEEN en el puente previo al estribillo. La sección de los solos es más acelerada y en general el tema es dominado por el buen rollo y por un Ingo descomunal. La canción termina con todo un repertorio de animales de granja, por si la broma se hubiese quedado corta, y habla de las ironías de la vida y de cómo todo parece tener un precio o contrapartida.

A little dragon could spit fire but never so for something bad.


Y tras una canción vacilona, más de lo mismo, con la nuevamente cachonda DR. STEIN, seguramente una de las tres canciones más conocidas del grupo y digna merecedora de un hueco en la lista de la que hable en el disco anterior, dado su aire facilón y pegadizo, más la insana cantidad de veces que la habré podido escuchar. No está mal, ya se sabe, pero es, si no la canción menos llamativa del disco, sí la que menos me apetece escuchar desde hace mucho. Se trata de una nueva y particular versión de la historia de Frankestein. Se cuenta cómo jugar a ser dios tiene sus consecuencias.

La canción presenta un riff sencillo y machacón, más un puente con bastante presencia de los teclados y otro estribillo de los que no te abandonarán en mucho tiempo. La canción, como las criaturas del doctor, parece cobrar algo de vida y velocidad justo después de dicho estribillo, con un riff galopante bastante chachi que, tras la segunda estrofa sirve de base a los solos de guitarra, a los que se une otro de órgano de iglesia.

One night he cloned himself, put his brother on a shelf.


Los ochenta


WE GOT THE RIGHT es la canción más peculiar del álbum, pues se aleja del tono más o menos habitual de lo que venía siendo el disco hasta ahora (Kiske es el autor esta vez), y del álbum entero en general. El principio es ciertamente oscuro y lento, con protagonismo de Markus y Kiske, hasta que tras casi treinta segundos la canción cambia de marcha, pero no para imprimir excesiva velocidad ni mucho menos para que el tono sombrío de la canción cambie. Me encanta como los guitarristas parecen replicar la melodía vocal de Kiske con un riff que parece arrastrarse bajo la misma y el cantante, como es habitual, está inmenso. El estribillo vuelve a cogerte por sorpresa, volviendo a ser una sección lenta y con guitarras limpias, y un aire algo teatral, hasta que el propio estribillo también cambia y da paso a una larga y muy melódica sección instrumental con los guitarristas tocando al unísono y, esta vez sí, con un aire mucho más desenfadado y optimista, al que acompaña algún teclado y el grandioso trabajo de Ingo con los bombos. Y vuelta a lo mismo hasta el épico final lleno de coros de fondo.

Siempre ha sido la canción que menos me ha llamado la atención del disco aunque cada vez la voy teniendo en mayor estima. Me gusta cómo pasa de lo sombrío a lo positivo y en esa línea va su letra, que llama a creer en uno mismo. Una vez más.

You better believe all you do has a sense, it's not for nothing.


Turno ahora para las dos canciones que Hansen escribió en solitario, empezando por una de las favoritas de la gente, la veloz MARCH OF TIME, a la que yo siempre he considerado bastante pero que no me llama tanto la atención como parece llamarle a la gran mayoría.

Comienzo totalmente épico y excesivo, lleno de teclados, hasta que tras treinta segundos la canción coge velocidad y cambia totalmente, gracias a un gran riff de Kai y al incansable Ingo. Kiske canta en un tono altísimo, hasta que llega la parte previa al estribillo donde todo frena y en dicho estribillo (uno de los momentos más recordados de todo el disco) la voz del cantante parece repetir el épico principio. Tras dos repeticiones, los infaltables solos de guitarra (que mezclan fases muy heavies con abuso de barra whammy incluido, con otras más melódicas) y una nueva parte bastante acelerada, llega de nuevo el estribillo y un final también bastante épico.

Como ya he dicho me gusta mucho pero está lejos de ser lo mejor del disco y la encuentro un poco excesiva y recargada a ratos. Trata, cómo no, del inevitable paso del tiempo y de hacer lo posible por aprovechar éste de la mejor manera posible.

Times of peace, times of fights, constant movement is our life.


Y aquí está, la primera canción que escuché del grupo (supongo que lo mismo les habrá pasado a muchos) y posiblemente la más famosa de todas, en dura pelea con Future World o Dr. Stein, y que no es otra que I WANT OUT, toda una declaración de intenciones por parte de un Hansen que se veía fuera de Helloween en muy poco tiempo.

Tras la famosa melodía inicial Kiske canta sólo sobre bajo y batería, casi hasta que llega el inmortal estribillo a coro, aunque esto cambia en la segunda estrofa, con todo el grupo en marcha, lo que hace que la canción gane bastante en intensidad. Después la parte del solo y un par de interminables alaridos de Kiske, para que la canción termine a caballo de la ya mencionada melodía inicial.

La letra habla sobre la necesidad, llegado un punto, de que le dejen a uno en paz y estar solo.

No one asks us how we like to be.


Cierra el disco el gigantesco tema título, KEEPER OF THE SEVEN KEYS, que con sus más de trece minutos de duración viene a ser la réplica de Halloween, en el primer disco, aunque con una temática muy distinta. Se trata de la típica lucha entre el bien y el mal, que puede dar lugar a muchas interpretaciones que no vienen al caso, entre ellas las religiosas, pues el texto menciona a Satán y a Lucifer.

Lo importante es la música, y esta canción es un monstruo musical de primer orden que contiene todo lo bueno de Helloween de una manera u otra. Una canción digna de terminar la fase más legendaria de la historia del grupo, aunque esto aún no lo sabíamos. Guitarras acústicas abren el tema, hasta que entra todo el grupo para crear uno de esos comienzos épicos, con teclados y todo, pero de una manera mucho más convincente. La canción va acelerando de manera progresiva al ritmo del poco valorado Ingo, un batería de primer nivel, hasta que llega el bonito estribillo, también muy épico. 

Tras dos vueltas llega la hora de lanzar las llaves, con geniales solos de guitarra entrelazados con partes rítmicas y el bajo de Markus haciéndose notar, y poco después la voz de Kiske, que vuelve a estar al mando y da paso a una de las mejores partes del tema, cuando llega el minuto siete, y canta lo de Disease, disease my friend y la canción acelera. Después viene otra no menos brillante parte lenta instrumental con Hansen y Weikath que dará paso a Kiske hablando de la lucha interna anterior del protagonista y después más y más solos de guitarra, alguno muy neoclásico, al igual que pasaba en Halloween. Absolutamente genial esta parte, por si no fuesen suficiente todas las anteriores.

Para terminar una voz en off y la siguiente vez que Kiske abra la boca ya estaremos casi en el minuto doce y el último estribillo dará paso al final, acústico e idéntico al principio, pero esta vez instrumental.

Throw the first key into the sea of hate.


