JIMMY PAGE, DAVID COVERDALE Y ROBERT PLANT / LED ZEPPELIN EN 1993

Cualquiera con un mínimo interés en el tema sabe que LED ZEPPELIN ya no existían cuando empezó el año 1993. De hecho, ya llevaban casi trece años desaparecidos por aquel entonces. El temprano fallecimiento de JOHN BONHAM (Septiembre de 1980) dio al traste con cualquier posibilidad de que un grupo cuya baza más valiosa era, quizás, la absoluta y poco habitual química musical entre sus cuatro miembros, pudiese seguir adelante sin uno de ellos. Aún así, hubo un mínimo debate al respecto, contemplándose la posibilidad de seguir adelante y barajándose algunos nombres de hipotéticos sustitutos, pero algo así no iba a pasar. Poco después (el cuatro de Diciembre de ese mismo año), los tres miembros restantes, firmando simplemente como Led Zeppelin, pusieron fin a la existencia del grupo.

Pero casi cualquiera sabe también que, independientemente de los constantes rumores acerca de una cada vez más que improbable vuelta, y de muy puntuales reuniones o lanzamientos musicales póstumos, Led Zeppelin nunca dejarán de existir. De la manera que sea. Y no me refiero sólo al recuerdo o al mayor o menor aprecio que hacia el grupo pueda tener cada uno. Ni siquiera a su legado musical. Simplemente es una de esas cosas que se dan por hechas: Led Zeppelin dejaron de existir hace mucho, pero siguen estando ahí.

En este sentido, ha habido años en los que todo esto ha estado incluso más presente. En 1985, los tres miembros restantes se juntaron con el muy conocido (sobre todo por su carrera como cantante ligero en solitario, pero también por haber sido, antes de eso, primero batería y luego cantante de los británicos GENESISPHIL COLLINS a la batería para una actuación en el festival LIVE AID. Después de eso, ROBERT PLANT y JIMMY PAGE grabaron juntos en los noventa, e incluso Led Zeppelin volvieron una vez más a la vida gracias al concierto que dieron en Londres (con JASON BONHAM, hijo de John, en lugar de éste) a finales de 2007, en homenaje al productor AHMET ERTEGÜN. Este show dio lugar a un disco en directo del grupo, lanzado algún año después (2012) con el nombre de CELEBRATION DAY. Ha habido más ejemplos.

Pues bien, 1993 fue uno de esos años en los que la presencia del legendario grupo inglés se dejó notar más que nunca. Pero no sólo por el montón de grupos (más o menos contemporáneos de Led Zeppelin) que por aquel entonces ondeaban la bandera de estos a su propia manera, y que antes de la llegada del grunge (o incluso en los primeros años de explosión de éste) estaban pasando por una época mucho mejor que la que conocerían muy poco tiempo después, si no, sobre todo, por el trabajo de los tres protagonistas de arriba.







Aquel año, Jimmy Page (nacido en Heston, Inglaterra, el nueve de Enero de 1944) y Robert Plant (veinte de Agosto de 1948, West Bromwich, Inglaterra) editaron un disco cada uno.


La carrera de ambos marchó por caminos bastante distintos, pasado el momento de Led Zeppelin, y digamos que a Plant le costó mucho menos mantenerse ocupado y encontrar algo que hacer con su vida musical tras la muerte de Bonham, aunque fuese a costa de la música del histórico grupo, de la que trató de alejarse lo más posible, a pesar de que algo así resulte prácticamente imposible para alguien como él. Con la ayuda del ya mencionado Collins (quien además tocaría con él en según qué discos y giras), se embarcó en lo que se convertiría una más que exitosa carrera en solitario.

A través de la misma, Plant y Page coincidieron en momentos puntuales (antes incluso de asociarse los dos como grupo de pleno derecho), pero en lo que al primero se refiere, su carrera dejó al principio bastante de lado el rock duro, el folk y todos esos patrones por los que es mayormente conocido gracias a su tiempo en Led Zeppelin, para pasar a explotar las nuevas posibilidades que la década que estaba empezando ofrecía. Es probable que el bueno de Collins también tuviese que ver con este momentáneo nuevo rumbo, pero también es justo decir que no sólo debió ser bastante importante a nivel musical para el cantante durante esos años, si no que además se conformó con ser un músico en la sombra, a pesar del enorme éxito de su propia carrera en solitario y junto a Genesis.



Una temprana imagen de Led Zeppelin.
Page, abajo a la izquierda junto a Jones,
 y Plant, al lado de Bonham, arriba a
la derecha




De todas formas, ese cambio no debió resultar tan drástico ni para él ni para su audiencia, visto lo que Zeppelin habían hecho con su último disco en vida, IN THROUGH THE OUT DOOR (1979). Así, Plant editó cuatro álbumes de estudio en los que se dedicó a hacer lo que quiso, explorando con ideas inéditas hasta el momento en su carrera y alejándose de su grupo anterior, hasta que en el quinto, MANIC NIRVANA, de 1990, volvió al rock y al rock duro, algo que se notaba también en las pintas del cantante y de lo que ya había dejado señales en el cuarto álbum, llamado NOW AND ZEN (1988). Los otros tres fueron PICTURES AT ELEVEN, THE PRINCIPLE OF MOMENTS SHAKEN & STIRRED, de 1982, 1983 y 1985, respectivamente.



Icónica imagen de Plant en el escenario,
con Led Zeppelin.




No soy ningún experto en la obra en solitario de Plant y ni siquiera he escuchado enteros la mayoría de estos discos y de otros posteriores. Se alejan bastante de lo que suelo escuchar y no me es que me mole mucho lo que he escuchado de ellos, a pesar de que la presencia del legendario cantante inglés es un motivo más que válido para darles una oportunidad. Pero por mucho que esta entrada se centre en otro disco distinto de los cinco ya nombrados, sí hay una serie de canciones en estos álbumes que me gustan bastante, independientemente del estilo, y que considero buena idea recordar aquí. Y hay que decir que hasta el mismísimo COZY POWELL (quien ya había sonado como sustituto de Bonham, en caso de haber continuado Led Zeppelin), uno de los mejores baterías de la historia, tocó con él en algunos temas de Pictures At Eleven.













Llegamos a 1993, el año que nos interesa. Es entonces cuando Robert Plant editó FATE OF NATIONS, dividiendo de manera involuntaria su carrera en solitario entre esta primera etapa y una segunda que, debido a las circunstancias, retomaría unos cuantos años después.



Plant, más o menos en la actualidad




Pero dejemos al genial vocalista por ahora, para centrarnos en Jimmy Page, su colega a través de tantos años de música, y también de una más que habitual y absoluta depravación en su día.



El guitarrista, antiguo notorio mercenario musical (músico de sesión, que se dice) y culo inquieto como pocos antes o después, pasó unos cuantos años muy ocupado durante la década de los sesenta y, cómo no, durante los más que excesivos setenta gracias a esa bestia en la que Led Zeppelin acabaron convirtiéndose, pero a pesar de no quedarse precisamente mirando al techo, una vez desaparecido el gigantesco dirigible, Page pasó a tener un perfil mucho más bajo y una vida musical aparentemente más relajada que la de su amigo cantante. Sus problemas con las drogas y una peor gestión que la de Plant en lo que a la vida posterior a Led Zeppelin se refiere, seguramente también tuvieron que ver con esto.

Puso en marcha varios proyectos, básicamente lo que se conoce como súper grupos, junto a otros músicos famosos, pero sólo uno llegó a tener cierta repercusión: THE FIRM, junto a otra leyenda como PAUL RODGERS, vocalista de FREE primero y BAD COMPANY después, nada menos. E incluso este asunto tuvo una vida corta (dos discos, THE FIRM MEAN BUSINESS, en 1985 y 1986, y poco más) y, a mi entender, poco destacada. Además, compuso alguna banda sonora (DEATH WISH II, 1982, de MICHAEL WINNER, por ejemplo) y apareció, cual oráculo ambulante, como estrella invitada en ciertos shows bien escogidos de artistas más que importantes por aquellos años. Un par de buenos ejemplos serían su participación junto a AEROSMITH en una serie de temas durante el show de los de Boston en el festival de Donington, en 1990, y ese mismo año junto al propio Plant en otro festival, el de Knebworth. Hasta llegó a tocar, junto al cantante y JOHN PAUL JONES (su otro compañero en Led Zeppelin), en la boda de Jason, el ya nombrado hijo de John Bonham. Era como si Page estuviese en todos los sitios, pero sin llegar a estar del todo o ser realmente relevante. Una historia más errática que la de Robert Plant, sin duda.

También editó su único disco en solitario, OUTRIDER, en 1988, sin que el mismo tuviera excesiva repercusión en ningún sentido. Robert Plant cantó en el tema THE ONLY ONE.



Jimmy Page en los setenta, con Zeppelin




Al igual que lo comentado con respecto al cantante, esta parte (y otras más) de la obra y milagros de Page me es bastante ajena, incluso más que la de Robert Plant. Y aunque se puede llegar a la conclusión general de que Page se alejó mucho menos que Plant de lo que habían sido Led Zeppelin, musicalmente hablando, creo que hay menos cosas que destacar de su música. Además, la voz de Plant (a quien considero el mejor cantante de la historia del género, algo así como el ROB HALFORD del rock y el hard rock) y su sola presencia, son lo suficientemente importantes y carismáticas como para que me llame más la atención escuchar sus experimentos de los ochenta que los intentos de Page por sonar cercano a Led Zeppelin, pero con canciones y cantantes muy inferiores.






El guitarrista, en una imagen
relativamente reciente




Hasta que, más o menos por 1991, formó equipo junto al famosísimo DAVID COVERDALE, líder de WHITESNAKE y antiguo cantante de DEEP PURPLE, quien es a su vez uno de los grandes nombres del rock duro inglés de todos los tiempos. Por lo visto, Coverdale (veintidós de Septiembre de 1951, Saltburn By The Sea, Inglaterra) quería tomarse un descanso, agobiado también por una mala época personal, y aparcó Whitesnake por un tiempo. Creo que, de hecho, estuvo cerca de dar por terminado el grupo debido al agotamiento y a lo mal que, inesperadamente, había funcionado su último disco de estudio. Whitesnake habían sido gigantescos en la segunda mitad de los ochenta, gracias sobre todo a un disco como 1987 y al cambio de enfoque musical del grupo, que pasó de su habitual hard rock-blues británico (durante los años de los guitarristas MICK MOODY BENNIE MARSDEN) al heavy metal con algo de estética glam y con el punto de mira completamente dirigido al mercado americano. Más que importante fue en esta segunda parte la labor del genial y recientemente desaparecido guitarrista JOHN SYKES, y Whitesnake fueron tan grandes que llegarían incluso a contar con ADRIAN VANDENBERG y el mismísimo STEVE VAI como tándem a las seis cuerdas. Pero de ahí se pasó al fracaso que supuso la edición en 1989 del álbum SLIP OF THE TONGUE, a pesar de la nómina de músicos. Y creo que Coverdale no sólo terminó físicamente cansado debido a todo el trabajo, si no también un poco harto de aquello en lo que se habían convertido Whitesnake: una parodia glam, un tanto artificial y sobre todo excesiva de sí mismos.