Flying free



Un disco grandioso rodeado por dos obras maestras, exactamente igual que la primera parte (si obviamos Follow The Sign). Al igual que ya dije acerca de la versión expandida del primer Keeper, la del segundo contenía también todo el material extra que había acompañado a los singles del disco, y si en la primera parte había cosas que merecían mucho la pena, aquí hay mucho más aún, tanto que esta edición de la que hablo es doble.

Por empezar por lo menos interesante, en ese segundo disco tenemos versiones remezcladas de Dr. Stein y del tema título, ambas extraídas de la recopilación TREASURE CHEST, de 2002. Lo realmente bueno son las caras B de los singles, la mayoría de ellas acojonantes.


I Want Out


Empezando con SAVE US (nuevamente de Weikath), que es un temazo extraído del single I Want Out y que en su día ya se coló en algunas ediciones del disco. Tras unos segundos de efectos y voces de fondo empieza el riff principal, tremendo, con Ingo (una vez más) imprimiendo al tema una potencia tremenda. El sonido de la batería es simplemente abrumador. Imposible no mover la cabeza. El estribillo, otra vez a coro y muy conocido (esta canción suele ser otra favorita habitual entre los fans de la primera etapa del grupo, por mucho que no sea una de las canciones más habituales), es ideal para los conciertos, y tras dos vueltas vuelven las voces del principio, que dan paso a una pequeña sección con algo de teclados y después los inevitables solos. Save Us termina con Kiske avisando de todas las cosas de las que hemos de ser salvados, entre ellas, nuestra propia ignorancia.

La letra habla de la espiral destructiva de la humanidad y de la posibilidad de que alguien o algo nos salve. Supongo que todo esto es susceptible de más interpretaciones.

Without you we're weak and alone.


También en alguna de las versiones de I Want Out apareció DON'T RUN FOR COVER, que sigue resultando muy válida a pesar de ser la que menos me atrae de este lote. El riff inicial es muy cachondo y así es el tono general de todo el tema, con la batería siendo de nuevo protagonista, aunque la canción es más melódica y no tan rápida como la anterior. El solo de guitarra le da algo más de seriedad al asunto y es muy típico del grupo, con partes compartidas por ambos guitarristas. El autor, Kiske.

Temáticamente puede emparentar con You Got The Right, creo yo, ya que, como su propio nombre indica, va de ser valiente y hacer cosas que den sentido a la vida de cada uno.

You know, I know, your destiny's in your hand.


Dr. Stein


Quedarían las dos canciones que, junto a la mencionada versión de 1987 de Victim Of Fate, aparecerían como caras B del single Dr. Stein, empezando por SAVAGE, un brutal, rápido y breve asalto sónico que sin tener la misma estética que lo escuchado en el material cantado por Hansen, sí que resulta de lo más heavy que el grupo había hecho, al menos hasta entonces. Y lo más curioso es que es una canción de Michael Kiske, al que se suele relacionar con las tendencias más melódicas del grupo. Estribillo altamente adictivo, doble bombo sin tregua, velocidad a tope (menos en la cabalgante sección intermedia) y una letra acerca de los prejuicios que tiene la gente desde fuera con respecto al fan medio del heavy metal, o eso creo yo. No quiero repetirme diciendo algo más acerca de Ingo, al menos en lo relativo a este disco. No hace falta.

They just call us savage, and that's what I like to be.


Y sólo faltaría la muy alegre LIVIN' AIN'T NO CRIME, una de esas canciones, otra vez de Weiki, por las que al grupo se le ha identificado muchas veces como happy metal (es probable que incluso dicha etiqueta fuese creada para ellos), junto a Dr. Stein o Rise & Fall, sólo que mejor aún. El riff inicial y la voz de Kiske son poco menos que mágicos y la canción se mueve a una velocidad moderada, apoyada por la tremenda pegada (perdón) de un Ingo más contenido y un estribillo que es pura alegría (me hace gracia, porque yendo a la sección de comentarios de uno de los vídeos de esta canción en YouTube, el único que aparece dice esta canción me hace muy feliz). Pero todo cambia cuando empieza la parte instrumental, ya que cerca del tercer minuto la canción se vuelve bastante más agresiva durante los solos de guitarra, hasta que las aguas vuelven a su cauce habitual y el tema termina con el mismo riff con el que empezó. La letra creo que podría considerarse como la propia interpretación del grupo del dicho vive y deja vivir.

So tell me, aren't we all just one holding the flame?




EAGLE FLY FREE

YOU ALWAYS WALK ALONE

RISE & FALL

KEEPER OF THE SEVEN KEYS

SAVE US

SAVAGE

LIVIN' AIN'T NO CRIME








LIVE IN THE UK

 

Turno ahora para un artefacto bastante curioso por varias razones, que ahora pasaré a comentar, y que terminó siendo el único documento oficial en directo de Helloween en su época clásica, y por supuesto con Kai Hansen y Michael Kiske en sus filas. Llegarían después varios discos en directo del grupo, cómo no, y también con estos dos miembros de nuevo en el redil, pero en su día éste fue el primer disco en vivo del grupo y el único de sus primeros años.

 

Las razones? Unas pocas. La primera es que se trata de un disco que, aunque largo en duración teniendo en cuenta el número de canciones, sólo consta de siete temas, lo cual dejó a los fans un poco perplejos. Por qué no grabar un disco doble en directo, y más teniendo en cuenta la época por la que pasaba el grupo? Al fin y al cabo, ni es un EP ni tampoco el típico álbum en vivo, doble en muchos casos y más en aquellos tiempos.

Este disco, además del nombre arriba indicado, correspondiente a su versión europea, conoció dos nombres más: KEEPERS LIVE, para la edición japonesa, y I WANT OUT (LIVE) para Estados Unidos. En ambas está ausente Rise & Fall.

Y la tercera supone que por primera vez (lo dice Wikipedia, y yo la verdad, ni me había fijado tras tantos años) la letra O del logo del grupo no es sustituida por una calabaza, sino por el dibujo de una de ellas dentro de un bombo de batería. Además, la versión americana sustituye dicha letra por un globo mundial en el que se ven las islas británicas y parte de la Europa continental.


Por último, me resulta curioso que Helloween eligiesen el Reino Unido para grabar este disco. Quizás manejaban varios shows y los mejores eran estos y no hay más al respecto, pero lo cierto es que, si bien los británicos inventaron y asentaron el género, llegado un momento de la película parecieron perder interés en él, más allá de lo que eran las vacas sagradas, llegando a ser algo residual y, hasta donde yo sé, de power metal van bastante justos. De hecho, recuerdo haber leído algo acerca de la manía que tenían a Helloween en concreto, a quienes simplemente no tomaban en serio. Pero bueno, qué sé yo? Y es que, por otro lado, en ese mismo año 1988 ya habían tocado en el festival inglés de Donington, pero ésta era la primera vez que tocaban por su cuenta en las islas.