Whitesnake en su etapa más excesiva y americana. Coverdale
es el primero por la derecha, y Vandenberg y Vai aparecen
ambos a la izquierda. Pero ahí no queda la cosa,
ya que arriba del todo se ve a Tommy Aldridge (batería)
 y Rudy Sarzo (bajo) sale  junto al cantante.
 Los dos últimos fueron, entre otras cosas, parte del grupo
 de Ozzy Osbourne en la época  de Diary Of A Madman




Page, por su parte, tenía ciertas ganas de desquitarse tras una primera (si no estoy equivocado) negativa de Plant con respecto a una hipotética reunión de Led Zeppelin. Él y Coverdale tenían entonces contrato con GEFFEN, y se les comentó (por parte del productor JOHN KALODNER) la posibilidad de trabajar juntos, algo a lo que los dos se mostraron receptivos, a pesar de no conocerse apenas. Pero eso sí, decidieron tomarse el tema con calma para ver si, además de confirmar que seguirían llevándose bien más a la larga, podían ser capaces de escribir canciones juntos. Y es que ya se conoce el gigantesco pedigrí musical de los dos, por lo que los niveles de ego estarían seguramente a la altura y nadie esperaba que uno de los dos llevase el peso mayoritario de este proyecto para que el otro permaneciese pacientemente en un discreto segundo plano.

Es curioso porque David Coverdale tenía ganas de alejarse, o incluso salir del mundo de la música, y Page quería volver de lleno a él. Y aún así se juntaron.


Un poquito del pasado de David Coverdale previo a 1993 por aquí:











David Coverdale ahora




Esta colaboración tuvo una vida muy corta, y esto podría ser tentador a la hora de calificar esta aventura como uno más de los vaivenes musicales post-Zeppelin de Page, pero en este caso su relevancia en todos los frentes es mucho mayor que la de cualquiera de las cosas que el guitarrista había hecho hasta el momento desde 1980. Pero la llegada del grunge, que motivó una cierta desgana a la hora de plantearse girar (no se preveía, por parte de un potencial público, el nivel de interés que estos dos gigantes hubiesen planteado unos pocos años antes, lo que llevó a que los pocos conciertos que se hicieron tuviesen lugar sólo en Japón, según creo, y en teatros y sitios con aforos mucho más reducidos de lo esperado), y algún que otro malentendido o intromisión a nivel de lo que se conoce como management, supusieron que todo esto durase muy poco, hasta finales de 1993 o poco más.



Un muy joven Coverdale




Pero lo importante es que de este proyecto, que se quedó con el nombre de COVERDALE / PAGE, nació un disco bastante imponente de igual nombre. No a todo el mundo le gustó tanto como a mí y, como comentaré más adelante, hasta el mismísimo Robert Plant tuvo también algo que decir al respecto, pero la acogida general fue positiva (algo que ha ido incluso mejorando con el paso del tiempo). En cuanto a mi opinión personal, no sólo creo que se trata de un gran disco, si no también del mejor de todos en los que Jimmy Page haya podido participar fuera de Led Zeppelin. Muy superior, sin ir más lejos, a cualquiera de los surgidos de su posterior trabajo junto al propio Plant.



Foto promocional del proyecto
Coverdale / Page




Así que más o menos por la primavera de 1993, y en el plazo de poco más de dos meses, el mundo del rock duro más clásico se vuelve a encontrar con un disco de Robert Plant por un lado, y de Jimmy Page por otro. Que ambos editasen algo nuevo durante el mismo año es algo que ya había pasado antes, pero la sensación que yo tengo es que esta vez sí parecía haber una competencia seria entre ambos, por muy involuntaria que pudiese ser. Hasta este momento, Plant iba a lo suyo y Page iba dando tumbos, pero llegado 1993, el guitarrista parecía tener por fin las armas (compañía y, sobre todo, canciones) para de verdad pensar que podía haber un punto de inflexión serio en su carrera, y Plant, por su parte, había decidido editar el que seguramente es su disco más afín a Led Zeppelin de toda su carrera en solitario. Además, y teniendo en cuenta el recuerdo que tengo de ciertas críticas que leí en su día de estos discos, sí me parece que había un interés por parte de la prensa en dar bola a una rivalidad (con matices) entre ambos. A esto ayudó también lo antes comentado sobre Plant y su opinión sobre el proyecto de Page. Todo, con la presencia del señor Coverdale, una tercera parte de lujo.



Antes de comentar la música en sí, tengo que decir que soy una persona con mucha memoria. Esto supone recordar cosas que preferiría haber olvidado, pero significa también que tengo la suerte de poder  acordarme de todo lo bueno. En este sentido, tengo un gran recuerdo de aquel verano de 1993, cuando la mayor, y quizás única, preocupación que tenía era aprobar todo en Junio para pasar el verano a lo grande sin pensar en el colegio. Todo lo que pudiese venir de más, como ir a un concierto, poder hacer deporte todo el tiempo que quisiese o llamar la atención de alguna de las chicas que me gustase por aquel entonces, eran extras que suponían que el verano pasase de bueno a genial. Como ya he dicho otras veces, la nostalgia pesa mucho en estos casos y, si bien suele ser algo que intento evitar, no tengo ningún problema en tirar de ella en este caso, ya que aquel verano fue mayormente grandioso. Esto viene a cuento porque dicha época está totalmente unida en mi cabeza a la música de los protagonistas de la entrada, y todas esas cosas de las que me acuerdo han contribuido también a crear la opinión que tengo de estos dos discos.



I am a golden god! Plant en el hotel Andaz West Hollywood, en Sunset Boulevard,
donde supuestamente gritó esa más que famosa frase desde uno de sus balcones, en 1975.
Dicho hotel, hogar de muchas más anécdotas y depravación de índole rockera, fue
rebautizado por Led Zeppelin (y no sin motivo) como Riot House. El grupo llegó a alquilar
 hasta seis pisos del mismo, para ellos y todo su séquito, en los setenta




Recuerdo, bien entrado el verano, leer una crítica muy positiva de Fate Of Nations, el disco de Plant, en la que se alababa el nuevo rumbo del cantante, mucho más en consonancia con su pasado en Led Zeppelin. El cronista (y a esto me refería antes) parecía interesado en que hubiese una cierta rivalidad entre Page y Plant, debido a la coincidencia de los discos de ambos durante ese año. No dejaba, ni mucho menos, en mal lugar el trabajo de Coverdale y Page, y de hecho decía que pensaba que ambos discos se venderían por millones ese año, pero sí afirmaba quedarse con el de Plant, por ser más elegante. Este escritor no sólo pecó de optimista, ya que si la fuente que he consultado es fiable (y supongo que lo es), ambos discos se quedaron muy lejos de vender esas cantidades (sólo Coverdale y Page superaron, y no por demasiado, el millón de discos vendidos), si no que además fue la pareja la que se llevó el gato al agua en lo que a ventas se refiere: la supuesta mayor elegancia del disco de Plant no fue suficiente y vendió más o menos la mitad de copias que el otro.

Yo tengo que admitir que tengo mis dudas, y momentos en los que prefiero uno u otro. Y es curioso porque el disco de Coverdale y Page resulta un producto mucho más afín a lo que me gusta escuchar. Se trata de un disco de rock duro en todos los sentidos y, sin ninguna duda, el trabajo más cercano al heavy metal que haya salido del mástil de Page. Mientras que Fate Of Nations es un disco mucho más variopinto que, si bien deja ciertos detalles aquí y allá que pueden acercarlo al ámbito del hard rock, creo que es más acertado calificarlo como un disco de rock adulto, efectivamente muy elegante (también, y mucho, el otro), con buenas dosis de folk rock que no se aprecian tanto en el de Coverdale y Page. Y en cuanto a las canciones en concreto, hay algunas en este disco que quedan lejos, en cuanto a calidad, de las más destacadas del mismo, algo que no pasa en COVERDALE / PAGE.



El malote de Coverdale hace ya
muchos años




En este sentido, no debería tener ninguna duda, y si lo que busco es algo más enérgico, menos aún. Y sin embargo, tengo un aprecio especial por el disco de Plant. Como ya he dicho, ambos me encantan y me recuerdan a sitios y momentos que me importan, pero Fate Of Nations lo hace incluso contando con el hándicap de no haber sido escuchado en su totalidad hasta algún año más tarde de esa época que tan fácil me viene a la mente gracias a su contenido. Me hice con Coverdale / Page (en vinilo y todo, cuando este formato aún no se había ido, para luego volver, el dinero era mucho más escaso y los CDs bastante más caros) aquel mismo verano y me harté de escucharlo. Ahora, y desde hace muchos años, lo que más me gusta es el metal extremo y el heavy metal tradicional, pero siendo mucho más joven apenas conocía cosas de esos géneros y lo que más solía escuchar era, además de los discos de IRON MAIDEN, ACCEPT, HELLOWEEN, MANOWAR METALLICA que me iban llegando, música más o menos parecida a la que se puede encontrar en el disco de Coverdale y Page. Ya se sabe, THUNDER, los propios Led Zeppelin o Whitesnake, algo de AC/DC y discos de THE BLACK CROWES, THE CULT, GUNS & ROSESMR. BIG DEF LEPPARD, por nombrar algunos grupos top del momento. Coverdale y Page eran otra dosis del habitual hard rock que más escuchaba por aquellos días.

A la vez, pude escuchar varias canciones del disco de Plant, gracias a un programa de radio que había entonces en Cadena 100, una vez a la semana si recuerdo bien, y que se llamaba EMISIÓN PIRATA. Tenía cintas preparadas para grabar todo lo que saliese que me pudiese gustar. Qué tiempos. Además, ese mismo verano, el cantante inglés estuvo de gira por España y dio un breve (y genial) concierto acústico en esa emisora (si estoy en lo cierto, fue el diecinueve de Junio) que el propio programa se encargó de emitir (y yo de grabar). A Plant se le notaba de muy buen humor y recuerdo las risas del propio presentador tras las habituales bromas del cantante. En dicho show tocó un par de temas de Fate Of Nations y, sobre todo, recuerdo especialmente la que yo creo que es la mejor versión que he escuchado de THANK YOU, del segundo disco de Led Zeppelin. Ni sé las veces que escuché aquella grabación.



Robert Plant, de vuelta a su look más habitual




Pero el caso es que no compré el disco, y seguramente nunca tuve intención de hacerlo en aquellos días. Como ya he dicho, mis recursos eran los que eran y las prioridades, seguramente, otras. Pero tres años después, en 1996, tras dos fracasos universitarios, me encontré trabajando en las afueras de Belfast. En mis días libres me iba a la propia Belfast o visitaba lugares cercanos, como un bonito pueblo al que podía llegar a pie llamado Hollywood, y otra localidad también costera más grande llamada Bangor. Allí pasaba buenos ratos en tiendas de discos que desde luego tenían cosas que no se veían en España, y recuerdo comprar poco a poco la por entonces aún bastante escasa discografía de los ingleses CATHEDRAL (mis gustos iban ampliándose). Un día, vi en una tienda de Bangor el disco de Plant, en cinta y de segunda mano, y ni lo pensé. Con los años he llegado a conseguir ambos trabajos en CD (y seguramente serán difíciles de encontrar a día de hoy), pero eso era lo de menos entonces. Compré la cinta, atraído por lo que ya conocía del disco y por las cosas que había leído, y empecé a escucharla muy a menudo mientras estuve en Irlanda Del Norte. Tenía mis dudas, pero me gustó el disco bastante más de lo esperado y fue de mucha ayuda en una época rara en la que estaba asustado por estar lejos de mi sitio, siendo aún muy joven, y, sobre todo, porque tras haber dejado de estudiar no sabía cuál iba a ser mi siguiente paso. Ni dónde. Dada la involuntaria conexión que siempre ha tenido todo lo relacionado con Led Zeppelin con el sitio en el que nací, el disco no sólo ayudó, si no que pronto se ganó un aprecio especial por mi parte, y puede que sea ése el factor diferencial que me hace situarlo muchas veces por encima del de Coverdale y Page, a pesar de que musicalmente, y dadas mis costumbres más habituales, no lo está.



City Hall, en Belfast. La de horas que pasé por
sus alrededores.




De cualquier forma, ambos álbumes reciben, aún a día de hoy, atención más o menos habitual por mi parte, a pesar de todas los discos que me rodean y de las casi interminables posibilidades actuales de escuchar música. Y algo así habla más que bien de los dos.



En cuanto a la rivalidad ya comentada, creo que tal cosa no llegó a existir en serio. No al menos, creo yo, entre Jimmy Page y Robert Plant. Estoy seguro de que los dos tuvieron sus más y sus menos en la época en la que compartieron liderazgo en Led Zeppelin, lo cual es comprensible, pero creo también que siempre han sido amigos y no creo que, de no haberlo sido, hubiesen llegado a protagonizar juntos todas las cosas en las que han coincidido desde 1980. Y no son pocas. Es más, recuerdo una foto de Plant, de cuando vino a España aquel verano (como dije antes), teloneando a ese ladrillo ambulante que es LENNY KRAVITZ, en la que se le podía ver encima del escenario con una camiseta de Jimmy Page. Creo que es un dato más que llamativo.



Fan Nº1 de Jimmy Page




De haber algo, fue cierta antipatía (la cual no entiendo y tampoco creo que Plant estuviese aquí muy acertado) por parte de Plant hacia Coverdale, que además ya venía de antes. Las comparaciones entre Led Zeppelin y los primeros Whitesnake más clásicos y británicos siempre habían estado a la orden del día, lo cual era inevitable, dado que ambos grupos vienen del mismo sitio. Y no me refiero a su procedencia. Incluso un tema como el famosísimo STILL OF THE NIGHT, de la etapa americana del grupo, es básicamente una nueva vuelta de tuerca del riff de BLACK DOG. Si a eso le añadimos que la canción presenta una sección en la que aparece un arco de violín, tal y como Page había utilizado muchos años antes con Led Zeppelin, para qué quieres más? Todo eso llevo a las también inevitables comparaciones entre sus cantantes, las cuales eran motivo de orgullo para David (al menos en un principio), pero de risa para un Robert Plant que hacía bromas con el apellido de David, dando a entender que era (o intentaba ser) una versión del propio Robert.

Cuando Plant supo que Page iba a compartir proyecto con Coverdale no pareció muy entusiasmado. Siempre elogió la labor de Jimmy en el disco, pero decía no poder entender el hecho de que se hubiese aliado con Coverdale. La prensa habló de ataque de celos por parte de Plant y el comentario no gustó a David, quien se refirió a esto como una puñalada por la espalda, ya que aparte de la falta de necesidad del comentario, consideraba a Plant, con quien había coincidido varias veces, alguien con quien creía compartir cierta amistad y a quien respetaba mucho como artista. A Page tampoco le entusiasmó el tema, como era de esperar, y más cuando había sido Plant quien se había negado a juntar a Led Zeppelin de nuevo para no poner en riesgo su carrera en solitario. También se rumoreó que Page podría haber accedido a poner en marcha este proyecto sólo para joder a Plant, lo que él siempre negó. Y todo quedó ahí, que yo sepa.




COVERDALE / PAGE


El disco (para el cual se pensó en algún que otro nombre distinto, como LEGENDS NORTH & SOUTH) fue editado el quince de Marzo en Europa (EMI), un día después en los Estados Unidos (Geffen) y el dieciocho, por SONY, en Japón. Lo produjeron ambos músicos, en colaboración con el muy conocido productor canadiense MIKE FRASER, y la portada, cuya autoría pertenece a un señor llamado HUGH SYME, presentaba una poca imaginativa idea consistente en una señal de tráfico amarilla en la que dos líneas convergían en la misma dirección. Dicha señal aparecía también dentro del libreto en fotos con distintos escenarios, como queriendo señalar la unión y la ubicuidad de los protagonistas. Supongo.



Una portada un tanto sosa




El proceso de grabación fue bastante largo y supuso recurrir nada menos que a cuatro estudios distintos: los LITTLE MOUNTAIN de Vancouver, CRITERIA  en Miami, ABBEY ROAD en Londres y HIGHBROW PRODUCTIONS en Nevada, estos últimos propiedad de David Coverdale. Participaron unos cuantos músicos de sesión (aparte de los propios Page y Coverdale) que se repartieron las canciones, destacando de batería DENNY CARMASSI, por citar uno, ya que fue el único que hizo suyo todo el álbum.


La incógnita principal del asunto era saber quién de los dos protagonistas sería la fuerza predominante. Sonaría el disco a Led Zeppelin o a Whitesnake? La respuesta a esto es bastante clara, porque el disco grita Led Zeppelin por todos los lados. Hasta Coverdale suena como Plant a ratos, y este hecho motivó algunas de las críticas del disco, que se fijaban en una supuesta indecisión del cantante a la hora de hacer de Robert Plant o ser él mismo. De todas formas, no creo que eso sea ningún problema, puesto que Coverdale tiene una voz bastante reconocible y en este disco hace muy buen uso de ella. Eso en lo que a la música se refiere, porque las letras sí que me recuerdan más a Whitesnake y a las típicas historias de Coverdale sobre mujeres fatales, mujeres peligrosas y más mujeres aquí y allá. No es que Led Zeppelin hubiesen sido ajenos a algo así, por supuesto, pero solían tratar el tema con más sutileza (la ya nombrada Black Dog, acerca de un hombre obsesionado con una mujer), incluso en momentos más sexualmente explícitos (como la línea You can squeeze my lemon, till the juice runs down my leg, extraída de THE LEMON SONG, en LED ZEPPELIN II, que seguramente no fuese propia, de todas formas). A Coverdale, sin embargo, todas las mujeres parecen tratarlo mal, usarlo y dejarlo en un estado de ansiedad continua.



El antes mencionado In Through The Out Door, que cerró involuntariamente la discografía de Led Zeppelin en estudio (su octavo álbum) antes del final del grupo, fue un disco extraño y muy poco afín a éste. Es un disco que para mí supone un punto negro en la carrera de los ingleses y que directamente no entiendo. Incluso las tres canciones que salvo (Led Zeppelin podían hacer cosas buenas hasta durmiendo) tienen poco que ver con el sonido habitual de la banda, y las otras cuatro siempre me han sido muy ajenas. Por eso me extraña leer que el riff inicial de SHAKE MY TREE, la primera canción del disco, viene de esa época y quedó sin ser usado. Supongo, de todas formas, que esto se refiere al riff medio acústico del principio y no a la parte central más contundente. Pero es igual, este tema es tan crudo, seco y alejado de cualquier tipo de ostentación instrumental, que se me hace raro pensar que algo de él tenga que ver con el disco ya nombrado de Zeppelin o con la época en la que salió, durante la cual se decía que, mientras que Page y Bonham querían continuar con el sonido del genial PRESENCE (el séptimo disco de la banda, muy en consonancia con el de Coverdale y Page), no pudieron hacerlo porque sus adicciones les impedían cualquier tipo de regularidad en el estudio, cosa que Plant y Jones (con su nuevo sintetizador) aprovecharon de manera involuntaria para que In Through The Out Door tuviera su sello, mucho más variado y accesible, y por qué no decirlo, acabase siendo el absoluto coñazo que mayormente es (tres canciones, ya no grandiosas, si no potables, de siete, es horrible para cualquiera y prohibitivo para Led Zeppelin).

En cuanto a la música, poco más que decir. Tema pesado con un riff principal de esos que arrancan, paran y vuelven a empezar, y en el que se cuela dicho riff inicial semi acústico en ciertas partes. Coverdale canta sobre cosas de Coverdale y hay un poco de armónica, cortesía de un tal JOHN HARRIS, tras la cual la canción vuelve al principio. Cero solos de guitarra, por raro que parezca. Este tema fue el segundo single del disco.

I told you once and I told you twice, I ain't no schoolboy you can sacrifice.



La nueva gran pareja del rock duro




WAITING ON YOU sigue una línea bastante parecida. El riff principal es muy bueno y me encanta  cómo se unen bajo y batería al principio, además de la tensión que añade Coverdale con su voz, pero el asunto flojea un poco en el puente previo al estribillo y es una pena, porque la canción abusa un poco precisamente de esta parte, sobre todo al final. El breve solo no me dice gran cosa y tampoco la sección más tranquila que viene después, que creo que te saca un poco del tema. La letra? Sin comentarios. Gran canción, de todas formas, en lo que se refiere a sus momentos más meritorios.