 

Sea como fuere, el disco se grabó en su totalidad en el teatro conocido como Edinburgh Playhouse, de Edimburgo, el seis de Noviembre de 1988. La única excepción fue I Want Out, grabada en el Manchester Apollo de Manchester al día siguiente. Salió a la venta en Europa el seis de Abril de 1989 (tengo mis dudas acerca de si a través aún de Noise o de EMI) y fue producido por Tommy Hansen (lo sé, esto no cuadra con aquello de haber sido despedido durante las grabaciones del segundo Keeper, pero de alguna manera ahí estaba el tipo otra vez).

 

En cuanto a la portada, las ediciones americana y japonesa tenían la misma que se eligió para el single I Want Out (cortesía del artista belga FREDERICK MOULAERT), en la cual una calabaza imitaba a aquella imagen del famoso Tío Sam pidiendo que la gente se alistase en el ejército, aunque cambiando el título respectivo, claro está. Pero la edición europea contaba con una mucho más chula y simpática, realizada también por el mismo creador, en la que unos Helloween de dibujos animados tocaban para una audiencia compuesta por calabazas. En dicho dibujo se podía distinguir perfectamente a los cinco miembros, que seguían siendo los mismos, y que esta vez contaban además con un teclista llamado JÖRN ELLERBROCK.


Live In The UK



Keepers Live



I Want Out - Live


El repertorio consiste mayormente en canciones de los dos Keeper, como era de esperar, más la famosa y ya comentada en el artículo previo versión en directo de HOW MANY TEARS?, que cierra el disco y que es la única concesión a la época en la que Hansen era el cantante.

El disco empieza con A Little Time y el sonido es bastante aceptable, aunque creo que todo queda un poco sepultado bajo la batería de Ingo. El grupo reduce y recrea a su manera la parte de los relojes y los coros suenan algo forzados, pero bien. Tras ella Kiske bromea con el público, haciendo ver que no saben dónde están tocando, y asegurando que tienen un set muy especial para esa noche, que incluye canciones rápidas y lentas, y también interesantes y aburridas. Qué majo.

Siguen Dr. Stein, solo de órgano incluido, y Future World, pareja inevitable en su repertorio en directo desde entonces. La segunda tiene un inicio más prolongado, con aquel pequeño segmento que se escuchaba en GORGAR y bastante participación del público. Helloween alargan el tema, con vaciles intermedios y Kiske cantando el famoso ALL SHOOK UP de ELVIS PRESLEY. El cantante también hace participar más a la audiencia, pidiendo que canten el estribillo de Future World.

Después, la simpática Rise & Fall y una elección un poco extraña con We Got The Right, una de las canciones menos comentadas de Keeper II. I Want Out va después, y encuentro que palidece un poco en comparación con la versión original, sobre todo porque la melodía inicial es interpretada por ambos guitarristas, sin guitarra rítmica, lo que le hace perder energía. Y para terminar un poco de Schlager alemán y cantos futboleros antes de la final y muy elogiada How Many Tears?, comandada por Kiske de manera magistral y que tiene más protagonismo de los teclados en su parte lenta.


En general un documento más que válido para hacerse a la idea de lo que era el grupo en directo cuando todavía eran unos chavales, aunque creo que hubiese sido una genial idea, sobre todo viendo como la nostalgia con respecto a esta etapa iría creciendo hasta niveles insospechados, sacar un disco el doble de largo con un repertorio algo mejor escogido y un mejor sonido. Echo de menos sobre todo algo más de músculo en las guitarras ya que creo que Helloween más potentes en estudio que en este disco, cuando lo normal es que fuese al revés.


Portada y contraportada de la edición europea juntas



LIVE IN THE UK



Chao Kai! Gamma Ray espera





PINK BUBBLES GO APE


Si todo lo anterior supuso el auge de Helloween hasta el estrellato más absoluto en el panorama del metal europeo, la caída empieza a partir de aquí, aunque como ya conté en el primer artículo, la armadura ya tenía varios golpes a estas alturas. No entraré de nuevo en todo lo relativo al retraso en la salida del disco y los problemas legales con Noise que lo motivaron, ya que también se habló de ello ya, pero lo cierto es que, si bien el grupo tenía sus problemas en cuanto a la relación entre sus miembros (más los legales, que encima propiciaron que no pudieran tocar en directo durante un tiempo), algo que, entre otras cosas, propició la salida de Kai Hansen, Helloween podían haber optado por seguir una línea musical más coherente teniendo en cuenta su pasado (siempre sabiendo que lo inmediatamente anterior iba a ser casi imposible de igualar) y no lo hicieron, sacando una colección de canciones que dejó confusos a los fans (no sabían aún lo que les esperaba poco después), hizo a Helloween gastarse una barbaridad de dinero y poco menos que dinamitó el estatus de la banda. Culpa de Michael Kiske, a quien su progresivo aumento de liderazgo en el seno del grupo le había llevado a tomar las riendas en cuanto a la composición de la gran mayoría de temas, que resultaron más accesibles y facilones que los de antaño? Quién sabe, pero lo cierto es que fue ROLAND GRAPOW, el guitarrista (también procedente de Hamburgo) que reemplazó a Hansen, quien estuvo detrás de casi todos los mejores momentos de un disco que, además, tocaba temas más sociales en cuanto a las letras. Seguramente la situación no era la más idónea para nadie e insisto, quizás era el momento de haber apostado por algo más seguro.


Entra Rolad Grapow


No todo es malo, desde luego, y de hecho yo lo considero un disco entretenido, en general, si se acerca uno a él sabiendo que no va a encontrar ni un WALLS OF JERICHO II ni un Keeper III. Lo peor estaba por venir, y con creces.

 

Salió a la calle el once de Marzo de 1991 (en Alemania más tarde, debido a dicho pleito), a través de EMI, pero había sido grabado durante 1990, en los estudios PUK de Gjerlev, Dinamarca. También se usaron los estudios SOUND HOUSE de Hamburgo para grabar un par de temas. La producción corrió a cargo del muy famoso productor británico CHRIS TSANGARIDES, que más o menos por esa época produjo el más que famoso PAINKILLER de JUDAS PRIEST, y la formación fue la misma pero sin Hansen (lo cual no era poca cosa, desde luego), que formaría GAMMA RAY, sustituido por el mencionado Grapow. Además, se contó con varios teclistas, entre ellos Jörn Ellerbrock, que ya había tocado en directo y aparece en Live In The UK.