Ever since I started drinking, my ship's been slowly sinking, so tell me what's a man supposed to do.



TAKE ME FOR A LITTLE WHILE es una de las dos canciones lentas del disco. Lentas en el sentido de poder ser consideradas una balada o algo así, y ésta en concreto es una canción que si bien nunca me ha disgustado, ha ganado muchísimo con los años, a media que el paso del tiempo va logrando que te identifiques más con el contenido de la letra. Coverdale cambia de registro en lo referente a ésta y aquí se habla con nostalgia de tiempos pasados y de las cosas que han salido mal o que han resultado directamente trágicas. El cantante parece querer aferrarse a alguien que le haga sentir mejor. Si bien los dos temas previos eran, musicalmente hablando, más simples por consistir sólo en guitarra, bajo y batería, éste añade más detalles, desde nuevamente guitarras acústicas hasta teclados (un tal LESTER MENDEZ), pasando por algo de orquestación, cortesía de un tipo llamado DOUGLAS FISCHER (algo que se supo muchos años después, ya que en los créditos sólo aparecen los teclados del mencionado Mendez), y todo para llegar a un estribillo antológico que puede que sea el momento más emocionante de todo el disco. Muy logrado el aspecto dramático por parte de Coverdale y bonito solo de Page. Temazo y tercer single.

Why don't you take me for a little while? Sing me songs you know will make me smile.



El primer single del disco fue PRIDE AND JOY, un tema bastante ruidoso con varias curiosidades llamativas: el riff principal es de Coverdale, quien también toca la guitarra acústica, y Page vuelve a tocar la armónica en esta canción por primera vez en casi treinta años, según he leído, además de un dulcémele, que por lo visto es un instrumento de cuerda bastante aparatoso que ya había usado en su día en la genial THAT'S THE WAY (LED ZEPPELIN III, 1970). Todo este aparente exceso instrumental podría hacer pensar que se trata de un tema muy elaborado, pero en verdad es una canción bastante heavy, sencilla y además, la más corta del disco. Simplemente tiene alguna sección acústica donde se incluye lo comentado. A destacar la pegada de Carmassi, como en todo el álbum. Los esperados solos de guitarra son sustituidos por un par de ellos de armónica y la letra es bastante olvidable, una vez más, aunque ese hecho no desmerece el resultado final.

Oh child, you act so wild, I'll name a hurricane after you.



OVER NOW empieza con un riff aislado que muestra a Page en uno de sus momentos más fieros. Muy pronto se une todo el grupo pero, a pesar de que la canción me encanta, creo que hubiese estado mucho mejor de haber sido algo más corta y sin las guitarras acústicas que van y vienen durante las estrofas, ya que tapan bastante dicho riff. Los teclados le dan un cierto aire progresivo al conjunto y hay una sección central bastante heavy. Nuevamente, de lo más heavy que se haya escuchado al genial guitarrista inglés. Page también parece darle algún toque al wah-wah, pero eso es, una vez más, lo más cerca que se queda de ejecutar un solo al uso. Coverdale canta de una manera mucho más calmada en este tema, quitando la parte intermedia, y por lo visto la letra se inspiró en su entonces reciente divorcio de la fallecida actriz TAWNY KITAEN (aquella que salía bailando en el vídeo de la versión de HERE I GO AGAIN que se incluyó en 1987, y en algún otro de Whitesnake). Esta canción supuso la edición del quinto y último single del álbum.

You talked to me of virtue and sang a song so sweet, but all I know is I could smell the perfume of deceit.



Page y su arco de violín, muy al principio
de sus años con Led Zeppelin




Si la canción anterior contenía algunos de los momentos más netamente heavy metal de Page, FEELING HOT ha de ser, en conjunto, una de las canciones más salvajes en las que haya podido participar. No sólo es rápida, si no que da la sensación de tener prisa por llegar a algún sitio lo antes posible, gracias a un riff que Page emplea durante las estrofas y que parece una estampida. Hay algo más de protagonismo del bajo (JORGE CASAS) y algún que otro guiño al rock & roll más antiguo, como en el solo, que es de lo menos destacable del tema. Me recuerda, en cierta manera, a WEARING AND TEARING (CODA, 1982), un tema bastante frenético de Led Zeppelin que, curiosamente, creo que fue un descarte de la época de In Through The Out Door.

Mujeres y más mujeres en una letra que pondría en efervescencia al feminismo más rancio y que sería, sin duda, objeto de polémica de aparecer hoy en un producto de consumo más amplio. Cierto es, en cualquier caso, que la letra es bastante picante y machista, al señalar a las mujeres (groupies, supongo) como simples objetos de diversión. Este Coverdale...

Women to the left, women to the right, the boys are feeling hot tonight.



EASY DOES IT es de las canciones que menos me llaman la atención del disco, en parte por el largo desarrollo acústico del principio. Lo bueno es que aún así la canción sigue gustándome, sobre todo gracias al brutal cambio que la cosa experimenta tras dos minutos y medio. Todo mejora bastante a partir de ahí, y también se pueden escuchar detalles del bajista, que en esta ocasión es un señor llamado RICKY PHILLIPS, y ocasionales teclados. Creo que no había reparado en este detalle hasta ahora, pero lo cierto es que no se puede acusar a Page de exceso de protagonismo en este álbum, ya que vuelve a haber una ausencia total de solos de guitarra. Coverdale pasa del tono festivo y guarrete de la canción anterior a otro registro mucho más calmado y servil en ésta, pero la letra sigue siendo bastante chorra de todas formas.

I'll take you anywhere the four winds blow.



No tanto como en Take Me For A Little While, pero el dúo vuelve a acertar un poco a la hora de transmitir algo con sus letras en TAKE A LOOK AT YOURSELF, el otro tema lento del disco. Aunque la canción no se libra de alguna de las típicas frases del cantante, el conjunto es más logrado y Coverdale resulta mucho más creíble y sincero al cantarlo. Musicalmente es lo más parecido a una balada, con teclados, guitarras acústicas, ciertos momentos más tremendos y un solo relajado de Page. Algo más Whitesnake que Zeppelin, supongo. Cuarto single.

Your smile, like a summer sun, can brighten my day, and when I'm feelin' down you chase the dark clouds away.



Pudo haber más música, pero al menos quedó la amistad




El disco afronta su brillante recta final de manera sobresaliente con DON'T LEAVE ME THIS WAY, una de mis canciones preferidas del disco y la más larga del mismo. Se trata de un gigantesco blues que siempre he considerado como el primo lejano del imponente TEA FOR ONE, de Zeppelin (Presence), aunque lo curioso es que parece ser que la frase incial la había escrito Coverdale, y no Page, tiempo antes, sin haber llegado a usarla. De todas formas, el tono es mucho menos dramático que el de Tea For One, ya que mientras que la canción de Led Zeppelin hablaba de soledad, ésta trata sobre los traumas habituales de Coverdale. Paso de las letras, la verdad, en la mayoría de casos, siempre que la música sea lo suficientemente buena como para mantener mi atención, como es el caso. Pero me resulta harto meritorio, si me pongo a pensarlo, el hecho de que el tipo haya sacado adelante toda una carrera, no precisamente corta, cantando casi siempre sobre su habitualmente insana relación con las mujeres.

La frase principal es una maravilla y me encanta como va escalando poco a poco hasta la parte más heavy, y lo mismo le pasa a un genial solo de guitarra que llega al minuto y medio. Una canción dentro de otra.

Just thinking about you baby takes all my night and day.



Otro tema largo y con un desarrollo inicial prolongado, al estilo de Easy Does It, es ABSOLUTION BLUES. También se le parece en cuanto a la parte en la que la canción cambia brusca y totalmente de tercio, pero ésta es bastante mejor y más heavy, aunque los teclados se dejan notar también. El estribillo me mola mucho y el tema está lleno de detalles que, al igual que el disco en general, recuerdan a Led Zeppelin por los cuatro costados. El cantante retoma su papel de oveja negra, pero de alguna manera vuelve al buen camino, como indica el título del tema.

Bless me father, I have sinned. I've broken hearts, got drunk on gin.



WHISPER A PRAYER FOR THE DYING cierra el disco con muy buena nota y un cambio total de registro en lo referente a la letra, puesto que el tema a tratar es la Guerra Del Golfo, acontecida poco tiempo antes. El tema es bastante largo y tiene sitio para todo, desde un sombrío comienzo acústico hasta unos teclados que le dan un aire más progresivo, pasando por el brutal riff central de Page y los registros altísimos de un Coverdale desatado. Una canción, a ratos sofisticada, a ratos muy bestia. De lo mejor del disco.

Como curiosidad, recuerdo pensar en su día y un poco en broma que, además de las obvias similitudes musicales entre este grupo y los ya mencionados Thunder (también ingleses), el asunto iba hasta un poco más allá, al empezar este tema con la línea I hear the sound of distant thunder echo all around, y tener los propios Thunder una canción llamada DISTANT THUNDER (un tema extra de su disco de debut, BACKSTREET SYMPHONY, de 1990) cuyo estribillo decía I hear the sound of distant thunder, it's coming closer every day. Ambos temas comparten, además, cierto grado de crítica social. Lo raro fue que, poco después, y creo que con vistas a un futuro de Coverdale & Page que nunca se produjo, David Coverdale contactó de alguna manera con LUKE MORLEY, principal guitarrista y compositor de Thunder (Whitesnake habían liderado el festival de Donington en 1990, en el cual Thunder habían actuado en primer lugar y, según la crítica, empequeñecido a todos los grupos posteriores, Whitesnake y los mismísimos Aerosmith incluidos, por lo que su reputación los precedía y seguramente ambos músicos se conociesen aquel día), para que fuese el segundo guitarrista de Coverdale y Page. Como ya he dicho, nada de eso llegó a producirse, pero esos contactos, rumores o lo que fuesen, provocaron un fuerte cisma en el humilde grupo londinense, debido a los supuestos celos de la otra cabeza visible de Thunder, el inigualable cantante DANNY BOWES (como nuevo dato simpático a mencionar, he de admitir que Bowes es, en mi opinión, el único cantante del género que puede hacer cierta sombra a Robert Plant. Un auténtico fuera de serie). Poco después, al ser preguntado al respecto, Coverdale dijo que adoraba a Thunder y que nunca se le ocurriría poner en peligro la salud de un gran grupo inglés, pero lo cierto es que estos estuvieron cerca de separarse por aquella época.

The soothing words of politicians, those bodyguards of lies.












Hasta aquí llegó el disco y, prácticamente, todo el proyecto. El dúo, como es lógico, compuso más material que el aparecido en el álbum, pero poco se sabe de él (se habla de un tema llamado SACCHARINE y de ideas sin aprovechar que luego fueron usadas por Coverdale) y no ha aparecido por ningún sitio, ya que no hubo continuación. Los abundantes singles del disco completaron sus respectivas caras B con versiones editadas o acústicas de los mismos temas. Se ha hablado de una reedición del álbum, pero nada se ha concretado por ahora. Veremos.

Como ya se dijo, la idea inicial de recorrer Europa y Norte América quedó considerablemente reducida a unas pocas fechas en Japón a finales de año y todo esto motivó ciertas fricciones, ya no entre los músicos, si no más bien por motivos de management, que, unidas al aparente poco interés por ver a la pareja, fueron determinantes a la hora de pasar página. Pero al menos hubo siete shows en el país nipón, para los que se retuvo a Carmassi y se fichó a otros músicos, y en los cuales se tocó material propio y, cómo no, de Led Zeppelin y Whitesnake. Se comenta que, a pesar de lo relacionado con la gira (o con la falta de ellas, más bien), ambos músicos querían continuar juntos, pero según Coverdale, el manager de Page (el mismo que había mostrado cero interés en la gira) insistió en que este capítulo terminara. Y así fue (motivado esto también por una llamada, previa a la pequeña gira japonesa, por parte del entorno de Plant para que él y Page hiciesen uno de esos conciertos desenchufados de la MTV tan habituales de la época), pero no acabo de entender cómo o por qué, el deseo de un manager acabó pesando más que la voluntad de los dos protagonistas. Y más cuando ambos Jimmy Page y David Coverdale recuerdan esta pequeña etapa con afecto y hasta se ha hablado acerca de una potencial reunión. Supongo que todo se reduce al dinero, al menos en gran medida.





Las críticas fueron más bien positivas, aunque hubo de todo. No se dijo que esto fuese un nuevo advenimiento de Led Zeppelin, pero sí que era lo más parecido, siendo lo mejor que había hecho Page (a nada) desde el final del más que famoso grupo. En general, la labor del guitarrista fue bastante aclamada, pero también la de Coverdale, como si el disco hubiese sido un regreso a su mejor estado de forma. Por la parte negativa se habló de simple imitación de Led Zeppelin o de algo que a Coverdale (quien se llevó la peor parte) le quedaba grande, siendo sólo una especie de aspirante a Robert Plant. Incluso se habló de un producto bueno con respecto a Whitesnake, pero lejos de un disco de Zeppelin. Los halagos han aumentado, como ya dije, con el paso del tiempo.





FATE OF NATIONS


Robert Plant se había pasado los ochenta experimentando y haciendo lo que le vino en gana, pero a medida que se fue terminando una década tan excesiva como aquella se debió cansar un poco de todo eso y recuperó su típico look macarra, volviendo a acercarse a sonidos más en consonancia con los de su antiguo grupo. Manic Nirvana lo había dejado bastante claro, creo yo, sólo con echar un vistazo a su portada. Fate Of Nations vino a confirmar lo anterior, siendo un disco con muchas cosas en común con Led Zeppelin y muy orgánico en cuanto a su sonido. Nada de los excesos tan típicos de los ochenta que habían reinado en sus primeros discos en solitario. Al revés. Es un disco en general más centrado en el aspecto folk y tradicional (también en cuanto a las letras, más reflexivas y personales) de la música con la que ha convivido el cantante, y es bastante variado también (dando también su cuota de protagonismo a lo que se conoce como world music y que supongo que se refiere al aspecto étnico abordado por algunos temas), mucho más de lo que lo pudo llegar a ser cualquiera de los que editó con Zeppelin, lo cual es un dato a tener en cuenta, ya que discos como HOUSES OF THE HOLY (1973) o PHYSICAL GRAFFITI (1975) tenían un poco de todo. Y ésta ha sido la tónica más habitual de su carrera en solitario desde entonces, alejándose así de los sonidos tan pasados de moda que poblaron la primera parte de la misma.



Curiosa portada




Si hubiese que comparar entre este disco y el de Coverdale y Page, Fate Of Nations empezaría con ventaja con sólo mirar sus portadas. No es que la de Plant (obra de un tal MARTIN CALLOMON) sea, precisamente, un prodigio artístico sin precedentes, pero al menos es más colorida y expresiva que la del otro. Hay algo que ambos discos comparten, sin embargo, y que en este caso tengo que destacar para mal, y que es la amplísima nómina de músicos participantes en ellos. En el disco de Plant, que es del que toca hablar, este aspecto se fue de las manos (bastantes más músicos aún y una instrumentación más variada), y esto no me gusta, ya que si bien no tiene por qué afectar al resultado final (se supone que buscas lo mejor para canción en concreto), no da la sensación de cohesión que sí tiene un grupo de cuatro o cinco personas. Al menos, los músicos KEVIN MACMICHAEL (guitarrista canadiense fallecido en 2002) y CHARLIE JONES (bajo) participaron en prácticamente todos los temas, y hay que reseñar el hecho de que el batería MICHAEL LEE (también desaparecido, y en este caso muy joven), quien en su día había tocado en LITTLE ANGELS y The Cult, siendo luego parte de unos reformados THIN LIZZY, entre otros, tocó en dos canciones y formó parte del posterior grupo de Plant y Page. Charlie Jones, quien además es yerno del cantante, ha vuelto a colaborar con Plant y actualmente está con los ubicuos The Cult.


El disco salió el veinticuatro de Mayo de 1993 y lo editó FONTANA RECORDS, aunque en Estados Unidos lo distribuyó un sello llamado ES PARANZA RECORDS (una filial de ATLANTIC, según creo), y fue producido por el propio cantante junto al productor CHRIS HUGHES. También se usaron varios estudios, como con el disco de Page y Coverdale, siendo estos los RAK de Londres, los también ingleses SAWMILLS y MONNOW VALLEY, en Gales.



El comienzo de CALLING TO YOU presenta una guitarra acústica con un cierto aire oriental (algo que seguirá estando presente en el resto de la canción y en algún que otro momento del álbum), lo cual da una pequeña idea del planteamiento del cantante de cara a enfocar su nueva música, en contraste con la anterior, y del espíritu aventurero del disco. Pero antes de que te de tiempo a pensar en estas consideraciones, el potente riff principal sale de la nada para dejarte con la sensación de haber recibido un golpe que no estabas esperando. La primera vez que escuché el tema (a través de los auriculares de un walkman de los de entonces) hasta me asusté por el repentino sobresalto. Recuerdo que se hablaba entonces de un nuevo WHOLE LOTTA LOVE (cuántas veces se habrá podido comparar tal riff o tal canción con uno de los eternos clásicos del rock duro), de un cruce entre KASHMIR y no sé qué, y de un sinfín de comparaciones más. Han pasado muchos años y nunca he sido capaz de pillar ninguna de ellas, pero da igual, el tema no las necesita. Es más, la opinión general sobre él siempre ha sido bastante entusiasta, independientemente de ellas. Incluso llegó a recibir en su día una nominación de cara a los premios Grammy. Fue el tercero de los cuatro singles de Fate Of Nations.

Muy buena canción, en general, y la que más cerca coloca el contenido del álbum en territorios afines al rock duro (la parte del solo de guitarra me encanta), pero si tengo que ser sincero del todo se me hace un poquito largo al final y, para sorpresa de nadie, la aparición del violín de un tal NIGEL KENNEDY me sobra del todo. La letra no es fácil de interpretar, algo que el propio Robert admite, y parece ser que trata sobre la codicia humana. Como si fuese una llamada de atención.

Calling To You guarda también alguna que otra anécdota. La participación de Kennedy llegó después de que Plant hubiese contratado a unos músicos indios para lograr una especie de zumbido discordante bajo la música, no habiéndole gustado el resultado. Además, se rodó un vídeo, y en él aparece una bola de demolición en llamas yendo y viniendo de manera constante por encima de los músicos. Querría Plant escenificar el toque de atención del tema con ella? Pero lo más llamativo es que al final del todo se puede escuchar a Plant gritando Oh, Jimmy, lo que podría hacer suponer que la llamada de la que habla el título es para Page, en reacción a su colaboración con Coverdale. Pero Robert Plant tendría que confesar su verdadera intención con esto, ya que algo así traicionaría su versión previa acerca del significado de la letra.

Out in the blue now, just waiting to feed. A little breath of selflessness adrift in all the greed.



Me es mucho más difícil comentar, desde un punto de vista estrictamente musical, este disco que el de Coverdale y Page. El de estos es un conjunto de canciones más cercanas al ámbito del que estoy más capacitado para hablar, mientras que la paleta de Robert Plant tiene bastantes más colores y él parece estar dispuesto a usarlos todos. Por ejemplo, en la difícilmente clasificable DOWN TO THE SEA, que poco tiene que ver con la primera canción. Las guitarras eléctricas aparecen ocasionalmente entre una percusión y otros instrumentos (cuyo nombre desconozco y de los cuales se encarga Charlie Jones) que recalcan la afición de Plant por acercar sonidos de Oriente Medio a su propia música. No es que la canción me chifle, pero funciona a su manera y, aún estando muy alejada de los mejores momentos del disco, también está lejos de disgustarme. Es más, me trae a la mente la época en la que empieza el verano, el sol, el mar y todo eso, lo cual no puede ser malo. Y este ambiente veraniego es lo que en cierta medida parece querer reflejar la letra, unido a la reflexión personal que el cantante hace, según sus propias palabras, con la cabeza en la arena.

Life is a big tambourine, the more that you shake it, the better it seems.