 

El disco fue precedido por el single KIDS OF THE CENTURY, cuya portada había sido creada por el famosísimo STORM THORGERSON, fundador de HIPGNOSIS, autor en su día de portadas para discos de UFO o LED ZEPPELIN, y sobre todo de la archiconocida cubierta de THE DARK SIDE OF THE MOON, de PINK FLOYD. El rollo psicodélico del autor se plasmó a lo grande en dicha portada, y si bien ésta ya era horrible, la del disco que nos ocupa, también del mismo autor, es atroz, con una chica (que resultó ser la sobrina del autor) agarrando un pez en un pasillo, sin burbujas ni monos por ningún sitio (excepto en el logo del grupo, donde una burbuja sustituye a la calabaza habitual). Si el disco causó extrañeza, la primera impresión que daba la portada ya suponía un mal augurio.


Pink Bubbles Go Ape


 

Pero vamos con las canciones, algunas bastante válidas.



La inicial PINK BUBBLES GO APE hace honor a su esperpéntico nombre, siendo una canción acústica de unos cuarenta segundos, impensable en su día para lo que eran Helloween hasta entonces, que hace las veces de introducción y en la que Kiske, su autor, viene a decir que quien ríe el último lo hace dos veces. 

In your darkest hour I will sing this song for you.



El disco empieza de verdad con KIDS OF THE CENTURY, una buena canción de Kiske que, si bien muestra a unos Helloween más accesibles, no supone ningún desvarío musical ni nada que pueda hacer pensar que los chavales se han vuelto locos. Otra cosa es la calidad musical, ya que no puede competir con la inmensa mayoría de lo escuchado en los dos discos anteriores (algo aplicable, lógicamente, a casi todo el disco) y supongo que esa es la razón principal por la que este disco terminó siendo lo que es. Pero yo no tengo mayor problema con ella. De hecho, me gusta bastante, aunque el estribillo está un poco ridículamente adornado. Pero el riff principal está bastante bien y el tema entra en el top cinco del disco.

Supongo que los chicos de los que habla la letra son la humanidad misma, haciendo y deshaciendo a su antojo con su entorno.

We're the kids of the century, we're lost in our games.



BACK ON THE STREETS también está en el top cinco anterior, siendo algo más rápida que Kids Of The Century, con un doble bombo constante (y un pequeño solo de batería tras el solo de guitarra) y un estilo algo más power metal y menos hard rock que dicha canción anterior. Sin embargo el aire festivo y la manera de cantar hacen que este tema no se parezca a ningún otro, como si el grupo no se tomase en serio a sí mismo. Incluso me parece adivinar un teclado, muy por detrás, en algunas partes. La autoría es compartida entre el cada vez más protagonista Kiske, y Grapow, que también tiene lo suyo, como ya se ha dicho antes. Las contribuciones de Weiki y Markus son bastante residuales y supongo que eso tendría sus consecuencias en el resultado final. O quizás no, como se podrá apreciar más abajo.

La canción parece hablar de hacerse fuerte uno mismo, ya que lo que te vas a encontrar ahí afuera es una jungla y nadie espera a nadie. Más allá de eso, ni idea.

It's good to know who's who in our game.



NUMBER ONE es la canción en la que el oyente se da verdadera cuenta de que el cambio es más drástico de lo que podía parecer en un primer momento. Se trata del segundo y último single del disco (supongo que por razones obvias) y no pasa de ser una insípida canción absolutamente comercial y totalmente alejada de los Helloween habituales, incluso en su vertiente más accesible. Puedo imaginar a fanáticos de Walls Of Jericho dejando notas de suicidio al escuchar esto por primera vez y todo eso. Se salvan el entrañable estribillo, que tiene su aquel, y el breve solo de guitarra, pero no son suficientes para rescatar una canción bastante aburrida e insípida. Y lo curioso es que es de Weikath. Al menos está bien su letra, bastante optimista, acerca de la confianza en uno mismo ante las adversidades.

Fate will always turn out well, and you'll be number one.



Still number ones?




El asunto no mejora para nada con HEAVY METAL HAMSTERS, que está a la altura de su ridículo título. Podría pasar por una canción pasable, cruce de hard rock y heavy metal, gracias sobre todo a Ingo, pero el estribillo lo tumba todo. No hay nada bueno que se pueda decir aparte de eso. Si acaso, que se acaba pronto. Aquí queda clara del todo, tras lo adivinado en Back On The Streets, la adoración de Kiske por Elvis. Nada malo, por supuesto, pero no creo que Helloween fuese el mejor vehículo para mostrarla. La letra creo que es una metáfora de lo vivido por el grupo en su etapa con Noise. Una gamberrada cortesía de Weiki y Kiske.

Where is the field to run for our heavy metal hamsters?



El disco levanta, por suerte, aunque a su particular manera, gracias a GOIN' HOME, un tema de Kiske que sigue la línea de Kids Of The Century y con el que no tengo mayor problema más allá del estribillo, que no es que me disguste en lo que concierne a Kiske, si no que está tan edulcorado y lleno de adornos que le quita a la canción todo el impulso que ésta traía. Por lo demás, muy chula la parte instrumental posterior al solo de guitarra, con protagonismo de Ingo y sobre todo de Markus, un bajista de mucho nivel. La letra habla de volver a casa, a lo conocido, tras haber estado tanto tiempo fuera.

Anyway and anyhow we did it, it was good.



A estas alturas, cualquiera es consciente de que incluso los mejores momentos del disco poco tienen que ver con los Helloween de 1987 y 1988, y ya no digamos de sus comienzos, pero los chicos se guardan su mejor bala en forma de vuelta al pasado reciente con SOMEONE’S CRYING, un temazo de speed metal melódico cortesía de Grapow que podría haber encontrado perfectamente su sitio en cualquiera de los Keeper (mayormente en el segundo, creo yo). Mucha velocidad, Ingo destrozando su batería y un aire en general bastante desenfadado, en claro contraste con el nombre de la canción, con el cambio de tono que acontece durante el estribillo, y con la letra, acerca de las dificultades de la vida. De todas formas, el tema de las drogas y la posibilidad de que el narrador esté apartándose de ellas, mientras que es consciente de que hay gente con menos suerte en ese sentido, se me antoja posible. El nivel incluso se eleva gracias a un solo de guitarra acojonante. La mejor canción del disco de largo.

Give me some time, can't sleep anymore at night.



MANKIND podría considerarse la canción épica del disco. Nada comparable a ninguna de las canciones largas de los dos discos anteriores, ni en calidad ni en cuanto a su duración, pero siendo el tema más largo del disco tiene tiempo de crear varios ambientes. El solemne inicio tiene cierto aire al antiguo Egipto, o algo así, y me viene a la cabeza algo tipo ALEXANDER THE GREAT, de IRON MAIDEN, y de ahí pasamos a una serie de riffs envueltos en los típicos sintetizadores que parecen imitar voces haciendo coros. Esto, a mí ni fu ni fa, pero esta parte de la canción está bastante bien y lo ya comentado le da un aire muy épico al conjunto. Después llega la voz de Kiske, primero sobre el bajo de Markus, solamente, y después con todo el grupo y sin problema. Lo malo es cuando la canción cambia totalmente de registro, para mal, gracias a un estribillo totalmente bobalicón y bastante empalagoso, que además cuenta con unos coros que lo empeoran aún más. Una pena. La canción no se sale de ahí (la parte del solo no está mal) pero aún así no suelo sentir la necesidad de saltarla. Podría haber sido bastante mejor de no ser por lo ya dicho. La letra de esta colaboración entre Grapow y Kiske trata sobre la humanidad y su egoísmo habitual.