His head is in the sand




No hace falta decir que Robert Plant juega en una liga en la que seguramente sólo compita él. Eso es algo que ya se ganó en su día, siendo el cantante de la que yo creo que es la agrupación musical más relevante de la historia de la música (al menos en lo que a mí respecta), pero que ha seguido demostrando con canciones tan brillantes como COME INTO MY LIFE. Este tema poco tiene que ver con los dos anteriores y no sólo se trata de uno de los mejores temas del disco (puede que el mejor), si no que potencia aún más esa especial relación que Fate Of Nations tiene con muchos buenos recuerdos y con algunos de mis sitios preferidos. Se trata de una sombría demostración de absoluta elegancia por parte del vocalista gracias, en gran medida, a la participación de hasta tres guitarristas (MacMichael, FRANCIS DUNNERY y  RICHARD THOMPSON), que hacen su tarea casi de manera artesanal, con aportaciones que van de lo enérgico a lo sutil y que desembocan en un estribillo tremendo que mezcla guitarras acústicas y eléctricas. Los distintos detalles y matices introducidos por los guitarristas son espectaculares, y esto es especialmente llamativo durante los solos de guitarra. Además, la canción se despide repitiendo el anterior estribillo, pero obviando su parte eléctrica, como si se quisiese poner énfasis en dicha despedida.

El tema también incluye una buena pegada a la batería, cuando éste requiere de ella, por parte de PETE THOMPSON, y la exótica aportación de una zanfona (o hurdy-gurdy, cortesía de NIGEL EATON) y de una especie de órgano llamado armonio (a cargo del también fallecido PHIL JOHNSTONE). Pero, por muy superlativo que parezca todo lo explicado hasta ahora, hay un detalle más a comentar que no sólo mejora el resultado final, si no que lo pone en otro nivel. Uno estratosférico. Estoy hablando de la imponente aportación vocal de la cantante irlandesa MÁIRE BRENNAN (conocida por su labor en CLANNAD). Ella sola, aún sin tener que cantar una sola línea, refuerza el mencionado aspecto sombrío de la canción y además lo dota de un aire misterioso que resulta evocador e insultantemente perfecto. De hecho, teniendo en cuenta el tipo de disco que es Fate Of Nations en conjunto, Come Into My Life resulta una canción prácticamente perfecta. Espectacular. Mi enhorabuena a Plant por la idea y por un resultado tan redondo. He encontrado, de casualidad, una maqueta de este tema (que por el gran  sonido que tiene suena más bien como una versión alternativa del mismo ya terminada) y, aunque no puede competir con la definitiva, está muy bien también, con un tono mucho menos oscuro. Aunque sin Brennan, eso sí.

La letra parece referirse a alguien que supone una especie de lugar seguro para el cantante. Aquella persona que aleja las cosas malas y hace que todo merezca más la pena. Supongo.

Among the hollow of faces I know you're there, it must be soon.



El disco continúa en estado de gracia con las que seguramente sean sus dos canciones más conocidas. Ambas fueron también sus dos primeros singles y Plant las interpretó en aquel pequeño show acústico del que ya hablé, por lo que también fueron dos de las razones que me llevaron a comprar el disco tiempo después. La primera es I BELIEVE (el segundo single de Fate Of Nations), un nuevo recuerdo de Plant a su hijo KARAC (fallecido en 1977, cuando sólo contaba con cinco años de edad, debido a un virus estomacal), cuya desaparición no sólo destrozó al cantante, como es lógico, si no que le hizo perder interés en Led Zeppelin y su vida como estrella rockera, y replantearse toda su existencia. De hecho, se cuenta que incluso se planteó dejar el grupo, para ser profesor, y sólo Page pudo convencerle de que no dejara la música. Led Zeppelin no durarían mucho más, pero Plant tuvo tiempo para colar una canción dedicada a Karac en In Through The Out Door, la atípica ALL MY LOVE. Sin embargo, I Believe se aleja mucho de aquel tema, ya que aquí, en vez de llorar una pérdida, Plant parece celebrar la persona que ya no está de una manera que da a la canción un toque íntimo y reflexivo, desde luego, pero también optimista y hasta alegre, según momentos.

Puede que sea el momento más accesible del disco, en cuanto a la música, y uno de los que más obvio gancho comercial tiene. Hay algunos coros, un estribillo que apunta directamente a quedarse con facilidad en el recuerdo y un ambiente un poco hippie, pero lo mejor del conjunto son las propias estrofas, en las que Plant se queda más aislado, rodeado solamente de guitarra, bajo, batería y, aparentemente, de sus propios recuerdos. No me volvía loco en 1993, a pesar de gustarme, y su mayor orientación de cara a la radio y las listas de éxitos es evidente (aunque no sé si premeditada), pero hace mucho tiempo que me encanta escucharla. En 2003, se publicó SIXTY SIX TO TIMBUKTU, una extensa recopilación del trabajo de Plant fuera de Led Zeppelin, y ésta incluyó una versión alternativa de I Believe (no se señala como tal, pero desde luego es distinta a la original aparecida en Fate Of Nations diez años antes), aunque mola más la original.

Tears of your mother, from the pits of her soul. Look at your father, see his blood run cold.



Quien tuvo, retuvo




Todo lo comentado en I Believe acerca de su gancho comercial, etc, podría decirse en gran medida de 29 PALMS (primer single), sólo que este tema es bastante mejor incluso, y también algo más enérgico. Como novedad, decir que es la única canción del disco en la que no hay ningún adorno ni tampoco rastro de la más que variada instrumentación que puebla la mayoría del resto de temas. Sólo Plant, guitarra (MacMichael y DOUG BOYLE), bajo (Jones) y batería (el productor Chris Hughes). 29 Palms es una animada y directa pieza de rock con mucho protagonismo de las guitarras acústicas y otro estribillo de corte nostálgico destinado al triunfo, tanto crítico como comercial. La realidad, cómo no, fue mayormente por otro lado, como era de esperar, aunque este tema sí que fue un single relevante en cuanto a su éxito, al menos en lo que a la carrera en solitario de este señor se refiere. Otra demostración de clase por parte de Plant, quien controla a placer una canción apta para casi cualquier audiencia.

Lo curioso es que, si bien este tema no va mucho más allá, musicalmente hablando, de su aparentemente sencilla estructura, sí que parece tener mucho más de lo que hablar en lo relativo a su mensaje, y esto es algo de lo que he de admitir que no tenía ni idea (a pesar de ser, por lo visto, algo bastante comentado) hasta que he hecho una reciente y mínima investigación al respecto. Está lo más o menos obvio, que no es otra cosa que la localidad de Twentynine Palms, el lugar específico al que se refiere el título de la canción. Este sitio es una pequeña localidad californiana, localizada en el Desierto de Mojave, que sirve como una de las principales llaves de paso al Parque Nacional de Joshua Tree. Estamos hablando de un lugar de inequívoca tradición en lo que respecta al folclore rockero, más allá de la evidente conexión que el nombre del ya mencionado parque supone y que creo que no hace falta recordar.

Pero por lo visto hay más. Cualquiera que tuviese unos pocos años (los suficientes para ser consciente de lo que se podía escuchar por la radio) a finales de los ochenta, recordará a ALANNAH MYLES, la cantante canadiense que sacudió el mundo con su éxito BLACK VELVET (un homenaje a ELVIS PRESLEY), aparecido en su disco homónimo de debut en 1989. Si, por alguna extraña razón, el nombre del tema no dice gran cosa, sólo hay que probar a escucharlo. Decir que es una canción famosa es quedarse muy corto y la misma supuso un Grammy para ella, además de muchos éxitos más, hasta el punto de que, hasta donde yo sé, Alannah Myles fue el gran nombre femenino de la música en Canadá hasta la aún más ruidosa irrupción de la poco tiempo después ubicua ALANIS MORISSETTE. Pero esa es otra historia. Yo mismo escuchaba muchísimo el gran segundo álbum de Myles, ROCKINGHORSE (1992), en la época en la que los discos de Plant, Page y Coverdale salieron (el primero de ella, curiosamente, lo compré también cuando encontré aquella cinta de Fate Of Nations en Irlanda Del Norte, y, muy probablemente, el mismo día que ésta; curiosa casualidad) antes de que su fama se fuese apagando poco después. Por lo visto, Myles y su banda abrieron para Plant en la gira de Manic Nirvana y, por lo que leo por ahí, parece que el hecho de que ella y Plant llegasen a compartir algo más que una serie de conciertos es algo que se da bastante por hecho. Así que bien podría ser ella la mujer a la que se refiere la letra de 29 Palms, en mitad de ese ambiente sofocante del desierto que rodea a la localidad que da título el tema. Esta suposición se ve reforzada por la línea en la que se dice her velvet glove. Robert Plant fue en su día bastante ambiguo al respecto, aunque sí dejó claro su enorme respeto por Myles en todos los sentidos.

La cosa no acaba ahí. Se comenta también que, o bien dichas declaraciones del cantante podrían haber estado destinadas a no empeorar la situación con otra mujer, o la letra de 29 Palms en realidad se refería directamente a ella. Estamos hablando aquí de SHIRLEY WILSON. Esta persona no sólo era la pareja de Plant, más o menos por (o hasta) aquella época, si no que también era la hermana de su ex MAUREEN (la madre de Karac y destinataria de la genial Thank You), y de ahí la rumorología que conecta semejante carambola sentimental con frases como A fool in love, a crazy situation o strange infatuation. Pero, como ya he dicho, también pudiese ser que Plant no admitiese entonces, de manera completamente honesta, su relación con Myles, para proteger y respetar a Wilson, con quien su tiempo terminaba.

Sea como fuere, estamos hablando de un tipo que por lo visto se las arregló para salir con la cantante rockera del momento (escandalosamente guapa, por cierto), mientras estaba terminando una relación con otra mujer que, de paso, era la hermana de su ex mujer. Aparta David Coverdale, haz el favor. Aprendiz.

The heat and the dust increase my desolation.









Alannah Myles, todo terciopelo negro




Después de tanto rumor y tanta historia extra musical, es el turno de MEMORY SONG (HELLO, HELLO). Esta canción abre un tramo del disco que supone un pequeño bajón en cuanto a la calidad del mismo, y digamos que las canciones menos llamativas de Fate Of Nations, en lo respectivo a la música, se encuentran aquí (a las cuales yo uniría Down To The Sea). Esta es una de las diferencias de este disco con respecto al de Coverdale y Page, ya que en éste no hay nada parecido. Dicho esto, ni todo este relato trata sobre música, ni lo que acabo de decir supone que estas canciones me disgusten. Simplemente, están lejos de las otras. Memory Song es una canción un poco extraña, que va de lo melancólico del riff principal a momentos más alegres e incluso un poco alucinados, que me recuerdan a alguna cosa un poco más particular de Led Zeppelin, como las partes más peculiares de FOUR STICKS o algo así. La verdad es que no es un tema que se me ocurra escuchar de manera aislada, pero tiene su aquel, sobre todo por la parte totalmente inesperada que empieza casi al cumplirse el tercer minuto (cuando Plant dice you touch my soul y luego empieza a cantar lo de hello, hello) y que está bastante bien. De hecho es lo que primero me viene a la cabeza cuando me acuerdo de la canción. La letra me parece un poco hippie y psicodélica y no me hago a la idea de lo que trata.

In my dreams you've come to call. You are my friend. You touch my soul.



IF I WERE A CARPENTER es una versión del tema folk del cantante americano TIM HARDIN, y se convirtió en el cuarto y último single de Fate Of Nations. Se me hace un poco larga, la verdad, a pesar de ni siquiera serlo (es la canción más corta de todas), y sólo funciona bien, en mi opinión, al principio, cuando se da prioridad a la voz de Plant y a la guitarra acústica. El resto es un poco aburrido, con arreglos de cuerdas y más instrumentos, aunque el tema no deja de ser bonito. Esto no lo salva de ser, seguramente, la canción que menos me mola del álbum. La letra trata de cómo el interés de una mujer por el narrador es puesto a prueba, a través de los distintos humildes oficios del mismo, que yo creo que simbolizan las distintas fluctuaciones de la vida misma.

If I worked my hands in wood, would you still love me?



En 2021, el más que famoso grupo inglés de heavy metal Iron Maiden, editó SENJUTSU, el que es su último disco de estudio por el momento. Como primer single eligieron una canción llamada THE WRITING ON THE WALL. La aislada y misteriosa guitarra acústica del principio, junto al sonido del viento por detrás, dan al oyente la sensación de estar a punto de presenciar un duelo a tiros en una película del oeste. Cuando escuché este principio pensé que me recordaba a algo familiar. Así es. Y es que, tras ese primer medio minuto, el tema de Maiden cambia de onda y las dos canciones dejan de tener algo en común, pero ese comienzo es muy parecido al de COLOURS OF A SHADE, la siguiente canción de Fate Of Nations. Si bien este tema tiene, en mi opinión, la misma tara que lastra al anterior, al alejarse un poco de su genial principio acústico para añadir más instrumentación (cortesía, mayormente, del multiinstrumentalista inglés MARTIN ALLCOCK), lo cierto es que es demasiado bueno como para estar incluido entre las canciones menos destacadas del álbum y, en ese sentido, desentona en este tramo mencionado hace poco. Sus dos primeros minutos y medio son oro puro, de hecho, aunque luego pierde algo de lo que le hace tan atractivo al principio, con la entrada de la mandolina y la gaita. Pero se trata de una gran canción igualmente, y el evocador ambiente, sobre todo al principio de ésta, está muy logrado. Una vez más, la letra me resulta bastante críptica como para saber de qué va el tema, aunque quizás trate de alguien que se despide antes de afrontar una adversidad, en forma de largo viaje o algo así. Creo que esta canción no está presente en todas las ediciones del disco, ya que he leído alguna crítica que ni siquiera la menciona tras haber analizado todas las demás.

I face the wind, I have no choice, but you must guard the hearth.



PROMISED LAND me recuerda algo más a Led Zeppelin, pero sólo ligéramente y en lo que respecta a su riff inicial (me viene un poco a la cabeza la celebrada WHEN THE LEVEE BREAKS, también por la aparición de una armónica que supongo que corre a cargo de Charlie Jones, ya que no encuentro nada en los créditos y él es el multiinstrumentalista de guardia; pero es raro, ya que la armónica suele ser cosa del cantante) y algún que otro detalle más potente del mismo, ya que el tema también se enreda con otras cosas que lo alejan de los patrones más habituales del legendario grupo. Plant toca la guitarra en esta canción, como curiosidad. Y poco más. Está bien, pero la cuento entre los cuatro temas menos atractivos del disco. Al igual que 29 Palms, la letra entra un tanto en territorio Coverdale, pero más que nada porque la tierra prometida de la que habla el título parece ser una mujer, ya que no hay rastro aquí de los problemas habituales de éste.

I go crazy, my head won't quit as I crawl inside your love groove.



El cantante en plena actuación




El final de Promised Land se une al principio de THE GREATEST GIFT, que da comienzo al espectacular último cuarto del álbum. Esta canción, la más larga del disco y una balada en toda regla, pone sobre la mesa, y esta vez de forma brillante, todo ese exceso instrumental del que en otras canciones podría prescindir, aunque si tengo que ser sincero, dicho exceso se reduce a un piano y a unos bastante bien aprovechados arreglos de cuerda. No se trata de la típica canción de amor lacrimógena, y uno se imagina a alguien con traje y corbata cantando algo como esto, pero Plant se encarga de hacer suyo el tema como si sólo hubiese nacido para cantar material de este tipo. La canción no es perfecta, desde luego, y a pesar de reconocer la gracia y el buen gusto que las cuerdas aportan al asunto, podría haber pasado con algo menos de protagonismo por parte de las mismas. Pero el estribillo es muy bueno, Plant canta como el dios que es, y el solo y la parte final son geniales. Difícilmente una canción con todos estos ingredientes podría llamarme más la atención. La letra parece ser una sincera muestra de devoción por parte del cantante a una mujer, pero aparte de eso no puedo decir mucho más.

And if I should dream, I could dream of no other.



Y llegamos a las dos últimas canciones del álbum. Dos temas que estilísticamente no se parecen (más allá de ser ambos tirando a largos), pero que comparten calidad musical y, en cierta manera, tema a tratar (en cuanto a su letra) y rango con respecto a los otros. Lo relativo a la letra se resume en que ambos temas son los únicos con un contenido social, y lo del rango es algo que se me ha ocurrido al ver que en el libreto interior son las únicas canciones cuya letra aparece junto a los créditos del disco. De hecho, el espacio que cualquiera pensaría que, en un principio, podría haber sido destinado a las letras del resto de canciones, está ocupado por una serie de imágenes que, teniendo de protagonistas a los mismos niños, desarrollan lo que se ve en la portada de Fate Of Nations (parece que el calentamiento global), junto al recuento de una serie de eventos, mucho más de actualidad por aquel entonces, que documentan la degradación, sobre todo medioambiental y humana, del planeta. He leído algo acerca de que Plant quería, allá por 1993, dejar atrás cualquier asociación entre su yo de entonces y aquel que unos veinte años antes había cantado cosas como las que se podían escuchar en la ya nombrada The Lemon Song, por poner un ejemplo. Supongo que se puede decir que lo consiguió.

La primera de ellas es GREAT SPIRIT, un tema que me encanta, pero cuyo contenido musical no sabría definir o etiquetar, de tener que hacerlo. Es relajado, tremendamente lento (o al menos ésa es la sensación que da) y, definitivamente, no apto para todo el mundo, pero con un montón de detalles a destacar por parte de los guitarristas, que acercan esta canción a lo que ya dije sobre Come Into My Life. Es la típica canción que te imaginas escuchando mientras conduces a través de un paisaje bonito, en un día soleado y con la ventana abierta, una idea reforzada por el contenido ecológico de la letra.

Who hears the Earth that cries beneath the burning rain?



NETWORK NEWS cierra el disco y es otro extenso tema con ciertos matices que, al igual que pasa con alguna que otra canción anterior, me dejan con la sensación de estar escuchando algo que podría no haber desentonado en algún momento de la carrera de Led Zeppelin, aunque sea en el ámbito más experimental del grupo (el riff principal, por ejemplo, vuelve a recordarme un poco al de Four Sticks), pero que de alguna manera, al menos en este contexto, me siguen resultando muy lejanos a la mítica banda. Es algo extraño, como si el fantasma de Led Zeppelin rondase la grabación, pero Plant se hubiese empeñado en mantenerlo lejos y en dejarlo acercarse sólo para tirar de sus momentos más peculiares e innovadores y con otro tipo de sonido, lejos del habitual de su antigua banda. De todas formas, Network News es un temazo con un montón de detalles a destacar y es de mis canciones preferidas del disco, a pesar de que le llevó tiempo conseguir ese estatus. Creo que Fate Of Nations es uno de esos discos que van creciendo poco a poco, al menos para alguien que no esté acostumbrado a tanta variedad, y esta canción es un buen ejemplo.

Como detalle exótico, tenemos los coros y los gritos de aleluya (todo a cargo del propio Plant, creo), pero sobre todo la participación de tres músicos cuyos nombres e instrumentos sugieren una procedencia lejana al ámbito habitual de Plant, pero que vuelven a poner de manifiesto el interés del cantante por la música de otras culturas. Se trata de GURDEV SINGH (dilruba y sarod), SURGE SINGH (sarangui) y NAVAZISH ALI KHAN (violín). Y como curiosidad, destaca el contenido sociopolítico de la letra, al igual que pasaba en Whisper A Prayer For The Dying, el último tema del disco de Coverdale y Page, con el petróleo y la Primera Guerra Del Golfo Pérsico una vez más como trasfondo.

Pero lo mejor es el trabajo a las seis cuerdas de MacMichael y Doug Boyle, lleno de variedad y buen gusto, sobre todo en la indispensable sección instrumental que ocupa casi entero el tercer minuto del tema y que da paso a un drástico cambio de tercio dentro de la canción, que va terminando mientras deja clara su denuncia social. Genial.

Guns, death and noise, sand, oil and blood.



Plant, hace algunos años




Posteriores ediciones del disco han incluido algunos temas extras, entre los que se incluye Colours Of A Shade, además de una mezcla acústica de Great Spirit (sin mucha historia) y la maqueta de una canción llamada ROLLERCOASTER (la he escuchado por encima, sin mucho interés, ya que me gusta opinar sobre el producto final, pero podría tener alguna buena idea). El resto del material lo forman 8:05, una versión de la breve canción del grupo americano MOBY GRAPE, y DARK MOON, un tema acústico compuesto junto al desaparecido guitarrista alemán RAINER PTACEK. La primera tiene su aquel y creo que conecta con ciertos intereses musicales que Plant tenía por aquel entonces (y que creo que ha mantenido), pero creo que su hipotético sitio en el disco ya fue ocupado por If I Were A Carpenter. Dark Moon está bien como curiosidad, y parece ser que Ptacek colaboró con Plant de cara al material extra de Fate Of Nations, ya que como cara B del single de 29 Palms también se incluyó otro tema escrito con él, 21 YEARS, de similar estilo. De hecho, en ese single también apareció Dark Moon por primera vez, además de una peculiar versión de Whole Lotta Love (rebautizada junto a la frase YOU NEED LOVE) por parte de ambos músicos.