Here is all mankind so proud of their achievements.



La única colaboración compositiva entre bajista y cantante tiene como resultado I'M DOING FINE, CRAZY MAN, seria competición para Heavy Metal Hamsters a la hora de elegir el momento más bochornoso del disco. Momentos alegres junto a otros más serios, guitarras acústicas por medio y un estribillo nuevamente atroz, completan un amasijo de ideas en mi opinión muy mal concretadas. Incomprensible. Sólo se salvan Ingo y los solos de guitarra, que tampoco tienen muy difícil destacar por encima de todo lo demás. Tampoco entiendo el significado de la letra, la verdad.

All the late night memories are leaning in my shoes.



Al menos THE CHANCE, una de las canciones más perdurables del disco y cortesía de Grapow, levanta este tramo final en una onda parecida a la de Someone's Crying, aunque en mi opinión mucho menos brillante. Está bastante bien, en general, pero una vez más, el exceso de teclados en el estribillo lastra el conjunto. El principio es de esos para levantar a la gente en un concierto, a lo que se une el ya comentado azucarado estribillo, y los solos de guitarra más el genial trabajo del poderoso Ingo hacen el resto. Este tema redondea el top cinco del disco y la letra parece seguir el mismo patrón resiliente de Number One.

The chance you got comes never twice, do your best and do it right.



El disco termina con la última aportación de Michael Kiske, YOUR TURN, una balada semiacústica bastante sosa y olvidable con otro estribillo directo al museo de lo prescindible. Poco más que decir, aparte de que la letra, que no sé si es de amor, de nostalgia o de todo a la vez, nombra a Mickey Mouse (?). Más heavy, imposible.

This world is cryin' to be free, this world is dying, can't you see?



Strange days




En general, un disco salvable al cincuenta por ciento o poco más, y que podría haber funcionado mucho mejor como un mini LP que mostrase una cara algo distinta del grupo, más orientada al gran público quizás. Por desgracia fue un disco de pleno derecho que, de alguna manera, no daba muchas esperanzas a los fans con respecto a lo que pudiese venir después. Y ciertamente había motivos para la preocupación: peleas internas, peleas con el entorno, la salida de Hansen y como resultado un disco muy por debajo del nivel mostrado hasta el momento. Pero aún quedan los extras correspondientes a los dos singles editados del disco.



Kids Of The Century




Kids Of The Century traía como caras B una versión de BLUE SUEDE SHOES, el clásico de CARL PERKINS popularizado por Elvis, y el tema original (de Markus) SHIT AND LOBSTER. Con respecto al primer tema poco decir, más allá de que es una canción muy famosa, pero impensable dentro del repertorio de Helloween (en ese momento, claro), y que reafirma la afición de Kiske (que la defiende como el fiera que es) por Elvis. Muy olvidable.

La segunda tiene como principal atractivo su pintoresco título y nada más, a no ser que lo que te vaya sea escuchar a unos Helloween absolutamente pasados de rosca intentando sonar como un grupo medio de rock adulto y de paso haciéndolo mal. Bueno, miento, la parte instrumental con los solos de guitarra y todo eso, aleja un poco al grupo del encefalograma plano. La letra vuelve a sacar el recurrente tema de la humanidad comportándose como no debería, lo que da lugar a desigualdades, injusticias, etc. Muy original todo.

The fat gets fatter, the poor stays poor.



Number One



Mucho, mucho mejor (no estaba muy difícil tampoco) es lo que se puede encontrar en Number One, empezando por LES HAMBOURGEOIS WALKWAYS, un temazo de Weikath que es lo mejor del lote y que supongo, debido al nombre, que es la réplica de Helloween en clave de humor al PARISIENNE WALKWAYS de GARY MOORE y PHIL LYNOTT, y que el primero incluyó en su disco de 1979, BACK ON THE STREETS. Pero la canción de broma no tiene nada, y se trata de un blues instrumental a lo Helloween, con su órgano de fondo y todo, que intuyo es un homenaje al ya mencionado genio norirlandés. El grupo prende fuego al tema en la sección intermedia, en plan heavy metal, y en general es muy bonito y emotivo. Es más, si estoy en lo cierto con respecto a la canción de Moore y Lynott arriba nombrada, prefiero de largo, muy de largo, esta canción a esa, que la verdad me gusta bastante poco.



Markus vuelve a escribir en solitario la última canción, YOU RUN WITH THE PACK, que sin ser una maravilla imprime un poco más de vida a lo mostrado por el grupo en muchas partes del disco grande. Una canción de heavy metal decente, con aires de hard rock en ciertos momentos, y bastante más competente que muchas de las que pasaron el corte y entraron en el disco. Además, contiene al final del solo las típicas melodías duales tan del gusto de los fans de Helloween.

La canción habla de pensar por uno mismo, en contraposición con el pensamiento único que nos tratan de imponer muchas veces. O eso creo yo.

Darken my eyes, tell me lies, but all nice, tell me how I have to be.






 













THE BEST / THE REST / THE RARE



Se trata éste de un recopilatorio de la época más gloriosa del grupo, desde sus inicios (obvia el EP HELLOWEEN, eso sí) hasta el año 1988, que salió el veintiuno de Agosto de 1991 y que creo que cerraba la relación de Helloween con Noise International, aunque con estos temas contractuales tengo bastante jaleo en la cabeza. El caso es que ya me referí a él en la primera parte del artículo y con eso me quedaré. Se puede discutir si no hubiese sido mejor hacer un EP con las caras B de los singles (mayormente los extraídos de Keeper II) del grupo, ya que prácticamente todo lo demás estaba al alcance en su día para todo aquel interesado en la banda (quizás la canción JUDAS, extraída del single homónimo no tanto), pero el caso es que es un recopilatorio y contiene éxitos (otros faltan), lógicamente, pero hace buena la distinción a la que se refiere su título, incluyendo mucha rareza, etc (me parece increíble, para bien, lo de incluir dos canciones que pasan de los trece minutos), lo que está muy bien y es extraño en este tipo de productos, normalmente completados con quizás una o dos canciones nuevas, demos o alguna versión en vivo.

Así, la parte The Best agrupa a I Want Out, Dr. Stein, Future World y RIDE THE SKY, The Rest se refiere (quiero suponer) a Judas, Halloween y Keeper Of The Seven Keys, y The Rare incluye la versión de Kiske de Victim Of Fate, Don't Run For Cover, Save Us, Savage y Livin' Ain't No Crime. Se incluye además la intro a Ride The Sky, WALLS OF JERICHO, como una pista en sí misma, previa a ésta.

Es también discutible el repertorio, ya que faltan algunas infaltables y no hay nada del primer EP, pero en general me gusta mucho y le tengo mucho aprecio, al ser mi introducción a Helloween. La portada, nuevamente de Moulaert, con tres calabazas en acción en una especie de paisaje desértico del Oeste. Una de ellas con una guitarra, lo que añade al sinsentido del conjunto.



The Best, The Rest, The Rare









CHAMELEON


Y acaba esta historia con el tristemente famoso último disco de Kiske (hasta 2021) e Ingo con Helloween, un disco que es un misterio que no fuese el fin definitivo del grupo (y más teniendo en cuenta la época en la que salió), y que no sólo es ampliamente considerado como un fracaso a todos los niveles y el disco menos apreciado de su discografía, sino como uno de los discos más vilipendiados de la historia del heavy metal. Mi interés aquí disminuye drásticamente (si el anterior se consideró decepcionante, éste se pasó el juego) pero es justo decir que no sólo tiene algún momento bastante bueno, sino que todos los que no lo son difícilmente pueden considerarse heavy metal. Ni siquiera música rock en algunos casos.


Helloween habían gastado mucho más dinero del esperado durante la grabación del anterior disco y los resultados no habían sido los esperados, a lo que se añadió el retraso en la salida del disco y la imposibilidad de tocar durante un tiempo, con lo cual es posible que la compañía les pidiese que hiciesen algo más comercial y accesible para intentar revertir la situación. Grapow negaba este hecho, alegando que sólo querían cambiar de dirección y que estuvieron totalmente en control del proceso creativo, aunque lo cierto es que había una deuda que rondaba los dos millones de marcos y esta afirmación del guitarrista difiere de la de su colega Weiki.  Sea como fuere, no funcionó. Más bien al revés, siendo el disco de Helloween con menos tirón comercial. Se supone que quisieron hacer algo mucho más variado y distinto (el propio título así lo indica), pero lo que el resultado final indica es que el grupo en realidad estaba aburrido, falto de inspiración y lo que es peor, seguramente hartos los unos de los otros. De ahí los comentarios de algún miembro del grupo que señalaban que apenas existían ya como banda y que este disco era más bien una especie de disco en solitario de tres de los miembros.

Por supuesto, hay gente a la que le gusta este disco, y he llegado a leer a alguno por ahí decir que es su preferido del grupo, pero incluso tomando Chameleon por lo que es, un disco de hard rock melódico con guiños a la música pop y algún que otro muy aislado momento de heavy metal, el disco resulta totalmente insípido. Si lo tomas como un disco de los autores de la saga Keeper, etc, resulta casi inaceptable, y a todo esto se añade el hecho de que la duración del disco es bastante excesiva, con casi seis minutos de media por canción, algo que no sería un problema de ser las canciones lo que estas no consiguieron ser. También hay gente que piensa parecido de Pink Bubbles Go Ape (no por su duración, claro está) e incluso quien cree que Chameleon es superior, pero en lo que a mí respecta dicho disco es espectacular al lado de éste.

Hay una cosa muy buena acerca del disco, en cualquier caso, y es que el cantante sigue siendo Michael Kiske, lo que no es poco, a pesar incluso de que sus aportaciones como compositor en este álbum están, por lo general, lejos de ser lo más destacado de Chameleon. Y uno puede imaginarse, más que a ningún otro de los músicos, al pobre Ingo terriblemente aburrido con su trabajo en el disco, al pasar de ser la apisonadora habitual, incluso en el disco anterior, a tener un papel bastante más residual y contenido. Pero todo a su tiempo.

 

El disco salió el treinta y uno de Mayo de 1993, a través de EMI (último disco con esta compañía), habiendo sido grabado en Hamburgo (estudios CHATEAU DU PAPE) en 1992, y la misma formación del disco anterior se rodeaba esta vez, de manera excepcional dado el carácter del disco, de una amplia variedad de músicos invitados, entre los que se incluía al de nuevo productor Tommy Hansen a los teclados.

 

Y como dato curioso hay que comentar que la portada (bonita, por cierto, y completamente alejada de los cánones habituales del heavy metal), blanca y con una serie de brochazos de colores, fue idea y creo que ejecución del propio Michael Kiske, que vuelve también a contribuir con algo de guitarra como ya hizo en el disco anterior.


Chameleon


 

Puede que el lector note más desinterés o brevedad por mi parte al comentar estas canciones, y con razón. Y es que es simplemente eso, que la mayoría de ellas no me dicen apenas nada. De hecho hay unas cuantas caras B extraídas de los cuatro singles que se editaron del disco que me atraen bastante más que las propias canciones del disco.


Tras un poco de barullo y unos cuantos gritos empieza FIRST TIME. Hasta mi poco entrenado yo de 1993, a quien acababan de grabar el disco en una cinta (qué tiempos aquellos), ya era consciente de que había diferencias obvias entre lo que había escuchado del grupo hasta entonces y esta canción, pero tampoco entendía por qué se había organizado semejante mogollón con respecto a este disco, ya que esta canción está bien y no deja de ser heavy metal. No como el de antaño, claro está, pero hay energía aquí, el grupo suena con ganas y me atrevo a decir que no sólo el riff inicial es bastante bueno, sino que además no tiene nada que envidiar a la inmensa mayoría de lo escuchado en el disco anterior en cuanto a potencia se refiere. De paso, esta canción, además de ser muy alegre y su estribillo muy pegadizo, me trae muchos recuerdos de un verano que recuerdo muy bueno. Sin problemas entonces. Una de las mejores canciones de Chameleon (y de las pocas destacables), escrita por Weiki, con una letra bastante ridícula acerca de la atracción del narrador por otra persona, sea o no la primera vez de esta última.

I can’t wait forever baby, open me your door.


Era sólo un espejismo y es con WHEN THE SINNER, uno de los cuatro singles extraídos del disco y una de las cuatro aportaciones de Kiske, cuando uno empieza a darse cuenta de que esto va en serio y todo lo malo que Pink Bubbles Go Ape había insinuado se va a concretar aquí a lo grande. Pero a lo grande de verdad. Y no es que la canción sea una atrocidad sin más, ya que se puede escuchar con cierto agrado de vez en cuando, pero esos teclados y esas trompetas? Hasta un clarinete (creo) al final! Incomprensible incluso teniendo bien presente el disco previo. La canción cambia su aire completamente festivo durante los solos de guitarra, que no están mal, pero muy lejos de ser suficientes para salvar el conjunto. Creo que la canción va del conflicto con Noise, el cual incluso parodian en el videoclip del tema.

Don't wanna be what I'm not.