Otras canciones a nombrar son HEY JAYNE y NAKED IF I WANT TO. La primera es un relajado tema que apareció en el single de I Believe, y la segunda, otra versión de Moby Grape incluida como cara B de Calling To You. Estas dos, junto a 21 Years, se pueden encontrar en el segundo disco, de rarezas, de la recopilación de 2003 arriba mencionada. En I Believe también venían la versión acústica de Great Spirit y la de Whole Lotta Love, mientras que 8:05 apareció en Calling To You. Por su parte, el single de If I Were A Carpenter contenía versiones en directo de temas previos del cantante (SHIP OF FOOLS TALL COOL ONE).

En 1993, Plant grabó además una versión del famoso LOUIE, LOUIE, de RICHARD BERRY, que se incluyó en la banda sonora de la segunda parte de WAYNE'S WORLD (STEPHEN SURJIK, 1993). Se puede encontrar también en ese segundo disco de Sixty Six To Timbuktu.
















Sólo queda comentar, un poco por encima, qué ha sido de las respectivas carreras de los tres protagonistas.



DAVID COVERDALE


Como era de esperar, Coverdale reformó Whitesnake (RESTLESS HEART salió en 1997) después de su trabajo con Jimmy Page, e incluso escribió un último capítulo en su extraña carrera en solitario (que había empezado como puente entre su trabajo con Deep Purple y el comienzo de Whitesnake) con la edición de INTO THE LIGHT (2000).

Whitesnake volvieron con un nuevo disco de estudio, GOOD TO BE BAD (2008), once años después del anterior, y cinco desde que el cantante decidió volver al ruedo con ellos otra vez. Después de eso, Coverdale ha editado tres álbumes de estudio más, todos ellos con Whitesnake (FOREVERMORE, de 2011, THE PURPLE ALBUM, 2015, con versiones de temas sacados de sus tres discos con Deep Purple, y FLESH & BLOOD, editado en 2019). Como es el caso de la inmensa mayoría de la discografía de Whitesnake en concreto, y del cantante en general, no puedo decir gran cosa de estos discos porque no los he escuchado.

Problemas de salud de varios de los miembros del grupo llevaron a la cancelación forzosa, en 2022, de una gira de despedida, pero el trabajo estaba ya hecho, y bien hecho además, ya que el estatus del grupo y del propio Coverdale como iconos del género es indudable.

David Coverdale fue incluido en 2016 en el famoso ROCK & ROLL HALL OF FAME. Como miembro de Deep Purple, eso sí.



Talentoso y carismático, además de noble y
 humilde a partes iguales. Un personaje
tremendamente agradable. Todo esto,
 según el  periodista William Pinfold




JIMMY PAGE


Una vez terminados sus días junto a Coverdale, la carrera del legendario guitarrista se volvió a mezclar con la de Plant, debido a una llamada del entorno de éste mientras Page ensayaba junto a Coverdale para aquellas pocas fechas en Japón a finales de 1993. La idea era tocar juntos en uno de aquellos shows desenchufados tan típicos de la MTV en los noventa, y fue una de las razones que propiciaron el final de la colaboración con el cantante de Whitesnake.

Pero aquel concierto tuvo tanto éxito que acabó siendo editado en Octubre de 1994, con el nombre de NO QUARTER. Esto, por cierto, no hizo demasiada gracia a John Paul Jones, a quien no sólo no se informó acerca de la reunión de sus ex colegas, si no que encima estos escogieron como título general del disco (el resto era JIMMY PAGE & ROBERT PLANT UNLEDDED) el nombre de una canción de Led Zeppelin en la que Jones tuvo un papel extraordinario. El caso es que el éxito del disco llevó a que Page y Plant girasen juntos para promocionarlo y se decidiesen, ya en 1998, a sacar un disco con más material nuevo (digo más porque en el disco en directo ya habían incluido alguna canción nueva). Ese disco fue WALKING INTO CLARKSDALE, que les supuso más éxito, algún Grammy y más conciertos, hasta que el grupo se disolvió antes de terminar ese mismo año 1998.

Tengo ambos discos, pero no los tengo demasiado bien considerados, y ambos fueron comprados años después de su edición. No Quarter directamente me parece un rollo de mucho cuidado. Siempre está bien escuchar temas de Led Zeppelin, pero el multicultural tratamiento escogido para ellas en esta ocasión, con una multitud de músicos africanos e instrumentos tradicionales de culturas más orientales, no es para mí. El otro día le di una vuelta y no, muy poco a destacar. Las canciones que fueron creadas para aquella ocasión ni las recuerdo.





Mucho mejor fue Walking Into Clarksdale. Este disco lo escuché bastante en su día, mucho antes de comprarlo, pero a pesar de tener muy buenos momentos, iba perdiendo gas poco a poco y su segunda mitad la recuerdo mucho menos que la primera. Así que no supone ninguna sorpresa decir que no se acerca a ninguno de los dos discos comentados en esta entrada, a pesar de ser un disco más que decente. Pero se vendió como el disco que muy probablemente hubiesen hecho Led Zeppelin a finales de los noventa, de haber estado en activo, y eso es algo que me niego a creer. Demasiado lento e íntimo a ratos, y sin las canciones necesarias para apoyar esa afirmación. Para este disco, el grupo se completó con los ya conocidos Michael Lee y Charlie Jones, y la canción MOST HIGH (seguramente la más aburrida de todo el álbum, nuevamente con instrumentación exótica) ganó un Grammy para el grupo en 1999.






Curiosamente, Page y Plant interpretaron en directo al menos una canción del disco del guitarrista con Coverdale.





Me da que esto no durará mucho...




Es lógico pensar que el trabajo de Page junto a Plant (el dúo se reuniría una vez más en 2001, para una última actuación en el festival de jazz de Montreux y para grabar una versión de una canción de HANK WILLIAMS, llamada MY BUCKET'S GOT A HOLE IN IT, para un disco de homenaje) es la ocupación, al menos musical, de más alto perfil del guitarrista desde finales de los noventa hasta hoy, pero nuestro protagonista no ha estado desocupado, precisamente.

Ha participado en bandas sonoras y documentales, giró y grabó junto a The Black Crowes, además de colaborar con otros músicos de una u otra manera. Además, ha recibido la prestigiosa Orden Del Imperio Británico, entre otros honores, ha estado metido en tareas benéficas y en un montón de cosas más. Incluso participó en la clausura de las Olimpiadas de Londres, en 2012.

Pero todo lo más llamativo en la vida personal y profesional del guitarrista ha tenido que ver, más allá de su colaboración con Plant, con Led Zeppelin. No podía ser de otra manera. Desde la remasterización de todo el catálogo del grupo, hasta la entrega en 2012 del Kennedy Center Honors a los tres miembros vivos de Led Zeppelin, pasando por la inclusión de la banda en el Rock & Roll Hall Of Fame (1995) y en el UK MUSIC HALL OF FAME (2006). Pero lo más importante ha sido aquel concierto de finales de 2007, mencionado arriba del todo, en el cual Led Zeppelin volvieron a la vida junto a Jason Bonham, junto a los continuos rumores acerca de una improbable vuelta real del grupo. Plant nunca ha dado la sensación de ser favorable a ello, a pesar de alguna que otra declaración contradictoria.


Jimmy Page es considerado uno de los mejores y más influyentes guitarristas de todos los tiempos.



Riff master




ROBERT PLANT


Todo lo comentado sobre Page y Plant (además de lo referente a Led Zeppelin) aplica mayormente aquí. Plant también ha colaborado con otros músicos y ha hecho un montón de cosas aquí y allá, labores benéficas incluidas, pero me voy a limitar a lo más importante. Tras esa etapa con Page, el cantante formó un grupo de folk rock llamado PRIORY OF BRION, con el que se dedicó a tocar versiones de temas que le habían influido en su día. Esto le dio la idea de editar un disco de versiones, DREAMLAND (2002), en el que se incluyeron muchas de esas canciones anteriores y con el que volvió a su carrera como artista en solitario, ya con una nueva banda de apoyo llamada STRANGE SENSATION. Este disco fue muy aclamado por la crítica y lo mismo ocurrió con el siguiente, MIGHTY REARRANGER (2005). En las consiguientes giras, y al contrario de lo que había ocurrido cuando empezó su carrera fuera de Led Zeppelin, Plant decidió ir incluyendo un buen número de temas de su antiguo grupo, aunque a su manera. Me gusta bastante lo que he escuchado de Dreamland, y Mighty Rearranger lo compré hace tiempo, estando bien en general.

Ambos discos son los últimos que incluye la ambiciosa recopilación llamada NINE LIVES, editada en 2006, y que incluía toda la discografía (más extras) en solitario de Plant hasta ese momento.






Después de eso, llegó su más que exitosa colaboración con ALISON KRAUSS, una violinista y cantante country americana bastante más joven que él. El álbum RAISING SAND fue editado en 2007 e incluyó versiones de artistas relacionados con el country, el blues, el folk, etc, pero entre ellas estaba también PLEASE READ THE LETTER, una versión del tema que Page y Plant habían compuesto para Walking Into Clarksdale, y que valió a Krauss y Plant uno de los varios premios Grammy ganados en 2009. Raising Sand fue muy exitoso y el grupo también giró para presentarlo.

Muchos años después, Krauss y Plant retomaron su colaboración con la edición en 2021 de RAISE THE ROOF. Este segundo disco no lo he escuchado, pero el primero sí y es entretenido, como curiosidad.





Plant junto a Krauss, en la época de Raising Sand




Entre medias, Plant creó un nuevo grupo llamado BAND OF JOY (así se llamaba una banda de la que fue parte en los sesenta), en 2010, y de esto salió un disco de igual nombre que salió ese mismo año, antes de que el inquieto Robert crease en 2012 otra nueva banda para apoyarlo en su carrera. Ésta fue THE SENSATIONAL SPACE SHIFTERS, con la que ha editado LULLABY AND THE CEASELESS ROAR (2014) y CARRY FIRE (2017), su último disco hasta la fecha. No menciono temas ni doy ninguna opinión, porque no he escuchado nada. Plant ha seguido girando, eso sí, y más recientemente (2019) creó una banda más, SAVING GRACE, con la que también ha dado conciertos.


El estatus de Robert Plant como icono del rock y como cantante que ha influido en muchísimos otros, está fuera de toda duda.



Creo que, en general y echando la vista atrás, Plant y Page tienen motivos para estar contentos





Y esto es todo. Si has llegado hasta aquí, espero que el rato invertido haya merecido la pena. Muchas gracias. Si además sirve para que alguien conozca o redescubra la música comentada, mejor aún.

Hasta pronto!





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