Se viene la incertidumbre


Para cuando I DON'T WANNA CRY NO MORE ha avanzado un poco queda claro que esto va a ser duro. Se trata de una insulsa balada con bastante guitarra acústica (incluso la primera parte del solo es acústica) que hace que la anterior y aburrida Your Turn sea el culmen de este tipo de canciones. Poco más que decir. Y es una pena ya que Grapow es el autor y el tema es un homenaje a su fallecido hermano RAINER, como así atestigua su bonita letra.

You knocked on heaven's door and we won't see you anymore.


A Helloween les había ido más que bien en el pasado a la hora de incluir animales en los nombres de sus canciones (reptiles y águilas), pero la cosa se había torcido seriamente en el disco anterior con los monos y los hamsters. CRAZY CAT es incluso peor. Aquí se cuenta la historia (breve, por suerte) de un gato malote al que le gustan las tías, el juego y el pimple, mientras una insoportable sección de viento te taladra sin piedad. Cabaret Helloween? No, gracias. Atroz. Y aunque no sea exactamente lo mismo el grupo llegaría a superarse, para mal, con esa atrocidad llamada UNARMED (2009) que revisitaba antiguos clásicos, en mi opinión de manera totalmente desafortunada.

Como curiosidad hay que decir que esta canción, cortesía de Grapow, parece estar basada en la peli de animación para adultos FRITZ THE CAT, de 1972 (RALPH BAKSHI).

Fritz played his false game too far.



Por suerte, Helloween no han olvidado del todo ni su pasado reciente ni cómo hacer buena música. Este breve lapsus en su imparable caída al abismo de la mediocridad se traduce en GIANTS, la mejor canción del disco, nuevamente de Weikath. Unos teclados muy breves introducen este tema basado en un riff simple pero efectivo, que crea una pared de sonido sobre la que se sustenta la mayoría de la canción. Me sobran, quizás, esos épicos teclados que aparecen en la parte instrumental intermedia, pero los solos de guitarra son geniales y el estribillo más de lo mismo. Una pena que no sea todo el disco así. La letra podría ser otro guiño irónico a la relación del grupo con Noise, tan comentada.

Someday, someway, I may see a wonderland.


Por desgracia, los chicos vuelven a las andadas con WINDMILL, una balada de Weikath con piano completamente prescindible, que llega a hacer atractiva a I Don’t Wanna Cry No More y que puede que sea, al menos en lo que a mí respecta, la peor canción del grupo que yo haya escuchado. Y me extraña que en los discos que me faltan por escuchar haya algo peor. Trata sobre la soledad, supongo.

Don’t feel alone and depressed, someone will come at last.


REVOLUTION NOW tiene un comienzo decente, que más o menos dura un minuto, en el cual el grupo parece improvisar antes de que empiece la propia canción, cuyo riff principal no está mal, pero muy pronto Helloween pierden las ganas y empiezan los adornos de más. El estribillo tiene su aquel pero la voz filtrada de Kiske no ayuda. Como sorpresa, antes del segundo estribillo, Kiske improvisa durante unos segundos (con la letra cambiada) la famosa canción SAN FRANCISCO (BE SURE TO WEAR FLOWERS IN YOUR HAIR), de SCOTT MCKENZIE. Después de eso una sección instrumental con solos de guitarra, lo cual es de agradecer, y poco más. Una canción de Weiki bastante extensa que podría haber sido mejor de haber durado tres o cuatro minutos menos, cuya letra se dedica a la crítica social, hablando de tiempos mejores en comparación con los actuales.

And if you come to San Francisco, you're gonna meet some broken people there.


IN THE NIGHT es otra canción impensable para los Helloween de muy poco antes (es de Kiske, lo cual apunta en esa dirección), ya que se trata de una canción acústica, acompañada de percusión y de aire alegre, pero que no supone gran cosa y que, nuevamente, podría haber durado menos. La letra, sobre la búsqueda de una constante mejora en la vida, amén de otras cosas, no está mal.

The moment when I get things clearer I see another mountain to climb.


Turno ahora para otra de las tres mejores canciones del disco con MUSIC, otra anomalía en el catálogo de Helloween, pero esta vez hecha con bastante buen gusto y de manera mucho más contenida. Se trata de un homenaje a la música que Grapow había escrito para su anterior banda, RAMPAGE, y que se mueve de manera muy lenta sobre una guitarra limpia (con breves y recurrentes frases de blues a la guitarra) hasta que estalla en mitad de estrofa y en el estribillo. La canción es muy emotiva y a esto ayudan los extensos solos de guitarra, ya sean limpios o distorsionados. Yo habría prescindido de las trompetas que aparecen en los estallidos antes comentados, que si bien es verdad que dan al tema cierto efecto dramático, le restan interés y potencia. Aún así, es una canción que siempre me ha llamado mucho la atención.

Music is like sunrise for me.


Los Helloween de aquellos años



El final de Music se une al comienzo de STEP OUT OF HELL, una vitalista canción, nuevamente de Grapow, que resulta ser una regrabación con diferente letra de un antiguo tema de los mencionados Rampage llamado VICTIMS OF ROCK, y que en este caso se dedica al batería Ingo y a su adicción a las drogas. Lo que desconozco es si esta dedicatoria fue póstuma o algo que el propio batería ya sabía en su día. La canción es movidita y entra (muy a duras penas) dentro de lo salvable del disco, pero está demasiado adornada con teclados y coros aquí y allá, para mi gusto. El estribillo no está mal pero se podía haber aprovechado todo mucho mejor. Bastante olvidable aún así.

Streams of madness flow through your veins.


Este breve tramo de canciones que salvan un poco el disco termina con I BELIEVE, que es la más larga de todas y acaba resultando interesante, ya que musicalmente eleva bastante el nivel y además resulta ser una canción curiosa en cuanto a la temática, al tratar el tema de la fe (seguramente católica). La letra está bastante bien y aborda el tema anterior desde la perspectiva de alguien lleno de fallos y contradicciones en quien va calando dicha fe con el paso del tiempo, hasta terminar seguro de ella (como dice el título de la propia canción).

En cuanto a la música, el riff principal lleva al tema a través de un desarrollo bastante solemne y épico, con teclados (creo que incluso un órgano de iglesia), arreglos de cuerda (cortesía de Michael Kiske, parece ser) y una buena pegada de Ingo, aunque en general lento y con el cantante en modo serio. Nada que no haya hecho en otras ocasiones, pero aquí se le nota especialmente concentrado en dar ese toque al asunto y, no en vano, la canción es suya. Tras una parte intermedia con solos de guitarra la canción entra en otra fase distinta, más o menos por el minuto cinco, más sosegada, hasta que un crescendo que está bastante bien lleva a la canción a terminar igual que empezó, con Kiske hablando esta vez en plural.

No es, ni de lejos, tu canción top de Helloween, pero dado el nivel del disco y la temática resulta bastante interesante y tiene muy buenos momentos.

I’m a sinner that’s starting to dare to believe.


Este disco, aún habiendo terminado con una muy sorpresiva obra maestra en forma de canción, hubiese tenido muy difícil salir de la mediocridad, aunque sólo fuese por un tema estadístico, pero al menos así habría más razones para recordarlo y volver a él y, de paso, para el optimismo de cara al futuro. Pero Helloween, encima, deciden acabarlo con una canción absolutamente depresiva y triste. LONGING no es que sea una canción horrenda, pero no deja de ser otro experimento fallido del grupo que además casi deja mal cuerpo. Guitarras acústicas, teclados sin fin y la voz lastimera de Kiske, nuevamente el autor, conforman este tema sobre introspección, búsqueda de ese algo más, etc.

Deep inside of me I know there’s got to be a different kind of truth that sets the spirit free.



En cuanto al resto del material extraído de los singles de Chameleon, hay en este caso abundancia del mismo, aunque por desgracia, y como era de esperar, mayormente en cuanto a su cantidad y no su calidad. Aún así hay alguna que otra cosilla por ahí que podría haber pasado el corte con respecto a otras canciones del disco, ya que las superan sin mucha dificultad. Obviaré, cómo no, una demo de Windmill por razones a estas alturas bastante obvias.


When The Sinner



I DON'T CARE, YOU DON'T CARE es un tema de Weiki que apareció en el single de When The Sinner y que no está mal como versión hard blues de Helloween, aunque los coros y el estribillo dejan al conjunto un poco tirado. Kiske suena bastante aburrido también. La letra trata de la relación con una mujer de poco fiar.


Don't you believe that I feel blue?



ORIENTAL JOURNEY es una canción instrumental de Grapow que apareció en la versión japonesa del single anterior y tiene sus momentos. Hay melodías que lastran un poco el resultado final pero al ser una canción compuesta por un guitarrista y para el lucimiento de dicho instrumento, hay algo de lucimiento, incluso por parte del bueno de Ingo. Bastante olvidable, de todas formas.



Windmill




Como nota curiosa hay que señalar que los singles Windmill y Step Out Of Hell eran exactamente iguales, quitando la canción principal, y ambos contenían las mismas canciones, siendo la primera de ellas CUT IN THE MIDDLE, una animada composición de Markus Grosskopf que vuelve a mostrar una cara más rockera del grupo y que, pese a ser mejor que buena parte de las canciones de Chameleon, pierde fuelle otra vez en un estribillo no muy brillante y excesivamente adornado por unos coros innecesarios. La divertida letra parece tratar acerca de lo que la gente suele pensar del fan promedio del heavy metal, absolutamente trasnochado y desconectado de la realidad.

Squeeze my ass into leather pants.



INTRODUCTION no es una canción, sino un intento de entrevista entre un periodista musical y Weikath, y que sirve para introducir la canción posterior. El entrevistador se sorprende de que la casa de Weiki sea una pocilga y éste, por su parte, en vez de contestar preguntas le dice a su interlocutor que por favor escuche esta canción (a lo KISS, según él) que le va a tocar ya que va a ser un gran éxito. El entrevistador acaba harto y se pira, diciendo que intentará entrevistar a Grapow. Puedes escuchar esto perfectamente antes que Windmill o qué sé yo. Apareció como cara B de Windmill (y de Step Out Of Hell).



GET ME OUT OF HERE es un breve rock and roll compuesto por Weikath, bastante divertido y en el que se cuenta el estado caótico y lamentable en que se encuentra la casa del narrador, más o menos como se contaba en la pista anterior. No tengo ni idea acerca de la música de Elvis, más allá de un par de canciones, pero supongo que este tema es otro intento de sonar parecido, salvando las distancias, dada la afición de Kiske por el fallecido cantante americano. La prefiero a la gran mayoría de canciones del disco grande y de hecho, la he tenido como tono de llamada en el teléfono durante bastante tiempo. Entretenida y, como es lógico, se incluyó en el mismo single que la introducción anterior.


My fridge must be alive inside.


Step Out Of Hell





El curioso título RED SOCKS AND THE SMELL OF TREES, esconde un larguísimo instrumental de más de diez minutos de duración que consiste en una extensa jam de blues rock en la que los guitarristas dan rienda suelta a esta otra cara de sus habilidades y cuya composición se adjudica al grupo entero. Curiosa canción. No está mal. Apareció en I Don't Wanna Cry No More.



Y en ese mismo single también se encontraba AIN'T GOT NOTHIN' BETTER, otra canción de Markus muy del estilo de lo ya escuchado en Get Me Out Of Here y que al igual que aquella resulta ser entretenida y una agradable sorpresa. Divertida letra sobre un músico ambulante (y su banda) al que sólo le importan su desafinada guitarra y su novia.

I never tune my guitar 'cause I like the way it grooves.



I don't wanna cry no more






De nuevo, como dije tras Pink Bubbles Go Ape, de este disco y sus singles se podría haber sacado un EP más o menos decente o quizás, como idea más ambiciosa y poco probable, pero que sirviese de excusa para que el grupo pudiese tener material nuevo mientras ponía en orden todos sus asuntos internos (que no eran pocos), se podría haber editado un disco doble con unas quince canciones, aproximadamente, las mejores de todas las comentadas de estos dos discos y que se anunciase como una cara distinta, más comercial y, a ser posible, bastante efímera, de un grupo que siempre ha sido conocido por NO tomarse en serio a sí mismo.

Sé que esto es hablar por hablar, ya que algo así sólo parece factible a posteriori y teniendo en cuenta una bonanza económica que por lo visto el grupo entonces no tenía. Además, la propia naturaleza de un disco así hace de la idea algo poco probable. Pero teniendo en cuenta de dónde venía el grupo y su tirón tras los dos Keeper, quién sabe? Y quién sabe qué hubiese pasado con el grupo, incluso sin Hansen?

Castillos en el aire, en cualquier caso. Yo, por mi parte, volveré una y otra vez a los primeros años del grupo, seguiré descubriendo cosas nuevas de ellos, ya sea lo que vayan sacando o discos de su larguísima etapa actual que aún no haya escuchado, y podré acordarme de vez en cuando de las canciones que me gustan de esta extraña etapa post-Hansen de Helloween, sabiendo que, por raro que parezca, el grupo no sólo sobrevivió a ella sino que fue capaz de volver a afianzar su estatus e incluso de conocer unos niveles de éxito y popularidad seguramente incluso mayores que los de aquellos años de finales de los ochenta. Y por otro lado, este grupo me ha dado tantos buenos ratos a muchos niveles que cualquier fallo del pasado parece ahora lejano e insignificante.
















Bis bald!



Dedicado, una vez más, a Ingo Schwichtenberg (1965 - 1995).


















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